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jueves, 27 de diciembre de 2018

¿QUÉ CLÓSET? LOS LIBERALES ESTAMOS EN EL CAMINO.


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El escenario político argentino, como el país mismo, no puede leerse en forma lineal. Sería bueno que así fuera, pero la estricta coherencia se perdió hace mucho tiempo. 

Alejandro Bongiovanni en Visión Liberal publica la nota que titula: "Olmedo: una opción para quienes se autoperciben liberales", la cual merece algunas reflexiones.  

Desde el título nos dice el autor que están los liberales y los que nos percibimos tales pero apoyamos a Olmedo, a los que finalmente nos invita a salir del clóset para que nos asumamos como "nacionalistas cristianos". Con criterio paradojal podría contestar que hay liberales y liberales de fundación, y que estos últimos a lo mejor son una de las razones por las que el liberalismo luego de la UCEDE no tiene un partido político que le de representación, es decir no hay nada más encerrado en su clóset que algunos liberales de fundación. Así que agradezco la invitación para salir del clóset, pero este liberal no es de fundación y por ende nunca estuvo en ese clóset, soy un peregrino: lo mío es el camino. 

En cuanto al análisis de los proyectos presentados por Alfredo Olmedo como diputado, sólo tienen un valor anecdótico a partir del Proyecto Olmedo Presidente. 

Y ello es así porque hace a la realidad política argentina entender que no existen candidatos ideales, todos los nuestros -todos- tienen más fallas que virtudes, pues nuestra sociedad, dañada en lo institucional, degradada en lo cultural y con marcada merma intelectal, tiene a esta altura de la historia más fallas que virtudes. 

Entonces, por tan simple razón, lo importante es cuál de esas pocas virtudes vamos a privilegiar al momento de elegir entre los candidatos reales. 

Para dejarlo en claro: Si pudiera elegir el candidato ideal estaría votando para Presidente, por ejemplo, un perfil similar al que en los Estados Unidos representaba desde el Partido Republicano John Mc Cain. 

Sí, me encantaría poder votar en Argentina al que sería mi candidato ideal: un héroe de guerra, exitoso en la empresa privada, eficiente en la gestión pública, republicano, austero, comprometido con la irrestricta supremacía de la Constitución Nacional y los valores fundantes de la Nación Argentina. 

Pero, ¿saben qué? Papá Noel no me lo dejó en el arbolito...



Claro, todavía quedan los Reyes Magos. Un poco de pasto y agua, por ahí me lo dejan en los zapatos, o mejor dicho: en mis viejos borcegos que todavía guardo. 

Tampoco descarto dar con la Lámpara de Aladino. Ahora bien, aunque soy el que escribió "Adiós Manuela, adiós", por lo cual entiendo el placer de frotar la imaginación, la política argentina está muy lejos de Mayo del 68 para postular llevar la imaginación al poder. 

La realidad es como es;  "la única verdad", decía el General. 

Del centro a la Derecha nadie va a votar a la izquierda, que incluye al kirchnerismo como totalitaristas comunistas mal disfrazados de peronistas. Y CAMBIEMOS hace un esfuerzo tan grande por evitar el cambio que votamos en 2015 como grande es su esfuerzo por  ungir el progresismo en nueva religión oficial. Por fuera del mal absoluto y sus variantes progresistas, nos quedan reducidas opciones, algún peronismo de nueva reconversión aún no del todo definido (que podría ser Urtubey), José Luis Espert y Alfredo Olmedo. 

Podría decir al respecto que apoyo al Proyecto Olmedo Presidente porque el espacio político en el cual milito, desde el Partido Autonomista de la Provincia de Buenos Aires, ENCENDER (Encuentro de Centro Derecha) así lo ha decidido. Y esa es una buena razón, pero no la única. 

Las razones de íntima convicción por las que adhiero al Proyecto Olmedo Presidente son positivas, esto significa que no es por descarte, ni mucho menos por descalificar a Urtubey, a Espert o a quienes voten por ellos. Al contrario, veo eventuales aliados en esa intención de cambio a lo presente.

Alfredo Olmedo, como candidato posible, representa la batalla frontal contra el progresismo cultural y sin dar ese buen combate es imposible que Argentina recupere algo de racionalidad. Esa es la virtud que estimo debe privilegiarse.

Ningún otro candidato ha tenido el coraje de afirmar que los años de plomo fueron una guerra y obrar en consecuencia, como lo hizo Alfredo Olmedo siendo el único que votó contra la negación del 2x1 a nuestros presos políticos. 

Y aquí es donde mi corazón liberal, que aborrece a Martínez de Hoz por su tablita y por no haber privatizado nada, guarda gratitud para con los hombres y mujeres que venciendo al terrorismo castrista me evitaron vivir y morir bajo una eterna dictadura comunista. He dicho muchas veces que puedo cuestionar los métodos, pero no voy a renegar de la victoria. Mi Libertad es agradecida y tiene memoria. Cuba sigue siendo la misma dictadura de entonces, y si no me creen consulten con Armando Ribas. 

Alfredo Olmedo también tuvo el valor de votar en contra de la Ley Micaela, un instrumento de adoctrinamiento progresista que dará lugar a un gran negociado de capacitaciones compulsivas, sin margen para cuestionar, objetar ni refutar. O sea. Olmedo es el único que votó por la Libertad de pensar.

Y Olmedo también votó en contra del aborto indiscriminado. Sus razones para oponerse al aborto son en parte distintas a las mías. Él es evangélico, yo soy ateo. Mi argumento es estrictamente liberal: El peor ataque a la Libertad es convencer a las personas que pueden tomar cualquier decisión sin asumir la responsabilidad de sus propios actos.

Hay algunos liberales que, como buenos "progres" olvidan la parte de la responsabilidad, y además justifican el aborto indiscriminado con argumentos que contradicen tanto la supremacía de la Constitución Nacional, como comprobaciones científicas. Además, obviamente, no captan que ciertas cuestiones deben resistirse porque no se pueden abrir a debate en los términos de la izquierda. 

Mi diferencia con esos liberales, es que nunca uso el "liberalómetro", es decir no me arrogo la potestad de decir quién es liberal y quién no. Tampoco descalifico llamando al que disiente conmigo "mononeuronal", "tipejo", "simio", "subnormal" y un largo etcétera de etiquetas denigrantes que me recuerdan mucho agravios prodigados durante el régimen por fanáticos kirchneristas. Ofender a otros pretendiendo dar fe de las propias convicciones nunca ha sido lo mío. 

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Tengo el orgullo (y voy a jactarme de ello) de ser aquel sobre quien escribió Agustín Laje: "La derecha renegada prefiere esconderse en esas etiquetas precisas para el mundo académico, pero nada entendibles para la arena política y el gran público (liberales, conservadores, nacionalistas, libertarios, randianos, tradicionalistas, y un etcétera espeso). Ariel, en cambio, probablemente sabiéndose una síntesis de varias corrientes, tiene la valentía del que asume lo que es, moleste a quien moleste: un hombre de derecha o, como él firma, 'la pluma de la derecha'”.

Como liberal siempre he tendido puentes y lo seguiré haciendo. La razón es simple, soy la clase de liberal al que no le bastaría vivir en un país de libertades, necesito una Patria de Libertad. Y ese, a pesar de los riesgos y tropiezos, es mi camino. 

Y los que estén en el camino, ¡bienvenidos al tren!.

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Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha, 
un liberal que no habla de economía.

martes, 25 de septiembre de 2018

LOS LIBERALES Y EL 2019


José Luis Espert, Nazareno Etchepare y Ricardo López Murphy.

De cara a las elecciones del 2019 quisiera poder hacer comprender a la diáspora liberal que estamos tan mal parados políticamente y faltos de organización como lo estuvimos durante el régimen kirchnerista. 

Aportamos en forma individual a CAMBIEMOS para poner fin al régimen, pero es claro que la dispersión nos debilita y nadie más que nosotros mismos puede representar nuestras ideas. La fantasía de un giro liberal de la política a fuerza de racionalidad impuesta por la realidad, no es algo que haya ocurrido; ni ocurrirá. Estos casi tres años de gobierno amarillo lo demuestran claramente. Si no activamos políticamente haciendo algo distinto de lo que hicimos hasta ahora, seguiremos siendo analistas de platea en lugar protagonistas del juego. 

A pesar de varios intentos y proyectos en curso, no tenemos constituido y funcionando un partido político habilitado para el juego electoral que sea estrictamente liberal. Ni nacional ni provincial y tampoco municipal. Esa falencia es obra y gracia de la poca tolerancia que nos profesamos entre liberales. La paradoja de la gran virtud liberal que mata el "liberalómetro"...

Sin esa organización y a un año de las elecciones nuestras opciones se reducen drásticamente. CAMBIEMOS ya no es una alternativa de primera mano sino otra cosa: lo malo que podemos llegar  a preferir frente a lo peor que representa el kirchnerismo y el resto de la izquierda. No más que eso. 

Nuestro capital político, a falta de organización política, se limita a la existencia de algunos pocos nombres de trascendencia pública que medianamente, suscitando mayor o menor entusiasmo, nos representan genéricamente: Ricardo López Murphy y José Luis Espert, principalmente, pero ninguno de ellos -ni tampoco otros como Javier Milei- dedican a la construcción política el considerable esfuerzo que ella requiere. Espert porque nunca evidenció interés por la lucha política y López Murphy porque, posiblemente, entienda que ya dio sus peleas y conoce como muy pocos el desgaste que significa protagonizar una campaña presidencial.

Sin que ellos tomen un compromiso activo con la política difícilmente el liberalismo vaya a salir de su dispersión estéril. Como primera opción, habrá que convencerlos que esa es la exigencia de la hora que cae sobre ellos. Si no son ellos serán otros nombres, pero obviamente no será lo mismo.

Así las cosas, desde el Partido Autonomista de la Provincia de Buenos Aires, me permito proponer un curso de acción: 

De cara a las elecciones 2019 los liberales debemos centrarnos en objetivos posibles, olvidemos cualquier figuración en la disputa por cargos ejecutivos, (no estamos invitados a participar de ese juego ni tenemos con qué), pero sí podríamos integrar listas de diputados nacionales y legisladores provinciales. Si presentamos una lista con Ricardo López Murphy como primer candidato a Diputado Nacional en Provincia de Buenos Aires y otra encabezada por José Luis Espert en Capital Federal, es seguro que obtendríamos varios escaños, por arrastre también en las legislaturas bonaerense y porteña. 

Obtener representación parlamentaria, algo de lo que hoy carecemos completamente, es posible. Y podríamos obtenerla en un número interesante para lo que va a ser la futura composición del Congreso, lo que obligaría a que quienes gobiernen nos tomen en cuenta, cosa que hoy no pasa. 

No vamos a hacer un país liberal con la elección del 2019, pero vean: ¿no sería un avance notable tener un bloque de diputados nacionales liderado por Ricardo López Murphy? Bancas liberales en una bancada todavía más amplia del centro a la derecha.

Si la política es el arte de lo posible, hagamos lo posible.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía. 

Partido Autonomista de la Provincia de Buenos Aires
-Zona Norte-



martes, 7 de agosto de 2018

LO QUE OPINO DEL PROYECTO DE ABORTO INDISCRIMINADO


Alguna vez el Senado de la Nación fue un recinto Honorable, cuando los nombres en sus bancas representaban a las Provincias ostentando el brillo de las ideas. Hoy en cambio es otra cosa, una suerte de asilo geriátrico de la casta política, destinado a la protección de evadidos de la Justicia que, además, encarnan grandes fracasos de nuestra fallida democracia.

Pero no por falto de honorabilidad dejará el Senado de legislar, y el 8 de agosto será el ámbito para cerrar la discusión sobre el aborto al tratar el proyecto aprobado por la Cámara Baja; por cierto: muy baja... 

Desde que se instaló la discusión evité publicar mi opinión personal, limitándome a comentar en las redes que se trata de una cuestión menor presentada y tratada de manera irracional. Lo cual desató las iras de los extremos ultras entre verdes y celestes que, acaso con la misma dogmática intolerancia, pretenden imponer sus creencias al resto de la sociedad.

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Ahora que esto ya está en su punto de cierre, voy a manifestar mi posición. No será una nota breve aunque simplificaré tanto como pueda. 

En Argentina hay una sola cuestión trascendental que es necesario poner sobre la mesa: cumplir la Constitución Nacional o seguir viviendo en la precariedad tercermundista. Mientras no discutamos y acordemos sobre ese punto, todas las demás polémicas son menores, engañosas, hipócritas e insignificantes. 

Como estoy convencido que la irrestricta supremacía de la Constitución Nacional es la única manera de alcanzar la prosperidad que su estilo de vida supone, y que el país experimentó con la Generación del '80, mi posición sobre el aborto y cualquier otro tema parte de acatar lo que la Constitución Nacional dispone. 

Lógicamente la Constitución Nacional no trata la cuestión del aborto. No era ni remotamente un tema de consideración en 1853, ni en ninguna de las asambleas constitucionales posteriores hasta la de 1994. En la última Convencional Constituyente, surgida del espurio Pacto de Olivos, se quebró la estructura jerárquica de nuestro vértice en el ordenamiento jurídico y allí el tema del aborto apareció en el interés encontrado de algunos constituyentes, por el efecto de dar rango constitucional a los tratados internacionales. Dan cuenta de ello los diarios de sesiones.

El quiebre de la estructura jerarquica* implicó establecer dos rangos en el articulado de la Constitución, ya que el Artículo 75, en su incíso 22, establece que corresponde al Congreso:

22. Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y con las organizaciones internacionales y los concordatos con la Santa Sede. Los tratados y concordatos tienen jerarquía superior a las leyes.

La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; la Declaración Universal de Derechos Humanos; la Convención Americana sobre Derechos Humanos; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y su Protocolo Facultativo; la Convención sobre la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio; la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial; la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer; la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes; la Convención sobre los Derechos del Niño; en las condiciones de su vigencia, tienen jerarquía constitucional, no derogan artículo alguno de la primera parte de esta Constitución y deben entenderse complementarios de los derechos y garantías por ella reconocidos. Sólo podrán ser denunciados, en su caso, por el Poder Ejecutivo Nacional, previa aprobación de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara. 

Los demás tratados y convenciones sobre derechos humanos, luego de ser aprobados por el Congreso, requerirán del voto de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara para gozar de la jerarquía constitucional.
Se aprecia entonces que los primeros 43 artículos de la Constitución Nacional son efectivamente el vértice superior de nuestro ordenamiento jurídico, por encima de los tratados y el resto del texto constitucional.

Uno de esos tratados que adquirió rango constitucional de segunda, viene a ser la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, cuyo Artículo 1º dispone: "Todo ser humano tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona". Además el Artículo 7º señala: "Toda mujer en estado de gravidez o en época de lactancia, así como todo niño, tienen derecho a protección, cuidados y ayuda especial".

En igual condición es receptada la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que en el Artículo 4º afirma:  "Derecho a la Vida. 1. Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente".

En la interpretación del inciso transcripto, se ha cuestionado el alcance de la expresión "en general" que antecede al "a partir del momento de la concepción". Efectivamente la redacción es controversial, pero antes de sentar posición al respecto, sigamos viendo qué otras disposiciones de la misma jerarquía tratan esta cuestión para arribar a una interpretación armónica, de estricta lógica jurídica.

Porque la Constitución Nacional incorpora también, con el mismo rango de segunda, a la Convención sobre los Derechos del Niño, la cual en su artículo 1º declara que: "Para los efectos de la presente Convención, se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad".

Y aquí se da una interesante cuestión. La Convención sobre los Derechos del Niño, fue aprobada en 1990 por medio de la Ley Nº 23.849, que ordena ratificar la misma formulando la siguiente declaración: "Con relación al artículo 1º de la Convención sobre los Derechos del Niño, la República Argentina declara que el mismo debe interpretarse en el sentido que se entiende por niño todo ser humano desde el momento de su concepción y hasta los 18 años de edad".

Los reformadores del 94 incorporaron expresamente esa Convención al texto constitucional convalidando tácitamente la reserva de la Ley 23.849. Modificar ese punto requeriría o bien una ley con la mayoría especial de dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada cámara o bien una Convención Constituyente. Una simple ley no puede avanzar sobre esa reserva que sienta el criterio constitucional de interpretación con el que, a su vez, despeja las dudas que podía acarrear, para el caso argentino, el "en general" de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

En ese entendimiento del plexo normativo, cabe analizar qué es lo que podría legislarse a través de una simple ley y mi conclusión al respecto es que NO HAY MARGEN CONSTITUCIONAL PARA ESTABLECER EL ABORTO INDISCRIMINADO y la actual legislación encuadra perfectamente dentro de los parámetros constitucionales determinados por los referidos tratados, al tolerar el aborto en los casos señalados por el Artículo 86 del Código Penal, que dispone:
"El aborto practicado por un médico diplomado con el consentimiento de la mujer encinta, no es punible:
1º Si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y si este peligro no puede ser evitado por otros medios.
2º Si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente. En este caso, el consentimiento de su representante legal deberá ser requerido para el aborto. 
El mismo valor vida justifica plenamente que, en caso de peligro para su vida o de serias secuelas de salud, la mujer embarazada tenga la opción de mantenerse a salvo a través de un aborto. Podrá argumentarse que es muy loable la mujer que a pesar del riesgo decide llevar a término el embarazo, como también que puede ser una grave irresponsabilidad, dependerá del contexto y la personalidad en cada caso particular, pero las leyes se sancionan contemplando las características de las personas comunes, no para heroínas y/o mártires.

Por eso mismo sería un fundamentalismo brutal, cosa de talibanes, obligar a una mujer embarazada por una violación a prolongar durante meses de tortura con parto incluido la agresión de su atacante. Y en este caso, también debe interpretarse que la preexistencia de los derechos de la mujer a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona, su integridad física y moral, que reconocen tratados incorporados a la Constitución, tienen preeminencia sobre los derechos de la persona en gestación.

BOOGIE Y EL ABORTO LIBRE

Hasta aquí las razones jurídicas que me llevan a rechazar el proyecto de aborto indiscriminado que se discute en el Congreso de la Nación. Voy a puntualizar ahora algunas otras consideraciones. 

Como liberal creo firmemente que no puede escindirse Libertad de Responsabilidad, por ende todo acto al que uno se presta voluntariamente conlleva asumir las consecuencias del mismo. También los actos sexuales. Y en las relaciones heterosexuales una consecuencia posible y de proyección evidente es el embarazo. El respeto al individuo parte de la concepción y el ADN establece claramente las diferencias entre un cuerpo y otro. Para evitar procrear existen muchos y efectivos métodos anticonceptivos, algunos permanentes (vasectomía, ligadura de trompas) y otros transitorios que solos o combinados (preservativo, pastillas anticonceptivas) evolución científica mediante cada vez serán más y mejores. El aborto en cambio no tiene evolución científica por delante, siempre muere el feto y nunca será un método anticonceptivo.

Al respecto hay que subrayar que el aborto, así como está legislado actualmente en la Argentina, determina que no sea un tema en el que la opinión de los homosexuales como tales, sean hombres o mujeres, deba tomarse en cuenta, ya que su práctica de la sexualidad los deja al margen de cualquier riesgo de embarazo. Sus reclamos comunitarios, respetables en otras cuestiones, están muy fuera de lugar en esta y se evidencian totalmente aparateados por la izquierda, en especial con la violencia e incitación al odio que despliegan los grupos feminazis.

Las desagradables demostraciones públicas, verdaderas exaltaciones del mal gusto y la irracionalidad, protagonizadas por los colectivos feminazis que fomentan el aborto con la liviandad de considerarlo un mero trámite, equiparándolo a un método anticonceptivo, demuestran que pretenden una sociedad de irresponsables deshumanizados, extraviada en su identidad y alejada de sus tradiciones.

Esas son las repudiables razones por las que la izquierda empuja el aborto indiscriminado y nada tienen que ver con motivos de salud. Necesitan falsear el concepto de libertad como parte de su batalla cultural contra el capitalismo. Tema bien expuesto por Nicolás Marquez y Agustín Laje, mientras que el progresismo apoya el aborto por condicionamiento intelectual de subordinación cultural a la izquierda.



La casta política cuyo principal exponente es hoy el Presidente Mauricio Macri, de matriz progre pero guiada por su propia supervivencia, también juega sus particulares intereses. Lanzar el aborto fue tanto una distracción de la atención pública para el gobierno, como un esfuerzo compartido por toda la casta política para instalar temas que requieran de reforma constitucional. A eso apuntan.

Confío en que este proyecto de aborto mal nacido, que supone hacer pasar por solución mágica lo que que siempre es una tragedia, será abortado por el Senado. Estaré movilizado el 8 de Agosto junto a los que bregan por el rechazo al proyecto, acompañando la oposición al aborto declarada por ENCENDER (Encuentro de Centro Derecha), entendiendo que es librar una escaramuza más en la batalla cultural y mantener la vigilia por la irrestricta supremacía de la Constitución Nacional que he jurado defender.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
Un liberal que no habla de economía. 


* Calvo & Tamagnone, "Teoría Romántica del Derecho Argentino" (El Himno Nacional como expresión de la Norma Hipotética Fundamental), Capítulo VII, La validez del Derecho Argentino. Ediciones Nuevos Tiempos, Argentina, 1998, pág. 51 a 53.




LA SONRISA DE JAMES COBURN

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