La politóloga Valentina Novick (@valentinanst) ocupa la Subsecretaria de Investigación Criminal en el Ministerio de Seguridad de la Nación y se define como "Peronista y militante de La Cámpora - Madre *Aprendiendo a volar*".
El 17 de Febrero de 2021 participó de una reunión virtual con la Subsecretaría de Investigación Criminal de Santa Fe, planteando la necesidad de realizar mesas multidisciplinarias con todos los actores involucrados para así asumir las responsabilidades en conjunto, llegar a acuerdos mínimos, articular entre las diferentes áreas y compartir información.
Sostuvo esa sarasa, fuente de reuniones y comisiones hacedoras de camellos que pasen por caballos, afirmando que la proliferación de homicidios y balaceras en Santa Fe, particularmente en Rosario, está directamente vinculada al narcotráfico y las organizaciones criminales que operan en la provincia.
Y en ese mismo alarde de amontonar todo sin entender las incumbencias profesionales y roles de cada componente de la acción estatal, sanateó con que "La acción conjunta es esencial para esclarecer quiénes fueron los autores intelectuales de los crímenes. También es necesaria la articulación con las FFSS para establecer nuevas estrategias que faciliten la investigación criminal".
Cualquier investigador criminal podrá explicarle que lo esencial no es la acción conjunta, sino aquella que surge de la claridad conceptual y la consecuente coherencia metodológica.
Difícilmente lo entienda, ya que su speach es mezclar siempre las mismas palabras: "El trabajo conjunto de todos los actores involucrados, incluida la justicia, es el factor más importante para avanzar en el camino hacia una investigación criminal de calidad, con resultados tangibles que lleguen a la raíz de la violencia provocada por el narcotráfico".
Si la Subsecretaria de Investigación Criminal, Valentina Novick, en lugar de militante de La Cámpora fuera una profesional competente para el cargo que ocupa, podría analizar la realidad santafesina sin anteojeras de marketing político y discurso de fachada para el vacío.
Entendiendo que la Seguridad Interior consiste en alcanzar el estado de hecho en que se encuentre garantizado el estilo de vida propiciado por la Constitución Nacional, va de suyo que la Provincia de Santa Fe, y en especial Rosario, tiene un serio problema de origen cultural, del cual el narcotráfico y la violencia no son más que emergentes.
No es posible sostener el estilo de vida propiciado por la Constitución Nacional manifestando una constante admiración por el criminal comunista Ernesto Guevara. Son dos idearios incompatibles y opuestos.
Sin comprender esa particularidad no va a cambiar sustancialmente nada en la situación de la Provincia, sólo consumirá recursos y tiempo.
Lo que se necesita allí es un cambio cultural para llegar a un escenario de recuperación de la autoridad institucional de origen. Eso implica de parte de la Nación precisar y monitorear el esfuerzo que debe hacer la Provincia para garantizar a sus habitantes el estilo de vida propiciado por la Constitución Nacional; ese mismo estilo que aborrecía el Che Guevara.
¿A quién se le ocurre que vayan los comunistas a respetar la letra y el espíritu liberal de la Constitución Nacional?
Y al igual que muchos funcionarios de la Provincia de Santa Fe, la Subsecretaria Novick es tan comunista como para jactarse de vestir a su hija menor de edad con la remera del chacal de la cabaña, asesino de hombres y libertades, para exhibirla en las redes sociales.
Novick lleva en su brazo un tatuaje para el análisis psicológico que reza: "Si no hay amor que no haya nada entonces" (fragmento de la letra del Indio Solari "El tesoro de los inocentes"). Lo patológico no es el tatuaje, sino la elección de la frase, cercana al pensamiento que ha fundado la acción de más de un femicida.
Llamativo además llevar esa frase en la piel y vestir a su hija con la cara del criminal que predicaba el odio: "¡El odio -enseñaba Guevara a sus acólitos- es el elemento central de nuestra lucha! El odio tan violento que impulsa al ser humano más allá de sus limitaciones naturales, convirtiéndolo en una máquina de matar violenta y de sangre fría".
Con lo expuesto, queda claro que la situación de la Provincia de Santa Fe seguirá evolucionando tan mal como viene bajo los absurdos de Sabina Frederic y Marcelo Saín.
La esencia del problema es que hay que recuperar la identidad nacional y la cultura cívica que nos legaron los constituyentes. El gran héroe nacional que Rosario le dio a la Nación Argentina es Cleto Mariano Grandoli, el abanderado que a los 17 años cayó combatiendo en Curupaytí el 22 de Septiembre de 1866, luego de haber escrito:
"El argentino de honor debe dejar de existir antes de ver humillada la bandera de la Patria. Yo no dudo que la vida militar es penosa, pero, ¿qué importa si uno padece defendiendo los derechos y la honra de su país? Mañana seremos diezmados, pero yo he de saber morir defendiendo la bandera que me dieron".
Cuando en el sitial moral que corresponde a ese joven patriota, que luchaba por amor y no por odio, se emplaza la voluntad criminal de un asesino comunista, es más que claro y evidente que hay un problemas de valores.
La inseguridad en Santa Fe no nace del narco, el narco se hizo fuerte ahí porque las instituciones han quedado largamente en manos de quienes no comparten los valores de la Nación Argentina.
Y entonces, repito esa buena frase de mi amigo Nicolás Márquez: "El macartismo es un sano y noble sentimiento".
Yo veo comunistas. ¿Usted los ve? ¿O se los marco uno por uno?
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.