viernes, 23 de junio de 2023

COMPETENCIA FUERZAS COMANDO 2023: un llamado de atención sobre las Fuerzas Especiales argentinas.


Se disputó en República Dominicana la Competencia Fuerzas Comando 2023, de la que participaron 21 equipos de países americanos.


Desde el inicio del torneo el equipo Colombiano se perfiló como ganador y lo ganó por duodécima vez. Como para ratificar que la Competencia Fuerzas Comando es ya ese evento que año tras año organiza el Comando Sur de los Estados Unidos y que gana Colombia.

Participó en representación de Argentina un equipo del Escuadrón Alacrán de Gendarmería Nacional; equipo del que soy fana incondicional y que debería, al menos, recibir un apoyo equivalente al que reciben otros equipos que acuden a esta tradicional competencia.

Ocurre que Fuerzas Comando es mucho más que un evento deportivo y académico, es un ámbito de reflexión específico para comparar, camaradería mediante, situaciones y experiencias de otros países con la finalidad de mejorar lo propio. Y con esto no me refiero a mejorar la perfomance en la competencia, que es lo menos importante, sino a mejorar el desempeño cotidiano de nuestras Fuerzas Especiales. 

Colombia es el país que mas veces ganó la Competencia Fuerzas Comando, pero el apoyo que brinda a su equipo, literalmente un seleccionado (cuatro efectivos del Ejército, tres de la Fuerza Aérea y uno de la Armada), es total: cuentan con sponsors (como deportistas profesionales), entrenan específicamente para la competencia y al regreso suelen ser recibidos por su Presidente. Por supuesto acuden con su propio armamento y, como parte de su liderazgo, siempre aportan alguna innovación técnica o mejora de sus destrezas para observar y emular.


Claramente para Colombia, disputar -y ganar-, la Competencia Fuerzas Comando es una cuestión de orgullo nacional.

Para Argentina no es ninguna prioridad. Lamentablemente.

Porque una de las cosas que permite apreciar la Competencia Fuerzas Comando es la importancia que cada país, en función de sus propias capacidades, otorga a sus Fuerzas Especiales.

Colombia las prioriza.

Si se toma nota que los Alacranes de Gendarmeria Nacional no viajaron con armamento propio, tal vez se entienda el puesto 16 con sólo 941 puntos. 

Obsérvese en la tabla de posiciones que los países que calificaron detrás de Argentina son solamente cinco. Países además, dicho esto con el mayor de los respetos, con un potencial notoriamente menor al de Argentina. Junto a los equipos de esos países terminamos conformando el pelotón de los rezagados que no superaron los mil puntos. Colombia ganó la competencia con 1734 puntos, Uruguay un puesto delante de Argentina obtuvo 1026, Paraguay 13° con 1054, Perú 10° con 1157 y Brasil octavo con 1189. 

Ahora bien, la participación en la Competencia Fuerzas Comando, más allá de su espíritu deportivo, no difiere de lo que significa preparar cualquier intervención de Fuerzas Especiales, pone a prueba la capacidad de planificación, organización, despliegue y ejecución. 

Algo está fallando si el resultado es 16 entre 21, y apuesto que esa falla no está en los ocho alacranes designados para competir ni es responsabilidad de ellos. 

Tenemos un problema estructural, de desidia política y apatía funcional, un problema que habrá que resolver para mejorar la Seguridad Interior de la República Argentina.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

domingo, 18 de junio de 2023

ALGO QUE DECIR SOBRE EL DÍA DEL PADRE

 
Todos mis enanitos ya han crecido.

Soy de los que saben que un padre no es ni debe ser amigo de sus hijos. 

Sos padre, y esa condición y título no acepta ninguna modificación. Se es o no se es. 

No obstante, y sin romper esa regla, hay una gran satisfacción en que tus hijos te inviten al bar. 

Entonces ocurre que por un momento en la noche, un mágico instante, hacés de cuenta que no son tus hijos para pensar que son la clase de gente que te gustaría tener por amigos. Esos dos chabones y esa mina.

Y claro, es imposible. Por eso es tanta la satisfacción de saber que sos el padre.

Hoy es el Día del Padre, dicen.

Tal vez lo sea. Y quiza se explique esta lágrima haciendo equilibrio mientras extraño a mi Viejo; al que La Muerte sorprendió una ya lejana madrugada. No puedo explicar cuanto hubiera querido que conociera a mis hijos.  

Pero acaso, hermosa palabra la palabra acaso, no haya un Día del Padre sino solamente esos momentos de añoranza, ternura, satisfacción, risas, que, salpicando de improviso el almanaque, te hacen sentir orgullo de ser padre.

Ahora hagamos de cuenta que hoy es el Día del Padre, entonces no espero felicitaciones, ni las formalidades del rito, simplemente doy las gracias por el privilegio de ser Padre.

A mis hijos y a Inés.

Ariel Corbat, el padre de Santiago, Iván y Carolina.

jueves, 8 de junio de 2023

¿SERÁ CIERTO QUE QUEREMOS MEJORAR?



En este breve artículo no habrá nombres. Realmente serían una distracción y presumo que, como la sensibilidad política está exacerbada, de hacer citas concretas espantaría a lectores varios.  

Transcurren los días donde se definen las primeras roscas preelectorales en Argentina, cuando hay que cerrar alianzas y acomodar las ambiciones que pugnan por mantenerse en el bondi del poder o subirse a él. Si la normalidad del país es un constante desquicio, en estas horas es peor. 

Hasta aquí hemos visto un compilado de inconsistencias, ideológicas, históricas, conductuales, en la que el rasgo más notorio son esos agravios entre los que se abrazaban y estos abrazos entre los que se agraviaban. Es, ciertamente, temporada alta para los cazadores de archivos. 

Todos estamos en campaña, aunque miremos con indiferencia o desprecio el bondi ese al que tantos quieren subirse a cualquier precio. La política es una necesidad insoslayable desde que condiciona nuestras vidas de formas mucho más marcadas, a veces brutales, a lo que ocurre en otros países. En sociedades donde los marcos institucionales son fuertes y existen las políticas de Estado, las elecciones no son dramáticas. El rumbo de esos países está preestablecido más allá de quienes ganen o pierdan las elecciones.

En Argentina, por desgracia, las instituciones no son fuertes, la única política de Estado parece ser la decadencia y por ende no hay rumbo prefijado. No hay consensos entre argentinos. O tal vez sí, uno muy dañino: el otro es peor.

Con la tragedia siempre a punto, la campaña electoral no tiene una época, no es algo que se dé cada dos años y con mayor intensidad cada cuatro, es constante, termina cuando se habilitan las urnas y se reinicia al conocer los resultados. Todo es parte de la campaña, porque nadie desconoce que los spot publicitarios de municipios, provincias y Nación, no tienen sentido institucional sino electoral. Del mismo modo, si alguna vez alguien pensó que el periodismo debía informar con neutralidad política, hoy ese postuado no tiene ninguna vigencia. No hay comentarista relevante que no tome partido, lo que antes era sutil ahora es pornográfico. 

Así los temas que deberían debatirse razonablemente, se agotan en chicanas vulgares de las que no serían toleradas entre contertulios de ningún cafetín.

Estamos viendo el show de nuestra insignificancia, las bravuconadas de las cobardías, los amagues de rebeldía en tantos conformistas, los aprestos gatopardistas para que nada cambie. En cada uno de nosotros, donde nos toca la campaña lo verdadero y lo falso se difuminan, tanto que cuesta reconconocer cuánto de verdad y cuánto de mentira nos decimos a nosotros mismos. 

¿Será cierto que queremos mejorar?

Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

LA SONRISA DE JAMES COBURN

LA SONRISA DE JAMES COBURN