Tras leer la nota “Quién es el fotógrafo del CELS que desconfía de la policía y maneja la inteligenciacriminal del Gobierno”, publicada en MDZ, se me da la gana de dar mi opinión
sobre la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal (DNIC).
Lo he dicho muchas veces y lo
seguiré diciendo hasta que a sus analistas se los valore:
"La DNIC es un
desperdicio de talento"
Esa dependencia del Ministerio
de Seguridad de la Nación que forma parte del Sistema de Inteligencia Nacional,
que en teoría debe dirigir la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), es cabeza
del Subsistema de Inteligencia Criminal que en principio integran las áreas de
Inteligencia de las fuerzas federales y penitenciarios.
La DNIC nunca ha sido
debidamente conducida. Al kirchnerismo nunca le importó ni le importa que
funcione. Y en el interregno macrista la gestión Bullrich no entendió que sin
Inteligencia Criminal no hay política de Seguridad.
Como en todas las áreas del
Estado que los gobiernos dejan a la deriva la DNIC se desvió de su razón de
ser; así se convirtió en una mera burocracia que alberga ineptos de varias
gestiones en desmedro de sus muy capaces y bien formados analistas.
En su corta historia no ha
formado la DNIC una cultura institucional de servicio, como sí la tuvo la SIDE,
porque el kirchnerismo desprecia la actividad de Inteligencia desde el
prejuicio y la ignorancia.
Y le duele, claro, el
fundamental aporte de la Inteligencia Argentina a la derrota del terrorismo
castrista en los años de plomo.
Conducidos profesionalmente y
con espíritu de servicio, algo que no hará ningún militante kirchnerista que ve
a un enemigo en cada uniforme y un represor en cada agente de Inteligencia, los
buenos analistas de la DNIC, que los hay, serían un aporte sustancial a la
Seguridad.
La ciudadanía debe comprender
que cuando los gobiernos toman decisiones sin fundamentos de Inteligencia,
lejos de decidir apuestan a lo que disponga el azar.
Eso en materia de política
criminal significa que la delincuencia juega de banca, y la banca siempre gana.
El cargo de director de la
DNIC lo ocupa Damián Neustadt, con la misma intrascendencia que años atrás Sebastián
Fernández Ciatti, quien ahora acompaña a Sergio Berni como subsecretario de
Planificación e Inteligencia Criminal provincial.
Basta mirar la seguridad a
nivel nacional y bonaerense para darse cuenta que los funcionarios políticos
colocados en Inteligencia Criminal no hacen su trabajo. La nada de Aníbal
Fernández y el decaído show de Berni ratifican la inutilidad de Neustadt y
Fernández Ciatti.
El Sistema de Inteligencia
Nacional colapsó en 2014, no se ha levantado y sus organismos en lo que
funcionan lo hacen muy por debajo de su potencial.
Y es que no pueden funcionar
sin un gobierno decente.
Es pues muy duro intentar aquí
ser un buen agente de Inteligencia.
De hecho, uno de los peores
elementos de la DNIC pasó a la AFI. Y es que bajo el régimen kirchnerista manda
la ideología del resentimiento que nos mantiene empantanados de pasado. No el
patriotismo en la profesionalidad.
Pero a pesar de este presente
infame, hay quienes llevan las tres cosas que un agente de Inteligencia
argentino debe llevar siempre consigo: HONOR, LEALTAD Y APEGO A LA VERDAD.
Ustedes valen. Yo creo en
ustedes.
Consérvense buenos.
Ariel
Corbat, La Pluma de la Derecha,
un
liberal que no habla de economía.
Coordinador de Iniciativa I (Inteligencia para la Libertad)
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