viernes, 17 de febrero de 2023

NI PLOMO NI TASER NI TONFA: SILLAZO


(un artículo en broma para tomárselo en serio)

La evolución humana se manifiesta en la sucesión de técnicas novedosas que desde distintos oficios nos permiten superar obstáculos, y el duro oficio policial no es ajeno a esa lógica.

Supo Argentina tener una de las mejores policías del mundo, reconocida desde Juan Vucetich por sus avances tecnológicos, formación, disciplina y método a más del coraje e integridad de funcionarios como el Comisario Evaristo Meneses.

Y hoy se está retomando esa senda.

La brillante dirigencia política argentina del siglo XXI superó hasta volver opaco el recuerdo de la denominada Generación del 80, y eso se aprecia en la racionalidad cotidiana que nos impulsa constantemente al progreso.

Lo vivenciamos a diario en la ejemplaridad de los funcionarios, en el fluir de sabiduría de los legisladores con sus proyectos y leyes, en los altos valores morales que fortalecen las instituciones y en esa irreductible convicción de servir al pueblo y no servirse de él.

Nunca antes la dirigencia política estuvo tan dedicada a prestigiar las fuerzas policiales, basta este somero repaso de nombres intachables: Aníbal Fernández, Sergio Berni, Marcelo D´Alessandro, sin olvidar a Sabina Frederic o Patricia Bullrich, para constatarlo.

Y no es que solamente dan brillo los nombres de los ministros, tanto el presidente como los gobernadores son las lumbreras que clarifican el camino del prestigio policial como política de Estado que trasciende a todos los partidos.

Y lo demostró con creces la pandemia.

¿Cómo olvidar la sabia y decente conducción, tan respetuosa de la Constitución Nacional, que la política dio a las fuerzas policiales durante el azote del Covid?

Así nos protegieron de saritas, remeros y padres desaprensivos que sólo pensaban en sus hijos.

Esos políticos piadosos que prendieron velas por los muertos, se congratularon de placer cuando aquel policía explicó claramente a una ciudadana la razón de sus cuidados diciendo: "¿Qué Constitución Señora? ¡Estamos en pandemia!".

Sí, seguridad jurídica siempre. El deber ser sobre cualquier contingencia.

Es esa seguridad jurídica que garantiza la policía de Formosa cantando "Gildo va a triunfar", la misma con que Larreta en CABA ofrece la calle al uso de cuanto zurdo de mierda reclama algo. La misma que Marcelo Saín, Perotti mediante, consolidó a los narcos en Rosario.

Así, cada tanto se luce una u otra policía de las tantas que nos cuidan. 

Cierto es que a los policías palos porque obran y palos porque no obran. Oficio ingrato si los hay en una sociedad histérica que vota indecentes y ezquizofrénicos. 

Y esta vez el lucimiento por el uso de nueva tecnología y su incipiente técnica fue de la Policía de la Ciudad, esa de uniformes horrible por lo colorinche. 




En el video los vimos a sus efectivos sentando y asentando la eficacia (todavía no eficiencia) del sillazo policial.

Sin duda este hit de moda policial traerá consecuencias. 

Lo revolucionario del instrumento torna obsoleta la discusión política, tan interesante y bien fundada, sobre la incorporación de las peligrosas taser.

Obvio que el sillazo respalda más la autoridad policial.

Tras la alentadora experiencia piloto los políticos ya estan trabajando en optimizar los resultados: 

1) Tanto a nivel nacional como local se crean cursos obligatorios para enseñar a la ciudadanía que hay que ceder al asiento ante requerimiento policial. 

2) Creación en las distintas jurisdicciones de los "ENTES AUTÁRQUICOS DE SILLAS Y SILLAZOS), con cargos de director, jefes de departamento, divisiones, seccciones y apoyo logístico para garantizar la compra y provisión del novedoso elemento.

3) Creación del necesario impuesto a las sillas, sillones, banquitos y banquetas, como así también de las tasas municipales por asiento policial.

4) Creación en la ANMAC del registro obligatorio de legítimos usuarios y portadores de sillas, sillones y banquitos.

5) Viaje de una comisión especial del Congreso de la Nación a países de Asia  para tomar conocimiento de milentarias técnicas de artes marciales adaptables a la instrucción del personal policial.

6) Creación de la FEFIS (Fuerza Especial Federal de Intervención Sillera).

y 7) Promover el reconocimiento de la sila como arma no letal por parte de los organismos de derechos humanos.

Pero, no todas estas medidas tienen consenso absoluto. De un lado José Luis Espert, tan Ruckauf, exige a la policía meter bala siempre perforando cualquier duda, total después van presos los canas ¿Y a quién carajo le importan los canas?

Por otro lado el diputado radical Juan Martín Musac, asesorado por el esclarecido Lipovetzky, propone la prohibición total de sillas, sillones y banquetas, especialmente las plegables, porque a más del uso policial podrían servir a la delincuencia.

Dejo para cerrar mi opinión: 

La silla demostró su efectividad en imágenes de indiscutible hermosura y patriotismo, ideal para repeler ataques comunistas me genera dudas su posibilidad de portación aunque compensa por hacer menos cansadora la parada del poli.

No sé, tal vez por anticuado prefiero la tonfa...



Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha, 
un liberal que no habla de economía.

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