jueves, 27 de diciembre de 2018

¿QUÉ CLÓSET? LOS LIBERALES ESTAMOS EN EL CAMINO.


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El escenario político argentino, como el país mismo, no puede leerse en forma lineal. Sería bueno que así fuera, pero la estricta coherencia se perdió hace mucho tiempo. 

Alejandro Bongiovanni en Visión Liberal publica la nota que titula: "Olmedo: una opción para quienes se autoperciben liberales", la cual merece algunas reflexiones.  

Desde el título nos dice el autor que están los liberales y los que nos percibimos tales pero apoyamos a Olmedo, a los que finalmente nos invita a salir del clóset para que nos asumamos como "nacionalistas cristianos". Con criterio paradojal podría contestar que hay liberales y liberales de fundación, y que estos últimos a lo mejor son una de las razones por las que el liberalismo luego de la UCEDE no tiene un partido político que le de representación, es decir no hay nada más encerrado en su clóset que algunos liberales de fundación. Así que agradezco la invitación para salir del clóset, pero este liberal no es de fundación y por ende nunca estuvo en ese clóset, soy un peregrino: lo mío es el camino. 

En cuanto al análisis de los proyectos presentados por Alfredo Olmedo como diputado, sólo tienen un valor anecdótico a partir del Proyecto Olmedo Presidente. 

Y ello es así porque hace a la realidad política argentina entender que no existen candidatos ideales, todos los nuestros -todos- tienen más fallas que virtudes, pues nuestra sociedad, dañada en lo institucional, degradada en lo cultural y con marcada merma intelectal, tiene a esta altura de la historia más fallas que virtudes. 

Entonces, por tan simple razón, lo importante es cuál de esas pocas virtudes vamos a privilegiar al momento de elegir entre los candidatos reales. 

Para dejarlo en claro: Si pudiera elegir el candidato ideal estaría votando para Presidente, por ejemplo, un perfil similar al que en los Estados Unidos representaba desde el Partido Republicano John Mc Cain. 

Sí, me encantaría poder votar en Argentina al que sería mi candidato ideal: un héroe de guerra, exitoso en la empresa privada, eficiente en la gestión pública, republicano, austero, comprometido con la irrestricta supremacía de la Constitución Nacional y los valores fundantes de la Nación Argentina. 

Pero, ¿saben qué? Papá Noel no me lo dejó en el arbolito...



Claro, todavía quedan los Reyes Magos. Un poco de pasto y agua, por ahí me lo dejan en los zapatos, o mejor dicho: en mis viejos borcegos que todavía guardo. 

Tampoco descarto dar con la Lámpara de Aladino. Ahora bien, aunque soy el que escribió "Adiós Manuela, adiós", por lo cual entiendo el placer de frotar la imaginación, la política argentina está muy lejos de Mayo del 68 para postular llevar la imaginación al poder. 

La realidad es como es;  "la única verdad", decía el General. 

Del centro a la Derecha nadie va a votar a la izquierda, que incluye al kirchnerismo como totalitaristas comunistas mal disfrazados de peronistas. Y CAMBIEMOS hace un esfuerzo tan grande por evitar el cambio que votamos en 2015 como grande es su esfuerzo por  ungir el progresismo en nueva religión oficial. Por fuera del mal absoluto y sus variantes progresistas, nos quedan reducidas opciones, algún peronismo de nueva reconversión aún no del todo definido (que podría ser Urtubey), José Luis Espert y Alfredo Olmedo. 

Podría decir al respecto que apoyo al Proyecto Olmedo Presidente porque el espacio político en el cual milito, desde el Partido Autonomista de la Provincia de Buenos Aires, ENCENDER (Encuentro de Centro Derecha) así lo ha decidido. Y esa es una buena razón, pero no la única. 

Las razones de íntima convicción por las que adhiero al Proyecto Olmedo Presidente son positivas, esto significa que no es por descarte, ni mucho menos por descalificar a Urtubey, a Espert o a quienes voten por ellos. Al contrario, veo eventuales aliados en esa intención de cambio a lo presente.

Alfredo Olmedo, como candidato posible, representa la batalla frontal contra el progresismo cultural y sin dar ese buen combate es imposible que Argentina recupere algo de racionalidad. Esa es la virtud que estimo debe privilegiarse.

Ningún otro candidato ha tenido el coraje de afirmar que los años de plomo fueron una guerra y obrar en consecuencia, como lo hizo Alfredo Olmedo siendo el único que votó contra la negación del 2x1 a nuestros presos políticos. 

Y aquí es donde mi corazón liberal, que aborrece a Martínez de Hoz por su tablita y por no haber privatizado nada, guarda gratitud para con los hombres y mujeres que venciendo al terrorismo castrista me evitaron vivir y morir bajo una eterna dictadura comunista. He dicho muchas veces que puedo cuestionar los métodos, pero no voy a renegar de la victoria. Mi Libertad es agradecida y tiene memoria. Cuba sigue siendo la misma dictadura de entonces, y si no me creen consulten con Armando Ribas. 

Alfredo Olmedo también tuvo el valor de votar en contra de la Ley Micaela, un instrumento de adoctrinamiento progresista que dará lugar a un gran negociado de capacitaciones compulsivas, sin margen para cuestionar, objetar ni refutar. O sea. Olmedo es el único que votó por la Libertad de pensar.

Y Olmedo también votó en contra del aborto indiscriminado. Sus razones para oponerse al aborto son en parte distintas a las mías. Él es evangélico, yo soy ateo. Mi argumento es estrictamente liberal: El peor ataque a la Libertad es convencer a las personas que pueden tomar cualquier decisión sin asumir la responsabilidad de sus propios actos.

Hay algunos liberales que, como buenos "progres" olvidan la parte de la responsabilidad, y además justifican el aborto indiscriminado con argumentos que contradicen tanto la supremacía de la Constitución Nacional, como comprobaciones científicas. Además, obviamente, no captan que ciertas cuestiones deben resistirse porque no se pueden abrir a debate en los términos de la izquierda. 

Mi diferencia con esos liberales, es que nunca uso el "liberalómetro", es decir no me arrogo la potestad de decir quién es liberal y quién no. Tampoco descalifico llamando al que disiente conmigo "mononeuronal", "tipejo", "simio", "subnormal" y un largo etcétera de etiquetas denigrantes que me recuerdan mucho agravios prodigados durante el régimen por fanáticos kirchneristas. Ofender a otros pretendiendo dar fe de las propias convicciones nunca ha sido lo mío. 

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Tengo el orgullo (y voy a jactarme de ello) de ser aquel sobre quien escribió Agustín Laje: "La derecha renegada prefiere esconderse en esas etiquetas precisas para el mundo académico, pero nada entendibles para la arena política y el gran público (liberales, conservadores, nacionalistas, libertarios, randianos, tradicionalistas, y un etcétera espeso). Ariel, en cambio, probablemente sabiéndose una síntesis de varias corrientes, tiene la valentía del que asume lo que es, moleste a quien moleste: un hombre de derecha o, como él firma, 'la pluma de la derecha'”.

Como liberal siempre he tendido puentes y lo seguiré haciendo. La razón es simple, soy la clase de liberal al que no le bastaría vivir en un país de libertades, necesito una Patria de Libertad. Y ese, a pesar de los riesgos y tropiezos, es mi camino. 

Y los que estén en el camino, ¡bienvenidos al tren!.

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Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha, 
un liberal que no habla de economía.

domingo, 23 de diciembre de 2018

LA LIBERTAD SE JUEGA TAMBIÉN EN LA CACA DE TU PERRO


"De este modo, hace cada día menos útil y más raro el uso del libre albedrío, 
encierra la acción de la libertad en un espacio más estrecho 
y quita poco a poco a cada ciudadano hasta el uso de sí mismo".

  Alexis de Tocqueville (La Democracia  en América)





El peor ataque a la Libertad es convencer a las personas que pueden tomar cualquier decisión sin asumir la responsabilidad de sus propios actos. 

Cuando esa disociación se instala, la responsabilidad individual se diluye hacia lo colectivo y por ende se transfiere al Estado. 

Se trata de un proceso progresivo, en el que las sociedades débiles se dejan desestructurar perdiendo su identidad y valores. Aceptando con cada vez mayor indiferencia los postulados más absurdos, disminuyendo la resistencia a medida que lo ridículo se normaliza. 

Así, no importa lo que cualquiera haga, la sociedad asumirá las consecuencias porque, en definitiva todos somos víctimas de la opresión que nos imponen los mandatos tradicionales y la filosofía liberal que los sustenta. 

Y en esa exacerbación de la igualdad, redistribuyendo irresponsabilidad, no ser atormentados por las propias decisiones es algo que en principio se vive con alegría, porque estar al margen de todo juzgamiento, no quedar atado a las consecuencias, es sin duda una "liberación" al quitarse una enorme carga de encima de los hombros. 


Pero esa liviandad es tan liviana como engañosa una libertad sin responsabilidad. 

El truco está en el final de un largo y decadente recorrido, cuando ya con el Estado dueño de todas las responsabilidades el individuo tenga tan poca noción de su propia entidad como para haber retrocedido, imperceptiblemente, aquel paso de la evolución humana que lo llevo a salir del estado de naturaleza. 

El totalitarismo comunista, disfrazado de lo que sea, aspira a revertir el mito bíblico del paraíso perdido, proponiendo un "mundo feliz", un nuevo paraíso donde ya exceptuados de la responsabilidad, y para ser del todo felices: tampoco debamos decidir absolutamente nada. En el paraíso socialista no hay Libertad. 

Sabelo: Todo eso perdemos cuando dejamos que el Estado levante la caca de nuestro perro. 



Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha, 
un liberal que no habla de economía.

lunes, 17 de diciembre de 2018

LA REPÚBLICA TIENE DERECHO A MATAR / LA DOCTRINA SARMIENTO




"Atacá mis cuarteles, matá a mis soldados, tratá de imponerme una dictadura comunista, respetaremos tu derecho a luchar por el totalitarismo para que vuelvas a intentarlo".

Consigna estúpida, ¿no?

Sin embargo rige en Argentina, donde juzgamos y condenamos a los defensores de la República.


El 18 de Noviembre de 1863, Domingo Faustino Sarmiento, Gobernador de San Juan, escribía una memorable carta al Presidente Bartolomé Mitre, en la cual reflexionaba con crudeza respecto al ajusticiamiento del Ángel Vicente "El Chacho" Peñaloza: 

"No sé lo que pensarán de la ejecución del Chacho. Yo inspirado por el sentimiento de los hombres pacíficos y honrados aquí he aplaudido la medida, precisamente por su forma. Sin cortarle la cabeza a aquel inveterado pícaro y ponerla a la expectación, las chusmas no se habrían aquietado en seis meses. Los ejércitos harán paz, pero la tranquilidad no se restablecería, porque a nadie se le puede inspirar confianza de que no principie la guerra cuando le plazca al Chacho invadir las provincias vecinas. Es su profesión, ejercida impunemente treinta años, hallando siempre en la razón de Estado o en el interés de los partidos medios de burlarse de leyes y constituciones y aceptándolo como uno de los rasgos de la vida argentina y de nuestro modo de ser. Sea, pero seamos lógicos: cortarle la cabeza cuando se le da alcance, es otro rasgo argentino. El derecho no rige sino con los que lo respetan, los demás están fuera de la ley; y no tiene el idioma en vano estas locuciones".

Aquello estaba enmarcado dentro de la afirmación del Estado Nacional, contra la cual se había alzado Peñaloza; pero no es el punto ahora detenerse en el hecho histórico concreto, sino en el concepto por el cual Sarmiento justifica matar y que cierta clase de enemigos no pueden reclamar justicia.



La lógica sarmientina es implacable respecto a que quienes buscan por la fuerza destruir el sistema no pueden esperar que el sistema los proteja, ya que, lisa y llanamente, a esos enemigos de la República, por principio de exclusión voluntaria de consecuencia obligatoria, no los protegen las leyes de la República.  

No solamente es ridículo que un terrorista totalitario se ampare en el mismo orden jurídico que intenta destruir, es ridículo que ese orden agredido le permita hacerlo. No es cierto que dejaremos de ser democráticos, humanos, respetuosos de las libertades, por eliminar sin contemplaciones a quienes sanguinariamente representan todo lo contrario de nuestros valores. El único cuidado que se debe tener es no convertirse en el enemigo, esto es no llevar la brutalidad  de respuesta al punto de olvidar que luchamos por conservar nuestra identidad y libertad. 

"Seamos lógicos", dice Sarmiento. Y es lo que no hemos sido en las últimas décadas, razón por la cual somos un país estúpido que facilita el accionar de los que quieren destruirlo. Tanto así que hemos vulnerado nuestra propia Constitución Nacional, haciendo tabla rasa del principio de irretroactividad de la ley penal y la garantías del debido proceso, con la única e infame finalidad de perseguir y condenar a quienes evitaron se nos imponga por las armas una eterna dictadura comunista. 

No hay otro caso en el mundo de país tan imbécil que, con aceitada persistencia, ponga y acumule recursos del lado de los atacantes para defenestrar a sus defensores. 

La mentira de los 30.000 desaparecidos, hecha ley a instancias del FPV en la Provincia de Buenos Aires bajo la gobernación de Vidal y los votos de CAMBIEMOS, demuestra la perversidad del asunto. Los mismos que repiten la elaborada falacia, omiten recordar que el ERP, conducido por Roberto Santucho estimaba tener que realizar un genocidio de un millón de argentinos para imponer el socialismo. Del mismo modo, callan el enamoramiento por la muerte que experimentaban los miembros de Montoneros bajo la alucinada jefatura de Mario Firmenich. Frente a esas dos organizaciones dirigidas desde Cuba, y al módico costo de unos 6.000 bajas terroristas entre muertos y desaparecidos, se impusieron los militares argentinos impidiendo un verdadero genocidio y garantizando nuestro tradicional estilo de vida. 


En agradecimiento los condenamos a envejecer y morir privados de su libertad. Y somos tan agradecidos, que aunque hayan combatido luego en otra guerra defendiendo la dignidad nacional, sin importar las medallas merecidas en Malvinas, también los mandamos presos porque matar terroristas es algo que hiere la susceptibilidad de la izquierda y el progresismo. "Terrorismo de Estado" llaman al terrible crimen de defender la Patria del ataque de grupos terroristas organizados, dirigidos, entrenados y financiados desde un Estado totalitario, que sigue siendo dictadura desde antes de entonces y con pretensión de eternidad. 

Y nosotros, los argentinos gobernados por los mismos partidos políticos que en su momento fueron a golpear las puertas de los cuarteles, conservamos relaciones diplomáticas con esa dictadura comunista, que al día de hoy sigue interfiriendo en asuntos internos de nuestro país con iguales fines de antaño. Los que se enervan de odio y espanto por el Proceso de Reorganización Nacional para con asco en los labios llamarle "dictadura", siguen hablando melosamente de la "revolución cubana"; pues bien, aquel gobierno militar ciertamente no fue democrático, fue un gobierno autoritario, desde luego, pero no una dictadura totalitaria. Se asumió transitorio y para reestablecer el orden constitucional. Y si todas las dictaduras son malas, cabe distinguir que las que se perciben eternas son las peores. Cuba y Venezuela, por ejemplo. 

Como no hemos adoptado la lógica de Sarmiento para justificar y ejercer nuestro derecho, como Nación republicana, a eliminar sin miramientos a los enemigos que buscan privarnos de nuestra identidad y libertades, esos enemigos vuelven a intentarlo una y otra vez. 

En 1989 se presentaron como "Movimiento Todos por la Patria" (MTP) e incluyendo guerrilleros de distintas nacionalidades atacaron el Regimiento de La Tablada. Y somos tan agradecidos de nuestros defensores que a los que participaron de esta nueva defensa tampoco los íbamos a perdonar, así es como el Teniente Coronel Emilio Nani, habiendo combatido en Malvinas y en Tablada, quedó privado de su libertad. Literalmente defender a la Patria le costó un ojo de la cara, pero somos tan agradecidos que si pudiéramos le arrancaríamos el otro... no sea cosa que nos ataquen de nuevo y el muy cabrón siga peleando. ¡Así de agradecidos somos los hijos de puta que habitamos este país!

Y de tan agradecidos que somos, ahora mismo estamos juzgando a defensores de La Tablada por el terrible crimen de haber vencido, otra vez. 


La vida de los terroristas comunistas tiene en la Argentina el valor de lo sagrado, pero las de nuestros propios defensores no valen ni el recuerdo. Continuando con la desmemoria colectiva y el adoctrinamiento en la falsedad histórica del régimen kirchnerista, el Presidente Macri arroja flores al río, como lamentando no vivir (o haber muerto) bajo la dictadura eterna de los que prometían usar la Cordillera de los Andes como paredón de fusilamiento. 

El kirchnerismo no respeta la Constitución. El macrismo tampoco. Por eso sigue la farsa de los derechos humanos sumando presos políticos (o prisioneros de guerra, según se los quiera catalogar). Lo único que cambiamos fue un proyecto totalitario por otro progresista, que a la larga es exactamente la misma bosta. Perdonen la expresión, pero invocar a Sarmiento obliga a llamar a las cosas por su nombre. 

El estilo de vida que propone la Constitución Nacional no es una gracia que se concede y asegura por estar escrita en el papel, al igual que la Libertad es frágil y se pierde tan pronto como se deja de luchar por ella. Y esa lucha,  frente al enemigo totalitario que recurre al terror, justifica plenamente la doctrina Sarmiento: 

Sea, pero seamos lógicos: cortarle la cabeza cuando se le da alcance, es otro rasgo argentino. El derecho no rige sino con los que lo respetan, los demás están fuera de la ley; y no tiene el idioma en vano estas locuciones.

¡Patria y Libertad!


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía. 


martes, 11 de diciembre de 2018

EL JUEGO DE LA CHICA PRO


Días atrás, una reunión informal y sin otra finalidad que compartir un momento de camaradería para despedir el año, la charla con una veintena de cuadros medios de una fuerza de seguridad ratificó algo que es común a todas las fuerzas: Patricia Bullrich cuenta con la simpatía de la tropa.

Esto, que parece una obviedad manifiesta, deja de ser tan obvio cuando se indaga en el significado y proyección de esa simpatía. Bullrich motiva al grueso de los efectivos de las fuerzas federales, logra que quieran creer en ella, sin embargo no llega a trasmitir confianza en la gestión porque no proyecta certeza en todo lo que no depende de ella.

Ningún otro ministro de seguridad logró, en 35 años de intento democrático, tan alto grado de reconocimiento como el que ostenta Bullrich en el personal, pero se limita a sus intenciones y no despeja las muchas dudas que existen sobre el futuro de corto y mediano plazo. Y no sólo por la proximidad de las elecciones, sino por la dinámica del escenario político y la conformación del elenco que la secunda en el Ministerio.

Así como confían en Bullrich desconfían del resto del gobierno, al que perciben como irregular e incoherente. "Todo bien con Bullrich, pero Avruj...", advierte un todavía joven oficial. La condición de presos políticos de quienes combatieron contra el terrorismo castrista, privados hoy de todo derecho y garantía constitucional, mantiene un nefasto sesgo aleccionador para quienes sirven armas en mano: "La sociedad no te reconoce, pide mano dura y después te olvida en la cárcel".

Dentro del Ministerio de Seguridad las presencias de Gerardo Milman y Eugenio Burzaco, por razones distintas,  tampoco contribuyen a capitalizar en liderazgo el aprecio por Bullrich. Sería por demás largo volcar aquí las objeciones a uno y a otro, basta con decir que no receptan nada de la simpatía por Bullrich.

El protocolo que endurece las normas de seguridad propuesto por Patricia Bullrich desató una interna en Cambiemos

En una nota anterior, a raíz del "Reglamento General para el empleo de las armas de fuego por parte de los miembros de las Fuerzas Federales de Seguridad", me preguntaba: "¿A qué juega Patricia Bullrich?". Y su intervención en el Consejo Directivo Nacional del PRO que tuvo lugar en Parque Norte el 10DIC18, dejó bastante clara la respuesta: La Piba del PRO juega para Durán Barba. 

Analizando la victoria de Jair Bolsonaro en Brasil, observó Durán Barba que "Bolsonaro ofreció una lucha sin límites en contra de la delincuencia, que es el problema más sentido por la gente de su país". Patricia, como buena "Chica PRO", que quiere ganar elecciones aunque no sepa para qué, ve al ecuatoriano como a un gurú. Y siendo parte de un gobierno que no levanta la economía (pese a la solvencia con que Mauricio Macri prometía terminar con la inflación cuando era candidato), Bullrich sabe que lo suyo, en bruto, alcanza para ser mejor que el resto. Tomó nota y salió al ruedo con una frase fiel a su estilo voluntarista: "El año que viene los votantes valorarán el cambio que se está generando y que no tiene vuelta atrás". 

El contenido del cambio, en materia de seguridad, es tan dudoso como el que no tenga vuelta atrás; tan dudoso que la simpatía de la tropa no pasa de eso. Pero ahora está de moda el "efecto Bolsonaro", y aunque no lo estuviera el gobierno no puede mostrar mucho más, así que fue la más aplaudida de los que hablaron en el encuentro del PRO. 



Para hacer más divertido el asunto, Gabriela Michetti, participando del mismo evento, con su estridente tono de voz, admitió primero que Argentina está fracasando en lo económico, luego ensayó una teoría sobre el valor aspiracional de las promesas de campaña, que quedará para la antología de lo poco que vale la palabra de un político, y finalmente cual frutilla del postre hizo un autoelogio de su rol como Vicepresidente en estos términos: 
"Por lo menos en lo que yo, a mí me toca en mis responsabilidades, yo me he metido hasta acá (hace un gesto similar al que Guillermo Moreno le dedicó a Martín Lousteau aquella vez, pasándose la mano por el cuello) y creo que es un cambio histórico en la Vicepresidencia de la Nación. O sea, ¿cuándo había un Vicepresidente que se llevara bien con el Presidente, que no generara narcisismo y querer considerarse como el Presidente y hacerse el importante? El Presidente confía plenamente en su Vicepresidenta (sic). Creo que es un cambio muy importante".
Ante estas declaraciones uno comprende que para Gabriela Michetti la noción de lo "histórico" es cuánto menos controversial, por no decir ridícula. Pero dejando de lado ello, podría decirse que el asombroso stand up de Michetti estaba destinado a Patricia Bullrich, porque sabe que ante la suma de frustraciones en el mandato de Mauricio Macri, por esas metas "aspiracionales" que la propia Vicepresidente reconoce incumplidas, la reelección presidencial requiere un ajuste de fórmula.

Bullrich podrá ser narcisista, tal vez creerse más importante que el Presidente o hacerse la importante, siempre en la visión de Michetti, pero mientras "Macri- Michetti" suena a más de lo mismo, a fracaso rotundo, admitamos que "Macri-Bullrich" promete otra cosa, o mejor dicho, establece una "meta aspiracional" distinta.

Y el corolario de esto es que, ayer, 10 de Diciembre (Día de la Democracia o este algo por el estilo que nos hemos dado), viendo "Animales Sueltos", el programa de Alejandro Fantino, gente que se reía groseramente de la campaña presidencial de Alfredo Olmedo ya dejó de reír. Pasamos del ninguneo soez a la preocupación por 5 puntos del electorado; cuando todavía no hay encuestas...



Porque hay cosas que con el PRO, viciado de progresismo, nunca sonarán auténticas. Mucho menos con un Presidente que comete el gravísimo error de no asistir a la asunción presidencial de Jair Bolsonaro. La sintonía con Brasil es un interés estratégico de la Argentina. Privilegiar vacaciones por sobre ello es irresponsable. Además, un gesto progre para que no le digan facho...

La credibilidad del PRO no pasa de ser una aspiración de campaña. 


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.



miércoles, 5 de diciembre de 2018

¿A QUÉ JUEGA PATRICIA BULLRICH?




Si la polémica generada por el "Reglamento General para el empleo de las armas de fuego por parte de los miembros de las Fuerzas Federales de Seguridad", termina ratificando y reforzando la  nefasta preeminencia del garantismo por sobre el sentido común, la decisión de la ministro Patricia Bullrich habrá sido totalmente contraproducente. Un retroceso para los agentes de orden y para la seguridad de todos los que habitan territorio argentino. 

Ahora bien, en un país en el que victimizarse da rédito, me pregunto si Patricia Bullrich ha jugado este Reglamento con torpeza pero de buena fe, conforme a lo que tantas veces le he criticado, o porque desde el mezquino cálculo electoral busca posicionarse como una suerte de Juana de Arco, a la que no dejan hacer.  

Admito que el interrogante es desagradable, pero ineludible. Es sabido que a CAMBIEMOS, gobierno de progres, se le están cayendo en cascada los votos por derecha, lo cual en la lógica de Durán Barba no era problema sin otro al que votar, y tanto la ministro Bullrich como Miguel Angel Pichetto en el PJ son el más de lo mismo que quiere capitalizar, por oficialismo u peronismo, el llamado "efecto Bolsonaro". O sea: disminuir el riesgo Alfredo Olmedo, esa preocupación creciente para los que quieren polarizar las elecciones del 2019. 

Con toda una vida en política, de ninguna manera Patricia Bullrich pudo desconocer el escenario en el que iba a impactar su reglamento. Era cantada la oposición de toda la comparsa de negociantes de los derechos humanos, del zaffaronismo judicial y del zurdoprogresismo legislativo

Entonces: ¿lo dictó para que proteja a los efectivos a su mando o para posicionarse electoralmente?

¿A qué juega Patricia Bullrich?

Por ahora me quedo con el interrogante, la respuesta ya vendrá. 


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía. 






lunes, 3 de diciembre de 2018

FELICITACIONES POR EL G-20, Y COMO DECÍAMOS AYER...


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Cabe reconocer, a la finalización del G-20, que el despliegue y sostén del dispositivo de seguridad ha sido impecable. 

Las opiniones son libres, pero los hechos son sagrados; por lo que, nobleza obliga, aplaudo el gran trabajo del equipo liderado por la Ministro de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich.

La contundencia del operativo hizo desistir a la izquierda de repetir sus tropelías con esa impunidad a que nos tienen acostumbrados. Lo cual viene a demostrar que cuando la autoridad se planta fuerte en la calle hasta el zurdaje se comporta civilizadamente. No rompieron veredas, no arrojaron una sola pedrada, tampoco patearon las vallas, ni siquiera gritaron fuerte. Como nenes de jardín de infantes los vimos caminar sosteniendo la soga para no perderse mientras cantaban con voces finitas y cuidando de no desafinar; dirían nuestras abuelas que: "se comportaron como señoritos ingleses". Ya que no franceses...

Un primor nuestros zurditos. De tan pacíficos, hizo falta un terremoto para que se sacuda algo. 

Por supuesto un despliegue como el del G-20, notoriamente excepcional, no puede sostenerse en el tiempo, ni material ni moralmente, mucho menos ampliarse a todo el país; poco hay en él que sirva de modelo para el día a día de nuestra seguridad. Partió mi amigo Dony, como se fueron el franchute y el coreano (los dos hipócritas que fueron a tirar flores al río) y último el comunista al que no le gusta que lo comparen con Winnie the Pooh, así que acá estamos; otra vez solos. 

Con un claro sentido de la oportunidad, el Boletín Oficial publica entonces la Resolución 956/2018 por la que Patricia Bullrich  dispone aprobar el "Reglamento General para el empleo de las armas de fuego por parte de los miembros de las Fuerzas Federales de Seguridad". 


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Para sorpresa de quien esto escribe, Gerardo Milman justifica con toda razón: "Es ridículo que los policías tengan que esperar a que les disparen para repeler un ataque". Al tiempo que protestan los que nunca protestan cuando matan a un policía.

El Reglamento aprobado por Bullrich es positivo; pero insuficiente. Se calculó el efecto mediático de la noticia al término del G-20, y otra vez, como en el caso Chcocobar, vemos la voluntad de la ministro tranformándose en voluntarismo. 

Comparto plenamente el objetivo que persigue el Reglamento, no puede haber "fantasma" que haga dudar al policía en el cumplimiento de su deber, pero necesita rango de ley, porque los jueces siguen siendo los que eran; y el problema está ahí, en la cría de Zaffaroni. 

Al "poli" de calle, que en una fracción de segundo debe decidir su disparo, no hay ningún reglamento que lo ponga a salvo del garantismo judicial. La estrategia del Ministerio debió contemplar un abordaje distinto para blindar legalmente al agente del orden que bien cumple su deber.  Pero para eso se necesita la capacidad de planificar anticipando los escenarios, algo que, aparentemente, no podemos hacer sin tutoría extranjera. Entre otras razones porque, dicho sea de paso y como decíamos ayer, se desprecia la actividad de Inteligencia y sigue acéfala la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal (DNIC). 


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha, 
un liberal que no habla de economía.


LA SONRISA DE JAMES COBURN

LA SONRISA DE JAMES COBURN