jueves, 23 de marzo de 2017

PARA LA LIBERTAD





Soy liberal por razones románticas que hacen al origen de mi Patria. 

La Nación Argentina comenzó a gestarse en algún momento anterior a la Revolución de Mayo, y muy posiblemente las victorias sobre el enemigo inglés en las gloriosas jornadas de la Reconquista y la Defensa hayan servido de catalizador para que entre los combatientes criollos, hombres de la talla de Manuel Belgrano y Don Vicente López y Planes, se afianzara la conciencia de ser algo distinto de España.

Por entonces, las ideas liberales ya circulaban en las costas del Río de la Plata, donde entre 1802 y 1807 Juan Hipólito Vieytes –acaso demostrando que hasta en los nombres de pila los liberales somos pioneros– publicaba el Semanario de Agricultura Industria y Comercio, defendiendo los beneficios de la libertad. Vieytes, como buena parte de los primeros patriotas, bregaba por el libre comercio, el respeto a la propiedad privada y gobiernos limitados frente a la autonomía del individuo.

De aquella semilla florecieron las ideas de Alberdi y de Sarmiento, que en la visión de Roca y la Generación del 80 hicieron de la Argentina una gran Nación. 

Alejarnos de las ideas de la Libertad fue sumergirnos en la decadencia. Durante el régimen kirchnerista, con su celebración suicida de esa misma decadencia, íbamos en camino a quedar, como la triste Venezuela, bajo el yugo de la tiranía comunista que desde hace más de medio siglo confisca las libertades de los cubanos. Estuvimos a muy pocos votos de entregarles la Patria que supimos defender por las armas. 

Los liberales, aunque en diáspora, resistimos al régimen desde el comienzo y estuvimos en la calle para frenar el embate totalitario en defensa de la República.




Con el triunfo de CAMBIEMOS se evitó aquella caída fatal, pero las ideas de la Libertad están lejos de tener preponderancia cultural. Incluso dentro de CAMBIEMOS, si bien hay liberales faltan grandes dosis de liberalismo en sangre, para peor hay algunos que tienen mucho kirchnerismo residual y latente. 

Los principales voceros del liberalismo ostentan un enfoque principalmente económico, no porque lo reduzcan a una receta económica de libre mercado sino porque ese es casi el único espacio que les permite el enfoque periodístico en el acceso a los medios masivos de comunicación.

Está claro que cuando un micrófono se acerca como economistas a Ricardo López Murphy, José Luis Espert o Javier "malditos keynesianos" Milei, ellos no hablan desde una mera receta económica sino desde la más profunda concepción de la Libertad.

Es un hecho que se asocia liberalismo a economistas, por eso con este blog tengo la pretensión (quizà muy por encima de mis posibilidades) de romper ese cerco siendo un liberal que no habla de economía. Aquí, dia por medio, subiré opiniones liberales más allá de la economía en videos de menos de 1'.

¡PATRIA Y LIBERTAD!




Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
(un liberal que no habla de economía)

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