Tormenta de ideas en el Ministerio de Seguridad.
Ministro: Piensen.
Secretario 1: Mandemos gendarmes.
Secretario 2: Muchos gendarmes.
Secretario 3: Más gendarmes!
Ministro: ¿Alternativas?
Secretario 1: Mandemos gendarmes.
Secretario 2: Muchos gendarmes.
Secretario 3: Más gendarmes!
Pocas cosas demuestran tanto la mediocridad de la política como agotar un recurso en dar una y otra vez la misma respuesta a cualquier problema.
"Más gendarmes", el chiste de los gendarmes es lo que sigue proponiendo Cristina Fernández. Y vale volver a leer al párrafo pertinente:
"Nosotros cuando estuvimos en el gobierno desplegamos miles de gendarmes en el Conurbano Bonaerense en el Operativo Centinela, la gente lo pedía porque tenía más confianza. Eso todavía no sé por qué no podemos hacer lo mismo de desplegar miles de gendarmes aquí en el Conurbano Bonaerense en lugar de tenerlos en medio de la Patagonia nadie sabe haciendo qué".
Como si ahora no estuviera en el gobierno, Cristina Fernández propone más de lo mismo, contradiciendo incluso sus críticas al macrismo que también hizo un uso excesivo de la Gendarmería Nacional.
Por caso cabe recordar que el Subsecretario de Fronteras Matías Lobos, durante la gestión de Patricia Bullrich y demostrando su ineptitud para el cargo, celebraba el despliegue de gendarmes en el Conurbano...
Por esa decisión política de desgastar el bien ganado prestigio verde, la Gendarmería ha ido difuminando la especialidad de frontera para convertirse en una fuerza multipropósito con tendencia, por pérdida de identidad, a no tener ninguno.
Pero más allá que sostener miles de gendarmes en el conurbano distrae recursos necesarios en la protección de nuestras extensas fronteras, confines a los que la Gendarmería debe dirigirse asegurando su identidad primaria como fuerza de Seguridad con funciones de Defensa, lo llamativo y cínico en el discurso de Cristina Fernández es la demagogia de proponer lo que sale de las encuestas.
Que la gente en el conurbano quiere gendarmes es cierto, pero ¿de verdad lo cree Cristina Fernández?
Repasemos algunos hechos significativos de su relación con la Gendarmería Nacional para interpretar si dice lo que cree o lo que mucha gente quiere escuchar.
Cristina Fernández asumió su primera presidencia el 10 de Diciembre de 2007. Hasta entonces la Gendarmería Nacional, entre otras virtudes destacables, exhibía una disciplina inquebrantable.
MANO DE OBRA BARATA
En su discurso del 26 de Junio de 2012 ya en su segundo mandato, Fernández hizo referencia a los efectivos de Gendarmería fallecidos cuando dos colectivos que transportaban tropa desde Chubut a Mendoza fueron colisionados por un camión, cuyo conductor también perdió la vida, al igual que los civiles que conducían ambos micros.
Allí utilizó esas muertes con un sentido político oportunista. En víspera de la protesta de la CGT en reclamo del aumento del mínimo no imponible para el impuesto a las ganancias, trajo a colación que el Gendarme José Ricardo Bordón percibía un sueldo de 4.100 pesos, que el Gendarme Martín Javier Delgado cobraba 2.800 pesos, el Gendarme Elías Jacobo García recibía 3.707 pesos y el Gendarme Federico Ismael Villca 2.991 pesos, agregando inmediatamente:
"Ya sé, mañana van a decir '¡Qué poco que le pagan a los gendarmes! ¿Por qué no le aumentan el sueldo?'".
La única respuesta que se desprendía de sus palabras fue que si visten de verde es porque siguen su vocación, como si la simple satisfacción de una vocación de servicio pudiera suplir la necesidad de un salario digno. Teniendo en cuenta que en su discurso la presidente se la pasó describiendo un país donde los trabajadores protestan por bienestar, y porque ganan tanto que tributan ganancias, para afirmar que quienes se oponen a su gobierno pretenden nada menos que "volver a lograr mano de obra barata en la República Argentina", resultaba contradictorio que expusiera los bajos sueldos de los gendarmes como si fueran producto de un sacrificio voluntario por parte de ellos, una suerte de contribución patriótica, cuando en rigor de verdad son (siguiendo su argumentación) trabajadores que no tienen sindicato y a los que su Gobierno -a confesión de parte relevo de prueba- les pagaba sueldos a todas luces insuficientes. Es decir que para el kirchnerismo, más allá de la voz quebrada de la Presidente al listar los muertos, la Gendarmería era mano de obra barata.
EL QUIEBRE DE LA DISCIPLINA
En octubre de 2012 los bajos salarios de los gendarmes, aludidos por Cristina Fernández y que eran también los de la Prefectura Naval Argentina, llegaron al punto -largamente anunciado- de un malestar que quebró la disciplina al interior de ambas fuerzas. Si la Prefectura contaba con el antecedente de participación de los Albatros en sublevaciones carapintadas, la protesta encabezada por suboficiales era totalmente inédita en la Gendarmería y tornó ficta la cadena de mandos.
Las consecuencias de ese quiebre de la disciplina tardaron años en superarse. El kirchnerismo, con Nilda Garré como ministro de Seguridad, desde su odio visceral a los uniformados, había logrado poner a la Gendarmería en condición de vulnerabilidad moral y material.
EL GENDARME CARANCHO
En el año 2014, cuando todavía las consecuencias del quiebre de la disciplina no habían sido del todo superadas y persistían recelos generados por las protestas (con cuestionamientos a la oficialidad), ocurrió un hecho de impactante repercusión negativa en la sociedad y desmoralizador al interior de la fuerza. El caso fue conocido como "el gendarme carancho", haciendo alusión a los fraudes con accidentes de tránsito, ya que durante una protesta en la Panamericana, un oficial con rango de Comandante se arrojó sobre el capot de un vehículo simulando haber sido embestido. Escena que quedó registrada en video. Sergio Berni era secretario de Seguridad.
¡DESTRUYAN A LA GENDARMERÍA!
La Gendarmería Nacional fue dañada durante las dos primeras presidencias de Cristina Fernández, pero lo que realmente manifestó la intención de desacreditar y destruir la fuerza fue la opereta montada por el kirchnerismo para adjudicar a los gendarmes la "desaparición forzada seguida de muerte" de Santiago Maldonado.
El caso es por demás conocido. Como parte de esa opereta se atacaron unidades de Gendarmería Nacional, se hostigó a los gendarmes y a sus hijos: docentes kirchneristas hicieron llorar a los chicos diciéndoles que sus padres eran asesinos y la Gendarmería criminal.
Cristina Fernández, como jefa del kirchnerismo incentivó activamente esa campaña, que todavía hoy a pesar de decenas de peritos afirmando que el supuestamente desaparecido se ahogó en el río, posiblemente abandonado por los mapuches con los que andaba, subsiste como un eco que repite la militancia kirchnerista en cada oportunidad que se les presenta. Mienten 30.000 ignorando la verdad de las matemáticas así que uno más no van a dejar de mentirlo. Siempre mienten.
LOS HILOS DEL TÍTERE
Por mucho que Cristina Fernández quiera inventarse una épica del retorno, a nadie escapa que Alberto de la Fernández es una marioneta cuyos hilos dirigen sus dedos.
Y eso fue notorio en materia de Seguridad desde la agresión del gobierno contra la Gendarmería Nacional. Apenas llegada al ministerio de Seguridad, Sabina Frederic intentó inmediatamente reflotar la opereta Maldonado, como así también responsabilizar a la Gendarmería por la participación que en 2019 le fue impuesta por el poder político en relación a la crisis institucional en Bolivia y desacreditarla por las pericias del caso Nisman.
Cada quien sacará sus propias conclusiones. La mía es que el kirchnerismo es un proyecto totalitario de corrupción estructural que busca deformar y subvertir todas las instituciones. Cristina Fernández recurre ahora a prometer gendarmes, rifarlos en una suerte de viejo show de presencia verde, sin ninguna intención de contribuir a la Seguridad. Sólo es otro relato para imbéciles, como el de que volvían mejores.
No tiene ninguna propuesta en materia de Seguridad Interior, porque para tenerla hay que estar comprometido con alcanzar y sostener la irrestricta supremacía de la Constitución Nacional.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.
MAGISTRAL TESTIMONIO OFERTADO A LA VERDAD, TODA LA VERDAD Y NADA NAS QUE LA VERDAD!!! PROFUNDO AGRADECIMIENTO A ARIEL CORBAT POR SU VALIOSO APORTE!!!!
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