jueves, 24 de octubre de 2019

¡UN DOCUMENTAL IMPERDIBLE!


Desde la aparición del cine, las películas son uno de los entretenimientos mejor apreciados por la humanidad. La fábrica de sueños nos ha permitido imaginar la vida desde infinidad de cristales, y a tal punto nos ha puesto en galaxias lejanas como acercado al vecindario que a veces, pantalla mediante, nos descubrimos iguales a los que creíamos enteramente opuestos y entendemos cosas sobre nosotros mismos. En buena medida podría decirse que si uno es los libros que ha leído, también es las películas que ha visto. Por eso hay películas que nos dejan impresiones duraderas, que nos acompañan por siempre como hitos de nuestra propia existencia. 



La lectura y el cine son siempre experiencias personales, porque sin importar cuántos más lean ese libro o vean esa película, superando los rasgos comunes todo aquello que pensamos, sentimos o imaginamos es único e intransferible.  

Disfruté a través de Netflix "Chuck Norris vs Comunismo", un documental de Ilinca Calugareanu (2015 y sin fecha de vencimiento) que revela el modo en que a través del videocassette en la Rumania del dictador comunista Nicolás Ceaucescu, el deseo de ver películas logró burlar la censura. Se trata de un encantador alegato a favor de la Libertad, que despierta una inmediata simpatía por los rumanos y deja marca. 

Si recomiendo con el mayor entusiasmo a los lectores de La Pluma de la Derecha el documental de Calugareanu es porque, objetivamente, tiene méritos propios para ser inolvidable. Expone su idea en forma clara y amena, ayudando a comprender lo mucho que había de Orwell, como realidad y paranoia, en la Rumania comunista; subrayando y exaltando en la narración que la sencilla humanidad de los rumanos, (finalmente, la sencilla humanidad a secas) no pudo ser quebrada. 

Revolución Rumana (1989), el dictador Nicolás Ceaucescu es ejecutado
y la Bandera Rumana liberada de la mancha comunista. 
Pero luego también la recomiendo por mi propia subjetividad. Porque trazar paralelos es inevitable y acá viene mi historia para que el lector repase la suya. Confieso que el título del documental me llamó la atención y a la vez me hizo dudar de verlo, pues las películas de Chuck Norris no han gozado de mi preferencia. Pero superado ese prurito, con unos pocos minutos del documental recordé la impresión que siendo adolescente me causó la película rusa, realizada en 1979, "Moscú no cree en lágrimas", del director  Vladímir Menshov.  Premio Oscar a la mejor película extranjera en 1980, ver esa película significó para mí que el ruso promedio, ese enemigo comunista siniestro y gélido, era muy parecido a cualquier argentino; entendí entonces que el comunismo es espantosamente artificial.

Viendo "Chuck Norris vs Comunismo" pasa lo mismo con los rumanos, pero mientras nosotros eramos socios de varios videoclubes y alquilábamos películas sin restricciones, sólo por diversión, ellos arriesgaban algo y a más de diversión intuían en esas cintas el sabor de la Libertad; despertando al sueño de alcanzarla. Quienes dan su testimonio en el documental lo hacen de tal forma que se los siente cercanos, un amigo o un vecino cualquiera del barrio. La directora ha sabido captar el rasgo humano que nos iguala en lo cotidiano, subrayado por el valor de una voz: la de Irina Nistor.

Buscando sintetizar en una imagen la experiencia de "Chuck Norris vs Comunismo" recordé la última película de Jerry Lewis y Dean Martin como dúo: "Hollywood or Bust", de 1956 y dirigida por Frank Tashlin, que en plena Guerra Fría y con la caracterización del Gran Bufo como un ruso amante del cine, rindió tributo y acaso, hermosa palabra la palabra "acaso", envió un mensaje de esperanza a los que padeciendo la oscuridad tras la cortina de hierro anhelaban la luz del proyector, esa luz que décadas después llegó a Rumania en las cajas plásticas del VHS. 

Jerry Lewis, "Hollywood or Bust" (1956)

Al fin, la Libertad vence. Lo trágico es que en las vueltas de la historia haya pueblos que no sabiendo valorar su Libertad caigan estúpidamente en abismos de los que otros pueblos escaparon con gran sacrificio. Pero esa es otra película, posiblemente una película argentina en pleno rodaje...


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.  







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