Es hora que todos aquellos que despiertan expectativas como posibles candidatos de la centroderecha se sienten a la misma mesa y asuman públicamente la responsabilidad de acordar o no la unidad para estas elecciones.
Grandeza, señores. No es momento de cálculos mezquinos.
Más allá de los comicios inmediatos hay una crisis en 2019/ 2020 que se perfila como inevitable y cuyas consecuencias, tal cual afirma Paul Leclercq, al igual que la trayectoria balística de las esquirlas en la explosión de una granada no pueden preverse con exactitud.
Hay consenso general que por deuda impagable y reformas inexistentes esa crisis será profunda. Algunos pueden creer que en ese contexto se impondrá la racionalidad y ver una oportunidad de mejora, pero ahí está Venezuela para recordarnos que la irracionalidad no tiene límite.
Sin estar posicionados como un espacio político activo no tendrá la centroderecha ninguna chance de influir en la realidad de incógnitas que sobrevendrá como escenario post electoral.
La casta política, en el gobierno y la oposición, no tiene ningún respeto por la Constitución Nacional y por ende no garantiza la institucionalidad republicana en tiempos de crisis. Buscarán parches y el que todo cambie para que nada cambie mientras nos superan países africanos.
La continuidad histórica pondrá en juego la existencia misma de la Nación Argentina, que hoy se exhibe como una republiqueta de neandertales camino a su extinción. Y si no somos capaces de reaccionar la veremos deshacerse sin pena ni gloria.
Reclamo de todos quienes amamos a la República Argentina y la soñamos como la tierra del Himno de la Libertad, un último y desesperado esfuerzo para volver la Patria a su destino.
Y subrayo la gravedad de lo que viene: un último y desesperado esfuerzo.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.
Coincido totalmente. Deberíamos ir todos en la misma boleta electoral. El sistema castiga las divisiones.
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