viernes, 26 de abril de 2019

POSTALES DE UN PAÍS ABSURDO


La tragedia argentina es ser una sucesión de zancadillas de comedia sin gracia. Así ocurre que el kirchnerismo llevó adelante un proyecto totalitario de rancio sesgo comunista, incluyendo retrato del Che Guevara en la Casa Rosada, pero los progres de CAMBIEMOS siguen hablando de "fascismo"...

Casi cuatro años sin cazar un fulbo! Y sin siquiera amagar con dar batalla cultural para salir de la irracionalidad del país que hace del tiro al pie su deporte nacional. 

Imagine usted que Al Qaeda planeara una contraofensiva en USA y los terroristas fueran eliminados en el intento. E imagine que décadas luego USA juzgase a los suyos por matar terroristas, y un jefe de Al Qaeda declarase como testigo.

¿Ridículo, no?

Bueno, eso tan ridículo está pasando en Argentina. 

Hace poco se condenó a prisión perpetua al General Alfredo Arrillaga por supuestos delitos de lesa humanidad en la victoria de la Nación Argentina sobre los terroristas del MTP (Movimiento Todos por la Patria), esa recreación del ERP que en 1989 atentó contra las instituciones republicanas al intentar iniciar una insurrección armada con el copamiento del cuartel de La Tablada. Y así somos, un país idiotizado que en lugar de premiar a nuestros defensores dejamos que sean juzgados por el enemigo, dándole al testimonio de los terroristas un valor que no se le confiere a la palabra de las personas decentes. 

Y por si fuera poco el dislate, corre otra parodia de juicio donde el Estado Argentino se autoflagela por haber osado defenderse de la "contraofensiva" que la organización terrorista Montoneros, desde su comandancia militar ubicada en La Habana, Cuba, en dependencias oficiales del Estado Cubano y al servicio de la tiranía castrista, lanzó contra la Argentina en 1979/1980. En esa fantochada de juicio oficia como testigo el terrorista Roberto Perdía... 





Ante semejante cuadro de ridiculez, me pregunto cómo fue que pasamos de ser un pueblo de valientes, dispuestos a enfrentar a muerte a cualquiera que alzara frente a nosotros el sangriento estandarte de la tiranía, a ser una sociedad tan hipócrita y decadente como para tener por rasgo saliente a la cobardía intelectual.

Un hito en ese recorrido es sin duda la decisión del Consejo Superior de la UBA que excluyó del programa UBA XXII a condenados y procesados por delitos de lesa humanidad. Una aberración jurídica fundada en la cobardía de los que abrazan la falsedad como verdad dogmática.

Temiendo que esos pocos reos puedan sostener un “discurso negacionista” en el propio seno de la Universidad, Zaffaroni y compañía pusieron límites al pensamiento. La UBA es desde entonces una casa de estudios tutelados por la cobardía intelectual.

Era lógico que esa misma chatura se extendiera a otros ámbitos sociales, y así el Colegio Esquiú de la CABA despidió al Profesor Sebastián Miranda por publicar un libro "sobre temas sensibles". Que no es otra cosa que una biografía de Mohamed Alí Seineldin.

Los K gustaban de amenazar escribiendo en las paredes: "Ni lo piensen". Y a poco estuvieron de lograr paralizar a toda la sociedad sembrando miedo a la Libertad. 

La cobardía intelectual es la peor de las cobardías: es tener miedo de pensar. Porque pensar exige actuar. El miedo a contradecir el relato, a buscar y defender la verdad, es someterse a los que frente a nosotros alzan el sangriento estandarte de la tiranía, esos cuya sangre impura manda La Marsellesa inunde los surcos de la tierra, esos que enseña el Himno Nacional Argentino devoran cual fieras todo pueblo que logran rendir. 

La Libertad no se defiende sólo con palabras y buenas intenciones sobre el papel, en última instancia se defiende matando. Sí, matando. Y miserable es el destino de los pueblos libres cuando pierden esa convicción. 




Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

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