viernes, 29 de marzo de 2019

ALFONSÍN NO ES EL PADRE DE LA DEMOCRACIA

 "¡Desgraciados los pueblos que no tienen ideales!"
Leandro N. Alem.

Llamar a Raúl Alfonsín "padre de la democracia" me parece sumamente desacertado.

Tan desacertado como decir que Margaret Thatcher fue la madre.

La imagen puede contener: una o varias personas y exterior

Y en definitiva cuando a un experimento colectivo que hasta el día de hoy resulta fallido se le atribuye un padre o una madre, más que un homenaje lo que se intenta es tener un chivo expiatorio que nos libre a todos de la responsabilidad que nos cabe por la decadencia argentina en el fracaso de esta democracia de baja estofa.

Alfonsín arrancó muy bien recitando el Preámbulo de la Constitución Nacional, pero nunca pasó de ahí, sembró las malezas de la degradación cultural y terminó traicionando toda moral republicana cuando, Pacto de Olivos mediante, negoció migajas de poder con Menem convalidando la mala reforma constitucional de 1994.

No espero que los alfonsinistas entiendan la profundidad de este posteo. ¿Cómo podrían entender algo? Si desde el Pacto de Olivos en adelante no han hecho más que justificar el sucidio de Leandro N. Alem, al punto que hoy, ambicionando ser furgón de cola para cualquier cosa se debaten entre someterse nuevamente a Macri o a Lavagna.

La imagen puede contener: cielo y exterior

Y con todo no objeto el monumento, lamento incluso que no se haya hecho algo con mejor estética. Pero no es posible esperar nada mejor mientras Vicente López siga gobernada por el PRO, con un intendente como Jorge Macri que gasta en huevadas de cemento como si fueran esculturas.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

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