sábado, 23 de octubre de 2021

MIRIAM LEWIN, LA CENSORA DEL RÉGIMEN KIRCHNERISTA


"Cuando el humor ser pierda todo estará perdido"




La clave del humor absurdo, lo que hace reír, es que lo absurdo no sea parte de lo cotidiano. Nos reímos por imaginar cosas que sabemos o creemos no pueden pasar en la realidad. Y eso es lo normal, porque perder noción de lo absurdo es demencia. 

En Argentina, subvertida hasta la demencia, ya no queda ni el humor absurdo, todo puede ser real, especialmente lo absurdo. Y con eso lo absurdo pierde la gracia y se convierte en patético. 

El 17 de Octubre, intentando un ejercicio de humor absurdo, relacioné la llamada "grieta", cuestión de estricta esencia política, con la separación de Wanda e Icardi, tema de conocimiento público pero en definitiva asunto entre dos particulares completamente ajeno (más allá de lo que eventualmente puedan llevar esos particulares a disputa judicial) al interés del Estado y de ninguna manera asunto de la política. 


Y ese era el chiste: que la violencia con la que tiene que terminar la grieta política (algo que desde lo subjetivo, fruto del hartazgo, en este punto me parece inevitable y hasta deseable), se desencadenara finalmente porque los argentinos salieran de su estupefacción de agua en las venas ya no para tomar partido entre totalitarismo y República, sino entre Wanda y Mauro. Esta cuenta siempre con Wanda, que conste en actas!

Pero como aquí lo absurdo ocurre, resulta que uno de esos organismos estatales en impronta de novela orwelliana, con pretensión de polícia del pensamiento y que no debería exsitir, pero existe porque el kirchnerismo es un proyecto totalitario de corrupción estructural, y el totalitarismo es el intento de poner bajo control del Estado absolutamente todo hasta suprimir el pensamiento, entra en escena con la varita de la corrección política y la legislación adoctrinante.

Miriam Lewin dirige la Defensoría del Público desde donde impulsa el NODIO, Observatorio de la desinformación y violencia simbólica, burocracia orwelliana desde el nombre y que mejor sería llamarle "Oficina Estatal para la promoción de la censura previa". ¿La Constitución Nacional? Bien gracias, acá nadie le da bola.




Miriam Lewin dijo en TV Pública que la intevención del organismo que ella dirige se origina en una denuncia y que:  “Se trata de violencia digital y mediática. Esta categoría de violencia digital, todavía no está incorporada a la ley, no constituye por supuesto un delito, a pesar  de que  las organizaciones feministas lo caracterizaban como amenaza y eso sí constituiría un delito".

Escuchar a Lewin remite a su pasado terrorista en la intencionalidad de hacer del Estado un instrumento de aplicación de algo que, basado en que hay mandatos, como el feminismo, por encima de la Constitución Nacional, sería una suerte de "pre ley", para dar tratamiento simil de delito a cosas que no son delitos. Y otra vez: ¿La Constitución Nacional?, bien gracias, acá nadie le da bola.

El Estado subvertido y subvertidor se mete en cuestiones que son ajenas a su incumbencia, para generar distracciones y confusiones mientras la decadencia se profundiza por no atender aquello para lo que el Estado sí fue pensado por los Constuyentes. 


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

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