jueves, 14 de septiembre de 2023

LA PROPUESTA DE PATRICIA BULLRICH QUE ES NECESARIO PROFUNDIZAR




Hay clima de fin de época. Algo como lo que latía cada vez más fuerte en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y sus países satélites tras la caída del infame Muro de Berlín. Una percepción generalizada respecto a que lo que fue ya no será y lo que será se intuye distinto.

El régimen kirchnerista, proyecto totalitario de corrupción estructural, se impuso en Argentina aprovechando el pánico que dejó la crisis del 2001, cuando la sociedad convalidó autoritarismo a cambio de la ilusión de un nuevo orden económico que resultó ser "soja y suerte", desperdiciando otra oportunidad de contexto internacional. El giro a la izquierda fue notorio desde el abrazo de Néstor Kirchner con el dictador Fidel Castro al asumir la presidencia.

Y ese abrazo con el comandante de las organizaciones terroristas que Cuba dirigió contra la Nación Argentina, para exportar su "revolución" (tiranía) por la vía de la violencia armada, no tuvo nada de casual.

Kirchner, con la prédica de atribuir todos los males de la Argentina al "neoliberalismo" de los 90's, asociado a su antaño admirado Carlos Ménem, se sirvió del odio para construir poder. Y fogoneando el odio para su propio provecho desandó el camino de la pacificación nacional que había iniciado el riojano. Muchos cosas negativas pueden atribuirse a Ménem, pero si hay algo que nunca hizo fue fomentar el odio entre los argentinos. En ese afán dictó indultos a militares y terroristas buscando superar el pasado. Y al margen de minorías hiperactivas, que quedaron a contramano del mundo y del interés de los argentinos, lo estaba logrando. 

Y en aquel entonces, 1989, los jefes montoneros como Fernando Vaca Narvaja celebraban los indultos que beneficiaban a ellos y a los militares por considerar que “el indulto es una medida que resuelve 15 años de enfrentamiento en la Argentina y el presidente Ménem ha tomado la responsabilidad de terminar con un siglo y medio de guerras civiles intermitentes”. En esos días los jefe montoneros declaraban abiertamente su adhesión, "sin ambigüedades" a la reconciliación nacional que impulsaba el Presidente Ménem.

Un Presidente que tenía autoridad moral para reclamar el fin de los rencores porque habiendo estado preso -no unas horas como Kirchner y en calidad de invitado- sino durante años en Las Lomitas por disposición del gobierno militar, jamás demostró conservar rencores. 

A Ménem se lo podía criticar sin que diera trato de enemigos a sus críticos, con Kirchner todo el que lo cuestionara pasó a ser enemigo, antidemocrático, genocida, golpista, facho, y un largo etcétera de lindeces por el estilo. Y Kirchner en sus afanes de poder, y lo de "afanes" dicho en toda la dimensión de la palabra, retomó la mentira de los 30.000 desaparecidos con el relato infantil de militares malos masacrando "jóvenes idealistas", se negó la existencia de la guerra que como tal reconocían los "partes de guerra" de las organizaciones armadas y  promovió la anulación de leyes e indultos; para volver a juzgar solamente militares. No tuvo aquello ni una pizca de pureza ideológica sino para dedicarse al éxtasis de asaltar cajas fuertes, pues como bien supo sintetizar Jorge Asís, adquirió así la franquicia de los derechos humanos para que la izquierda se contentara con el "roban pero encarcelan".

Nunca se trató de hacer justicia, sino de terminar con la República y el imperio de la Constitución Nacional, el resultado fue una cobardía intelectual pavorosa que se plasmó en el prevaricato más escandaloso de la historia judicial argentina, con políticos que temerosos de no ser tildados de "procesistas" dejaron que el Congreso Nacional se convierta en una escribanía del Poder Ejecutivo.

Y mientras el kirchnerismo robaba tanto como para terminar revoleando bolsos cargados de dólares por no saber dónde guardarlos, los militares fueron apresados, procesados, condenados, expuestos en condiciones de escarnio y dejados morir en nombre de los "derechos humanos" y sin ninguna constitucionalidad. Los jueces dejaron de ser jueces de la República, para ser agentes revolucionarios de la revancha terrorista, cuando eligieron el prevaricato dócil al régimen kirchnerista ignorando cuestiones tan elementales como la irretroactividad de la ley penal. Con los militares presos en esas condiciones, los jueces hirieron de muerte a la República.

Mientras escribo esto leo la noticia de hoy que indica el hallazgo casual, durante la irrupción de bomberos a un departamento que se incendiaba, de un arsenal con armas que pertenecieron a Montoneros, incluyendo granadas de la propia fábrica de la organización. Como para subrayar que la guerra existió y no puede negarse. 

Sobre este contexto, Javier Milei cometió el tremendo error de decir previo a las PASO que los militares deben cumplir sus condenas, y esa fue la razón por la que decidí votar nulo en esa grande y cara encuesta. 

No hay sustento legal para que nadie siga privado de su libertad por delitos cometidos durante los años de plomo. Lo están por un prevaricato del que son partícipes la Corte Suprema de Justicia de la Nación y los jueces federales. Y esa es la dificultad para ponerle fin al prevaricato, que no es un caso aislado sino una complicidad corporativa. 

Tal como he señalado en otros artículos, en las presidenciales sí voy a votar por la fórmula de La Libertad Avanza, que integran Javier Milei y Victoria Villarruel, porque no me es indistinto quién sea el próximo presidente más allá de muchos reparos. Lo ideal no está disponible y eso hay que entenderlo.

Ahora bien, hay una creciente conciencia respecto a la existencia de un prevaricato descomunal para mantener presos a los vencedores del terrorismo castrista. Se conocen ya demasiados absurdos que ocurren en esos juicios para que cualquiera medianamente informado pueda argumentar que tienen alguna validez. Poner presos por causa de una guerra anterior a veteranos de la Guerra de Malvinas es una de las cosas que más indignan, porque un país que condena implacablemente y sin perdón a sus defensores le entrega su futuro al enemigo. Entonces vuelvo a recordar la presencia de Fidel Castro en la asunción de Kirchner para que se comprenda cabalmente toda la decadencia que vino después.

Así como critiqué y critico a Milei siendo el candidato al que votaré, debo elogiar en este punto a Patricia Bullrich aunque no le confiera mi voto. 

A través de una "Carta Compromiso" dirigida a los integrantes de las Fuerzas Armadas, Patricia Bullrich afirma lo siguiente: 

“Conozco, sin embargo, el trato inequitativo y en ocasiones inhumano que han recibido muchos oficiales y suboficiales retirados, a consecuencia de una herida histórica que no termina de cicatrizar, pero que debemos curar de una vez, mediante una salida justa, si queremos comenzar un camino hacia la construcción de un futuro de paz y concordia”.



Ciertamente no propone una solución concreta, pero plantea el tema y la necesidad de encontrarle solución. Que la candidata presidencial de una alianza política con mucho, demasiado a mi gusto, componente progre, escriba ese párrafo en una carta de campaña como compromiso político, es claramente otra señal de fin de época. 

Un fin de época que se respira hoy pero viene evolucionando desde hace años. Cuando Cambiemos estaba en el poder con la presidencia de Mauricio Macri, esta cuestión estaba presente. Elisa Carrió, quien impulsando la ley de anulación de las leyes de obediencia debida y punto final facilitó tanto la instalación del relato kirchnerista como el inicio del prevaricato, advirtió en el 2017 que había militares condenados sin pruebas y reclamó revisar los juicios. Luego, en 2019, Carrió volvió a referirse a la cuestión:  "Me gustaría una ley que pueda habilitar la revisión de muchos juicios injustos, sin debido proceso legal, contra militares que no tuvieron nada que ver".

Carrió proponía entonces una solución parcial, Bullrich propone hoy algo que va en la misma dirección.

Espero y brego porque La Libertad Avanza profundice la cuestión, tomando esas iniciativas de Carrió y Bullrich como un punto de referencia para buscar el definitivo cierre de toda esa injusticia con una propuesta propia: volver a ponerle la venda de la imparcialidad a esa "Justicia" que hoy lleva parche. Es imprescindible avanzar en esa dirección porque es un combate clave en la batalla cultural que, inexorablemente, hay que dar para liberar al país del régimen kirchnerista.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía. 











lunes, 11 de septiembre de 2023

VEREMOS. TODO ESTÁ EN VEREMOS.





En Juntos por el Cambio la expectativa de ganar las elecciones es muy baja, inversamente proporcional a la expectativa creciente de ruptura que, en el mejor de los casos ocurriría luego de las elecciones.

En Unión por la Patria cada ataque de JxC contra Milei los ilusiona con la fractura y colectar el voto progre.

Tanto temor a Milei insuflan los cambiemitas que llevan a sus votantes a contemplar como útil el voto a Massa. 

Es que la afinidad de larretistas, radicales y socialistas con el kirchnerismo es de fondo, aunque difiera en las formas; y no la compensa un Melconián.

Los asustaba Grabois, no Massa.

El kirchnerismo no tiene vergüenza de mostrarse como el tren fantasma, con todos sus esperpentos a bordo, porque su apuesta es el síndrome de Estocolmo convenciendo a los cautivos de ser el malo conocido que se prefiere al bueno por conocer y así ganar un hipotético ballotage.

Saben en el entorno de Massa que deben polarizar con Milei, pero -y esto es lo importante- sin polemizar propuestas económicas; ya que la horrible gestión, con pobreza, inflación, etc. deja al kirchnerismo expuesto al ridículo.

La Libertad Avanza quedó bien posicionada en las PASO para disputar la Presidencia, pero lejos está de poder asegurar la victoria.

Hoy, si ya no son tres, hay dos con chances.

El juego de Milei es también la fractura de JxC y la polarización contra Massa.

En este contexto tender puentes de moderación para que se reagrupen y encolumnen tras su candidatura los cambiemitas antikirchneristas, implica no atacar a Bullrich. Mostrar a los "halcones" que su objetivo es sanear la República y terminar con el kirchnerismo.

Ocurre que las contradicciones dentro de la alianza kirchnerista están en un punto de máxima tensión, sino por ideología (que también) por intereses. Intereses espurios principalmente. Por lo cual la derrota no será fractura en UxP sino fragmentación.

El espanto económico impulsa el voto a Milei tanto como lo contiene por el temor a la convulsión que puedan activar contra su gobernabilidad los sectores más radicalizados tras las fracturas cambiemita y kirchnerista.

De ahí la necesidad de ciertos guiños. Aunque puedan parecer concesiones a la casta.

A los tiempos del país convendría la definición presidencial en primera vuelta y no prolongar la incertidumbre con sus daños. Milei es el único con esa chance. 

Que lo logre dependerá de mostrar todo el tiempo hasta las elecciones el autocontrol de un estadista y su lucimiento en el debate. 

Por primera vez en la historia de los debates entre candidatos presidenciales este podría ser decisivo. Ello así porque el alto porcentaje de votantes que no acudieron a las urnas no necesariamente van a seguir la tendencia de los que acudieron a la gran encuesta que fueron las PASO. Ese voto es una incógnita de difícil resolución, que puede esperar hasta último momento para decidir su participación y sentido.

Veremos. Todo está en veremos.

Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.


miércoles, 6 de septiembre de 2023

VICTORIA VILLARRUEL, EL RECONFORTANTE ABRAZO DE LA VERDAD



Perdura en mí la sensación de bienestar por haber participado del acto en homenaje a las víctimas del terrorismo castrista que tuvo lugar en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires a instancias de la legisladora Lucía Montenegro y de la diputada nacional Victoria Villarruel.

La emoción del acto de homenaje a las víctimas del terrorismo en la Legislatura Porteña, se hizo notar en cada testimonio palabra por palabra. Algo tan sencillo como exponer un pesar y abrazar a quien lo sufre.

Ese era el fondo de la cuestión, el resto es anecdótico.
 
Era un deber de conciencia estar presente. Confieso que tenía que atender otros asuntos y no pensaba ir antes que se conocieran las amenazas de la izquierda, pero ante esa prepotencia totalitaria buscando prolongar la censura que el kirchnerismo impuso, a toda la sociedad desde el uso faccioso de los recursos del Esado para la desmemoria y el adoctrinamiento, debía ir.

Y anuncié que iría. Percibía, como escribí en Twitter, que iba a ser un día de gloria para la Derecha, y acertadamente me corrigió @jockerdigital diciendo "Más que para la derecha, para la ciudadanía honesta".

Fue, en efecto, una jornada de gloria para la ciudadanía honesta.

Ferrari, Villarruel, Saraspe, Montenegro, Larraburre.

Un respetuoso silencio que no pudo quebrar la gritería de la izquierda, acompañó la palabras de Lorenza Ferrari cuya hija Laura, estudiante de 18 años, murió en un atentado perpetrado mediante un coche bomba por Montoneros en 1975. Las de Graciela Saraspe, hija de Oscar, un trabajador asesinado por el ERP cuando coparon Santa Lucía, en 1974. Y las de Arturo Larrabure, hijo de Argentino del Valle Larrabure, el mártir del Himno Nacional, a quien los terroristas del ERP asesinaron con la impotencia de no haberlo podido doblegar luego de un año de secuestro y tortura, en 1974.

He ido a muchos actos por la memoria completa, organicé algunos, y se lo difícil que ha sido perforar el cerco de silencio mediático del relato oficial impuesto como verdad dogmática demonizando sin atender razones a quienes señalábamos sus contradicciones.

Por eso creo necesario destacar algunos nombres de quienes se mantuvieron firmes cuando la pelea parecía perdida: Cecilia Pando, Nicolás Márquez, Agustín Laje Arrigoni, Mónica Liberatori y tantos otros que supieron plantarse y sostenerse frente al embate de la desmemoria y el falseamiento histórico. Recuerdo especialmente el rostro ensangrentado de Fernando Siro como la cara misma de la Argentina agredida por la prepotencia intolerante de la izquierda.

Elena Cruz y Fernando Siro agredidos en 2003.

No fueron muchos, pero aquellos que en su determinación por la verdad nunca bajaron los brazos hicieron posible que la sociedad empiece a entender, aunque muy tarde, que desde 2003 fue estafada y robada por los mercaderes de los derechos humanos.

"Roban pero encarcelan" supo sintetizar hace ya mucho Jorge Asís el modus operandi del kirchnerismo para comprar la franquicia de los derechos humanos a la izquierda, con la misma claridad con la que señaló en estas circunstancias que era un error garrafal de la izquierda manifestarse contra el acto que organizaba Victoria Villarruel.

Todos advertimos, en este clima de final de época, que los de la izquierda tras años de hacer de idiotas útiles rentados para la corrupción del kirchnerismo, en su desconcierto por el fin de ciclo K no iban a dejar de ser idiotas útiles; no pueden evitarlo y lo fueron, gratis, para la tan demonizada Derecha.

Agradezco de corazón la idiotez de la izquierda por poner en boca de todos y en cada diario, radio o noticiero del país un acto que, como tantos otros, bien pudo haber pasado desapercibido.

Deberían ser nuestros agentes de prensa, tarea que nunca hicimos bien.

Les agradezco también que pusieran cerco a la Legislatura para impedir un acto que no pudieron impedir. Porque ver al zurdaje frustrado a los pies del General Julio Argentino Roca fue la más gráfica demostración de la situación; la postal del momento. 


La izquierda, que usa la democracia para atentar contra la democracia, es violenta y lo seguirá siendo; por eso rociaron con nafta a Lilia Lemoine, candidata de La Libertad Avanza, cuando concurría al acto. Arrojar nafta sobre alguien es, de mínima, una amenaza de muerte que evidencia en su crueldad un profundo desprecio por la vida ajena. Quedó clarísimo que no soportan la verdad, odian la Libertad y no son capaces de convivir democráticamente. Dos activistas fueron detenidos por la agresión, tenían preparadas dos bombas molotov.


Pero hartaron y ya no asustan. Muchos que antes no se atrevían a decirles nada, ahora alzan la voz cuestionando sus mentiras y engaños. Tal es el fastidio social para con la izquierda, anacrónica, violenta, totalitaria y parasitaria, que ya no tienen margen para volver a arrojar toneladas de piedras contra las instituciones republicanas, porque cuando arrojen la primera piedra la enorme mayoría de los argentinos desea y verá con beneplácito que la policía los reprima a palazos. 

Represión, en este fin de época, dejó también de ser una palabra prohibida.

Otro gran mérito de Victoria Villarruel al realizar el acto de homenaje a las víctimas del terrorismo castrista fue haber sacado la basura de debajo de la alfombra donde la escondía el kirchnerismo, y así quedó expuesta toda la intolerancia de la izquierda tira nafta y hasta la impunidad de criminales terroristas como Fernando Vaca Narvaja; quien tuvo el descaro, no sólo de pretender censurar el homenaje a sus víctima, sino de amenazar con más violencia y víctimas. En el colmo del sinsentido uno de los jefes montoneros del "animémonos y vayan", a los que nisiquiera les importaba la vida de la propia tropa, se presenta como "militante de DDHH". 


Que un terrorista montonero, esbirro de la dictadura castrista como Vaca Narvaja pueda impunemente hablar de "construir trincheras" es la más clara señal de todo lo que está mal en Argentina.

Terroristas montoneros hablando con la impunidad que les dio el kirchnerismo. Ahí lo tienen a Vaca Narvaja todos los progres y tibios que creen que no discutir el pasado puede garantizar algún futuro mejor.

Sepan que esta decadencia no es casual: un país que condena con saña a sus defensores entrega su futuro al enemigo. 

Hay que resolver el pasado para que nunca más sea de verdad nunca más.

"No pasarán", dicen los marxistas como ese asesino terrorista comandante de Montoneros.

Pero estamos pasando. 

Vamos a pasar.

Como siempre pasamos.

Hay vientos de Patria y Libertad.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.








LA SONRISA DE JAMES COBURN

LA SONRISA DE JAMES COBURN

TERRORISMO: NOSOTROS Y EL MIEDO