martes, 8 de marzo de 2022

LOS ARGENTINOS Y LA LEGIÓN INTERNACIONAL EN DEFENSA DE UCRANIA



Mi lectura sobre los jóvenes argentinos que se ofrecen como voluntarios para integrar la Legión Internacional de Defensa de Ucrania, es que, además de los bríos propios de la juventud, están canalizando sus ganas de pelear por la Argentina en la frustración de saber que aquí nadie lo está haciendo.

Leo con desagrado opiniones que los descalifican, con un abanico de etiquetas que van de idiotas a suicidas y la más ofensiva de todas: cipayos.

Y con más desagrado todavía, leo que hay quienes creen que los ucranianos deberían someterse a la voluntad de Putin, aunque sea el agresor que busca poner fin a la independencia de su país,  porque al fin de cuentas va a ganar la guerra. Esas cosas sólo las pueden sentir, pensar y decir pusilánimes que no sienten ningún amor por su propia Patria. 

Los ucranianos están cumpliendo con su deber (y conste: lo mismo creen estar haciendo los soldados rusos). Nuestro país se ha alejado vigorosamente del cumplimiento del deber, ha perdido identidad y ostenta en el gobierno de la casta política (toda ella) una inmoralidad que daña las instituciones, degrada la cultura y extiende la miseria intelectual que precipita nuestra decadencia. 

No aliento a ningún joven a ir a combatir en Ucrania porque creo que el combate debe darse en casa, pero de nuevo: acá nadie relevante (persona ni organización) está proponiendo una lucha seria por la recuperación de la argentinidad. Toda la casta política se dedica a ganar tiempo para sí misma, sosteniendo sus privilegios mal habidos a cualquier costo.

En esa falencia de liderazgo y organización patriótica, es que interpreto que cada uno de esos jóvenes, eventuales legionarios, nos están señalando a sus mayores el fracaso de nuestra generación. 

Los jóvenes nuestros no solamente emigran en gran numero, sobre ese dato (de por sí grave) tenemos un agravante: unos pocos también están dispuestos a combatir las guerras de otros. Y no es meramente por la emoción de la aventura individual. 


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha, 
un liberal que no habla de economía.

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