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miércoles, 20 de abril de 2022

¿QUÉ POLICÍA QUEREMOS LOS ARGENTINOS?

DEBATES QUE HAY QUE PLANTEAR.

Si no somos capaces de resolverlos seguiremos como vamos...





Sostengo que quien inicia una acción delictiva debe ser considerado responsable por todas las consecuencias de esa acción, incluida su propia muerte.

La condena a 25 años al policía rosarino que mató 2 delincuentes ratifica que se necesita modificar ley y asentar jurisprudencia.

En caso del policía Luciano Nocelli muestra que la balanza de la Justicia está inclinada para el lado de los delincuentes, y con la venda corrida.

Lo condenaron por perseguir y abatir a dos delincuentes que venían de robar, lo condenan por matar al que hirió a su compañero.

Lo que se pretende con fallos semejantes no es proteger a la ciudadanía de los abusos policiales, es proteger a la delincuencia privilegiando los derechos de los que se ponen fuera de la ley, desconociendo los de sus víctimas y de los funcionarios policiales que deben reprimir.

Sí, dije que el deber es "REPRIMIR". Represión, lejos de ser mala palabra, es lo que se espera del Estado frente a los delincuentes. Proveer a la defensa común y consolidar la paz interior asegurando los beneficios de la Libertad exige que se reprima al delito.

Fallos como el que comento pretenden policías inhumanos, perfectos, infalibles, poco menos que un Robocop despojado de defectos. Y lo único que logran es acentuar y extender la imperfección, que los policías duden, miren para otro lado y dejen la calle a la delincuencia.

No es razonable un Estado bipolar que por un lado combate el delito y por otro lo fomenta, facilita y garantiza. Hay en esto una cuestión cultural, de la que son parte la ley, la jurisprudencia, los saberes y creencias de la calle. Y la política. Rosario es un claro ejemplo.

Hace años vengo explicando que el principal problema de la Seguridad en Argentina es el incumplimiento deliberado de la Constitución Nacional. Porque la Seguridad Interior consiste en garantizar el estilo de vida propiciado por la Constitución Nacional, y ninguna otra cosa.

Y ese estilo de vida propiciado por la Constitución Nacional es incompatible con la indiferencia que dejó crecer la corrupción y el narcotráfico, como también es incompatible -hay que decirlo- con la adoración del criminal comunista Ernesto Guevara que se practica en Rosario.

En el trabajo policial el cumplimiento del deber es una franja fronteriza entre ley y delincuencia, a menor zonas borrosas en ella más efectiva será la protección de los honestos. 

Necesitamos pues una política de Seguridad Interior que afirme la convicción sobre las dudas.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
Coordinador de Iniciativa L (Seguridad para la Libertad).

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