Como el sentido humanitario y la piedad deben primar en toda circunstancia, inicio esta exposición dando mis más sentidas condolencias a los que esperaban el regreso de Mauricio Macri como "líder de la oposición".
Mauricio Macri se ha suicidado políticamente, porque un político que dice "Yo les decía a mis funcionarios, cuidado, nos vamos a ir a la mierda y ellos me decían, tranquilo", es cualquier cosa menos un líder.
Lo terrible del asunto es que hasta el suicidio político le salió mal, pues en lugar de ser un cadáver que se enfría en el olvido, es un zombie que deambula para confusión de muchos ilusos y desesperados.
Poniendo en perspectiva la gravedad de sus palabras, cabe este ejercicio humorístico de historia contrafáctica:
"Yo les decía en Cancha Rayada a mis oficiales que nos iban a sorprender los godos, pero todos me decían quedate tranquilo que no pasa nada". Explicación del General San Mauricio sobre su rendición incondicional ante los ejércitos del Rey.
Se debe tener en claro que un discípulo práctico del General Sun Tzu en el arte de la conducción, como lo fue el Libertador José de San Martín, por respeto a sí mismo jamás hubiera descargado ninguna responsabilidad propia del mando sobre sus subordinados. De haber incurrido en esa debilidad autodescalificante, la Marcha de San Lorenzo no recordaría "la voz del Gran Jefe", porque el mando es un ejercicio solitario y para ser un Gran Jefe -como lo sigue siendo San Martín más allá del tiempo- es menester hacerse cargo de las decisiones tomadas.
Si la oposición cambiemita ya era de tan débil y endeble una ficción, con la desconcertante vuelta de Macri entró en estado de estupefacción, cosa que los comunistas en el gobierno aprovechan para buscar estatizar empresas al mejor estilo Chávez.
Y ahí está Alberto de la Fernández meditando la posibilidad de estatizar la firma agroexportadora Vicentín SAIC para darle gusto a Juan Grabois.
Cambiemos resultó ser como los burgueses del cuento, aquellos que estaban felices por vender sogas a los comunistas y terminaron colgados en la horca. Pero aquellos burgueses vendieron las sogas al contado, los progres cambiemitas ni siquiera eso: las vendieron a crédito...
Se negaron a creer en la existencia de los comunistas, y hoy el país sigue el plan elaborado en La Habana para que el destino final del daño institucional, la degradación cultural y la merma intelectual de los argentinos sea un Estado gigantesco y paralizado que pueda declararse comunista sin asombro de nadie.
En esa proyección planificada, Alberto de la Fernández representa la extinción definitiva del peronismo pavimentando el camino de ida hacia otra satrapía comunista como Venezuela, donde Nicolás Maduro ya blanqueó lo que todos sabíamos: que Caracas dejó de ser la capital de un país independiente porque es Cuba la que gobierna.
Se comprenderá entonces el enorme riesgo que corre la Nación Argentina con un gobierno comunista y la oposición vacante. Pero a pesar del riesgo, en este preciso momento el escenario político argentino resulta óptimo para que con un mínimo de voluntad y organización la Derecha se posicione fuertemente. Ahora, ya, para poder tener representación parlamentaria en 2021
La oportunidad está servida desde la compartida incapacidad del kirchnerismo en el gobierno y los cambiemitas en la oposición, porque siendo el plan que la decadencia se profundice no se está solucionando absolutamente ninguno de los muchos problemas reales que afectan la vida cotidiana de los argentinos.
Claro que una cosa es que la oportunidad esté ofrecida en la disposición del tablero, y otra muy distinta que nuestros jugadores sepan aprovecharla. Y en esto hay que ser tan claros como frontales, en la última elección presidencial la Derecha se presentó dividida en dos candidaturas, la de Juan José Gómez Centurión y la de José Luis Espert y obtuvo un 5% de los votos.
No son Gómez Centurión y Espert los únicos referentes del espacio, pero sin duda son hoy los más relevantes siendo los que vienen de encabezar propuestas electorales y eso pone la expectativa en sus acciones. Son ellos, principalmente ellos dos, los que deben convocar a la reacción y dar muestras de liderazgo recomponiendo la esperanza republicana, no sólo para ese 5%, sino también para los votantes peronistas y cambiemitas que no quieren ser funcionales a la izquierda castrista.
En este punto es cuando aparecerán los puristas de la esterilidad a decir que Espert y Gómez Centurión no pueden confluir en un mismo espacio, o que peronistas o cambiemitas no tienen redención, por eso les digo a todos que desensillen de los caballitos de calesita y tomen nota de los bolches que tenemos enfrente. Porque a esa vista, de zurdos y progres, nuestras diferencias, aunque ciertas, hoy no dejan de ser matices porque son para discutir en otro momento, no antes de reunir en el Congreso de la Nación, al menos, la primer minoría. Es decir: cuando haya pasado el riesgo de ver que un trapo rojo reemplace a la Generala Albiceleste.
No pido que nadie renuncia a sus ideales, reclamo humildad y tolerancia para que esos ideales tengan razón de ser y no se pierdan en la nada bajo una bota cubana.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.
Macri vino a hacer un trabajo y lo hizo, pruebas a la vista. Ni Espert, Ni Centurión ni Milei son buenos para gobernar ni administrar, son más de lo mismo disfrazados, a no equivocarse.
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