"Sin Inteligencia, Señora Ministro, toda gestión de seguridad
se libra enteramente a la buena suerte y no es un camino
que yo recomiende; en definitiva, debo decirlo,
es su responsabilidad".
J. Santiago Tamagnone (h)
Yo te avisé, y vos no me escuchaste.
Yo te avisé, y vos no me dejaste convencerte.
Conmigo no hablás, yo no soy de tu clase.
Conmigo no bailás, porque yo bailo en la calle.
Pelado, sé que soy un pelado botón.
Los Fabulosos Cadillacs
Vaya uno a saber qué quiso decir Patricia Bullrich, Ministro de Seguridad de la Nación, cuando en su visita a Rosario afirmó que la acción de las bandas criminales de esa ciudad obliga a realizar “inteligencia criminal profunda para poder encontrar todos los brazos o conexiones que aún están sueltas”.
Patricia Bullrich y su amontonamiento de funcionarios. Más de lo mismo, esperando otro resultado... |
Ni desde lo teórico ni desde lo práctico su frase tiene algún sustento. Puede sonar muy sofisticado eso de "inteligencia criminal profunda"; pero encontrar y capturar delincuentes es función de investigación criminal, no de Inteligencia Criminal. Ya que aunque son especialidades complementarias, existen notorias diferencias conceptuales entre Inteligencia Criminal e Investigación Criminal.
La investigación criminal tiene por objeto la acción delictiva ya ocurrida o en curso y su esclarecimiento conforme a las normas de procedimiento penal como auxiliar de la Justicia. El rol de Inteligencia Criminal no es aportar pruebas a la Justicia sino anticipar escenarios futuros de modo que los funcionarios del Poder Ejecutivo puedan decidir anticipándose a los hechos.
En el análisis de todas las investigaciones ocurridas y en curso, Inteligencia, sin estar limitada por formalismos procesales, debe tomar elementos para advertir a su "cliente", en este caso la Ministro de Seguridad, sobre la acción futura del elemento criminal, atendiendo tanto a la mutabilidad general del delito, como a la comprensión del modo en que los líderes de bandas criminales particularizadas toman sus decisiones.
Son tan claras las diferencias entre Inteligencia Criminal e Investigación Criminal que, a tenor de lo someramente expuesto, podría atribuirse la frase de Bullrich a un simple error de palabra e interpretar que quiso decir: "investigación criminal profunda". Pero el contexto desmiente esa posibilidad. Dijo lo que dijo, porque confunde los conceptos.
La Dirección Nacional de Inteligencia Criminal (DNIC) se encuentra acéfala desde el comienzo de la gestión Bullrich, pudiendo distinguirse dos etapas. Una primera en la que había denunciado públicamente Lilita Carrió la inoperancia de la DNIC bajo dependencia de Patricio Furlong, como subordinado de Eugenio Burzaco, al momento en que, protestando por esa misma inoperancia y dando detalle de sus razones, ofrecí mi renuncia a la Ministro Bullrich. Luego de mi partida y ratificando la consistencia de cada uno de mis planteos, Furlong fue desplazado del Ministerio de Seguridad y la DNIC quitada del área de Burzaco para tirarla bajo la órbita de Gerardo Milman. Esa segunda etapa pudo ser el comienzo de una recuperación, pero la mediocridad de Milman, un lector de Rincón del Vago con complejos de inferioridad, apenas significó una apariencia de cambio; aunque Lilita no haya dicho más nada.
La misma confusión exhibida ahora por la Ministro la había expuesto Milman cuando usó la frase: "tirando de la piola", que es propia de investigaciones, como sinónimo de Inteligencia Criminal.
Es imperativo que Patricia Bullrich, autocrítica mediante si fuera eso posible, inicie una tercera etapa en la DNIC, poniendo la misma a cargo de un profesional competente que se desempeñe directamente a sus órdenes. Hay muchos que podrían cumplir esa función, incluso dentro del actual staff del Ministerio.
La total ausencia de Inteligencia Criminal en la gestión de Patricia Bullrich no se evidencia solamente en Rosario, es también apreciable en el sur con la cuestión RAM y en las fronteras con un aluvión de sustancias estupefacientes que, pese un récord tras otro de incautaciones, no se detiene. Se trata, repito una vez más, de una gestión que sostiene una política efectista, puramente reactiva y de mera contención.
En una anterior entrada de este blog (Rosario, la suma de todos los males) expuse que el mal gobierno provincial durante décadas, más la ideología antidemocrática del gobierno socialista y la degradación de la Policía de Santa Fe usada como campo de experimentación progre, forman un combo que antecede a la irrupción del narco.
Patricia Bullrich junto al gobernaor Lifschitz, quien era intendente cuando se emplazó en Rosario la estatua que hace la apología del criminal Ernesto Guevara, personaje siniestro que representa todo lo contrario del estilo de vida propiciado por la Constitución Nacional. |
Que los disparos de las bandas criminales de Rosario, para intimidar a funcionarios judiciales que deben resolver destinos de narcotraficantes, evidencien sorpresa en autoridades nacionales y provinciales, ratifica, otra vez más, falencias absolutas en materia de Inteligencia.
Que la respuesta de Patricia Bullrich sea correr con su amontonamiento de funcionarios a Rosario y twittear: "Vinimos a Rosario para estar cerca de los vecinos y para darle apoyo a la Justicia, en la lucha que nos ayuda a dar contra el narcotráfico. Nuestro compromiso es con todos los ciudadanos, y seremos mucho más firmes contra quienes buscan el miedo para garantizarse impunidad", sigue demostrando reduccionismo voluntarista para encarar los problemas de la seguridad.
Téngase presente que la Provincia de Santa Fe, por medio de un extraño concurso de un único participante, designó recientemente a Marcelo Saín como director del Organismo de Investigaciones (OI) del Ministerio Público de la Acusación (MPA). Saín es el Dr, Frankenstein que dio vida, o algo así, a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), creada durante el régimen kirchnerista como un experimento progre que pretendía, borrando el origen militar de la PAN (Policía Aeronáutica Nacional, dependiente de la Fuerza Aérea) formar una fuerza policial sin policías y con gente a la que no le gustaran los policías haciendo trabajo de policías; disparate que empezó a ser corregido por la gestión de CAMBIEMOS. Y eso no es lo peor que acredita la trayectoria de Saín, fue también el director de la Escuela Nacional de Inteligencia (ENI) en la patética gestión de Oscar Parrilli como jefe de la AFI. Exagerando la generosidad, puede calificarse de inútil su paso por la ENI.
El montonero Horacio Verbitsky junto con Marcelo Saín, la matriz ideológica de la inseguridad en Argentina. |
Eso, un "Parrilli-boy", es lo que eligió la Provincia de Santa Fe, bajo gobierno socialista, para poner al frente del Organismo de Investigaciones en un concurso unipersonal, a medida y sin oposición alguna...
Ese tipo de decisiones dan cuenta que la situación de Rosario no habrá de corregirse enviando más fuerzas federales a contener lo que el desmanejo del gobierno provincial genera. Ya estamos entrando en la campaña electoral del 2019 y nadie se va a atrever siquiera a plantearlo, pero el despliegue de fuerzas federales está aferrado al terreno sin solución de continuidad mientras no se elabore un verdadero plan de seguridad para la Provincia de Santa Fe, que acaso (hermosa palabra la palabra "acaso", acaso -repito- requiera antes un verdadero plan de seguridad nacional.
Y lo voy a decir claramente, el gobierno socialista es parte del problema y no de la solución. Es necesario correrlo de la escena, ya sea mediante una intervención federal que asuma el control de todos los componentes específicos de la seguridad provincial, o bien logrando un acuerdo político que signifique ese paso al costado en forma voluntaria.
Rosario es apenas un ejemplo de la complejidad que ofrecen la cuestiones de seguridad en Argentina. Y esa complejidad se potencia por el inexplicable desprecio de Patricia Bullrich y de Gustavo Arribas -como Director General de la AFI jefe del Sistema Nacional de Inteligencia-, hacia la Inteligencia Criminal.
Sin Inteligencia Criminal no hay plan de seguridad.
Yo te avisé, y vos no me escuchaste.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
un liberal que no habla de economía.
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