A contrario de lo que por prejuicio izquierdista / progre muchos creen, para quien esto escribe (La Pluma de la Derecha) la aparición de cada "nieto recuperado" es una inmensa alegría y motivo de celebración.
No puede ser de otra manera para cualquiera que valore los lazos familiares y a la familia como institución imprescindible.
Pero además, cada vez que las madres de terroristas autodenominadas "abuelas de Plaza de Mayo" presentan en sociedad un nuevo nieto hallado en su búsqueda demuestran que no existió el tan mentado genocidio que el relato kirchnerista endilga a los militares argentinos.
Para que quede claro:
Cada "nieto recuperado" evidencia la inexistencia del genocidio. Los nazis no se preocupaban por la vida de los bebés judíos, ni los turcos por los armenios. Y si los resguardaban no era por motivos humanitarios, sino para servirse de ellos.
Fue un rasgo humanitario de los militares argentinos preservar con vida a los hijos de los terroristas. A pesar que esos terroristas no tenían ningún reparo en matar hijos de militares o civiles. Terroristas erpianos y montoneros que, hay que decirlo, también usaban a sus hijos de escudos.
Y es que nuestros militares no perpetraron ningún genocidio sino que evitaron la delirante masacre camboyana que planeaba Roberto Santucho, jefe del ERP, cuando calculaba sería necesario matar a un millón de argentinos para implantar el socialismo.
Lo que pretendía Santucho, y sus jefes en Cuba, era deshumanizar a la Nación Argentina por medios brutales extirpando en mares de sangre toda idea y sentimiento de Libertad hasta extinguirla en su identidad. Eso es genocidio. Masacre que también hubiera perpetrado Montoneros, dada su fascinación con la muerte, en el caso de ganar la guerra. Afortunadamente ni Santucho ni Firmenich pudieron tomar el poder.
El costo de evitar esa masacre fue mínimo: 30.000 miente la izquierda con el coro de progres repitiendo como loritos para no ser catalogados de "fachos". Y obviando que la mentira de los 30.000 es la piedra basal de toda esta farsa, incluso en el caso que fuera verdad resulta barato frente a lo que se evitó. Pero como los desaparecidos no fueron 30.000, ni la mitad, sino poco menos que la mitad de la mitad; más que barato fue una ganga.
Tras la "guerra revolucionaria" declarada contra la Nación Argentina por organizaciones terroristas dirigidas desde Cuba, la categórica victoria militar alcanzada por las fuerzas del Estado Argentino no supo ser valorada ni sostenida por la sociedad. Y posiblemente esa desaprensión hacia la sangre derramada en defensa del estilo de vida argentino, sea la razón por la que la democracia está resultando un experimento fallido. Saboteado abiertamente desde el 2003 por el kirchnerismo.
Así vienen siendo las cosas, cuando el 28 de Diciembre de 2022, justo como si fuera una chiste del Día de los Inocentes, se anunció el "nieto recuperado 132".
Los anuncios de "nietos recuperados" (que han ido perdiendo impacto social dado el uso distractivo para beneficio del kirchnerismo, por lo que abundan humoradas sobre la "oportuna" aparición ante cada desacierto gubernamental) refieren objetivamente a la finalización del proceso judicial de restitución de identidad, pero sería de una ingenuidad lindante con la imbecilidad no observar que forman parte de una campaña de propaganda para sostener la creencia de que se siguen encontrando nuevos casos de hijos de desaparecidos.
Por caso Página/12, el diario fundado por Jorge Lanata con dineros mal habidos del ERP y staff con terroristas para propaganda y acción psicológica de la izquierda, titula el 29 de Diciembre de 2022: "Abuelas de Plaza de Mayo encontró al nieto 132".
"Encontró", afirma Pasquín/Bolche con su malicia de siempre. Tal como dijeron diversos medios y comunicadores cuando días atrás se anunció el "nieto recuperado 131", hijo de dos terroristas del ERP, y tal cual han propalado respecto del 132.
Pero lo cierto es que no hay hallazgo, solo otra verdad a medias presentada en forma engañosa.
Sostén espurio de intereses ideológicos afines a la dictadura castrista, el curro de los derechos humanos ha servido para una gran cantidad de estafas. Algo sobradamente demostrado por José D'Angelo en sus libros "Mentiras tus muertos" (2015) y "La estafa con los desaparecidos" (2021).
El caso de Juan José Morales, "nieto recuperado 132", es por demás ilustrativo. Porque más allá de la formalidad de algún expediente judicial, el 31 de Diciembre de 2010 -cuando se llamaba Juan José Cazorla- contaba a La Gaceta ("Gracias a la genética halló su identidad y los restos de su madre"), que se anotició en 2007 de no ser hijo biológico de quienes lo habían criado y que era hijo de Mercedes del Valle Morales, de Monteros, Tucumán, desaparecida en 1976.
Entonces en el año 2010, cuando tenía 35 años, sabía Juan con certeza quién era su madre y pudo disponer de sus restos. 12 años después, a sus 47, lo presentan como el "nieto recuperado 132" y el órgano de propaganda filoterrorista Página/12, que lidera las estrategias comunicacionales de la izquierda, titula "encontraron"... ¿se había perdido después del 2010?
No hay pues ninguna novedad. Simplemente timing comunicacional y el ardid de "presentar" un número puesto a una historia ya resuelta para hacer creer a los incautos que se ha encontrado un nuevo hijo de desaparecidos.
Tiene varios propósitos la izquierda para informar desinformando.
Por un lado mantener al país empantanado de pasado, como si ninguna página pudiera darse vuelta definitivamente. Y es que aquello de Orwell sobre el control del pasado para controlar el futuro lo siguen al pie de la letra. Por eso es que en la presentación del 132 dijo Estela Carlotto: "Como un rompecabezas que nunca se termina de completar, se inicia un nuevo camino para poder dar con su verdadero padre". Algo así como el cuento de la buena pipa.
Otro es conservar el absurdo sentimiento de culpa instalado en la conciencia argentina por habernos defendido de la agresión comunista. Eso que desde la mentira de los 30.000 desaparecidos sostiene el mito del genocidio e hizo que en farsas de juicios contra militares jueces prevaricadores encarcelen sin dar atención a las garantías del debido proceso y la irretroactividad de la ley penal. Una conciencia culposa es una sociedad incapaz de defenderse y entregada a sus enemigos.
Finalmente nadie puede negar que los derechos humanos han sido degradados a instrumento de la corrupción. Con notable capacidad de síntesis Jorge Asís definió al kirchnerismo: "Roban pero encarcelan". Y esta corrupción interna requiere una cobertura internacional, que crean también en el extranjero que están aportando fondos para una causa noble.
Diarios progres de todo el mundo repiten sin cuestionar lo que dictan diarios de izquierda, razón por la cual siempre hay en toda elección algún candidato de "ultraderecha" pero ninguno de "ultraizquierda". Y el Granma, órgano de propaganda del Partido Comunista Cubano, que no por causalidad titula: "Abuelas de Plaza de Mayo en Argentina informan sobre la aparición del nieto 132", es parte de esa campaña para hacer creer que acá aparecen o son encontrados nuevos casos de hijos de desaparecidos.
La presentación del "nieto recuperado 132" es la remake de una película ya vista hace más de una década. Parte de un enorme engaño, que como todo engaño tiene algo de verdad. Y mientras se siga callando lo que está a la vista de todos nos seguirán robando el futuro. Hay que tener conciencia que montaron otra farsa y reaccionar.
Finalmente, tiene razón (y mucha) Nicolás Márquez cuando dice que el macartismo es un sano y noble sentimiento. Una práctica necesaria añado yo, porque a toda hora hay comunistas intentando argucias para destruir tu Patria y tu Libertad.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario