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miércoles, 17 de julio de 2019

PATRICIA BULLRICH, UNA GESTIÓN AGOTADA.


A través de la Resolución 598/2019 del Ministerio de Seguridad, publicada el 16 de Julio de 2019, se ha dispuesto la creación de un muy estrambótico "Servicio cívico voluntario en valores", lo cual merece algunas consideraciones:

MARCO JURÍDICO Y POLÍTICO

La citada Resolución da cuenta de haberse visto la Ley de Seguridad Interior N° 24.059 y la Ley de Protección Integral de niñas, niños y adolescentes N° 26.061. En principio, ninguna de las dos normas aludidas confiere facultades que avalen en forma manifiesta la resolución ministerial. Ciertamente hay zonas grises en la legislación que desde la vaguedad de lo que se entiende como determinar "políticas", pueden obrar, siempre que se quiera verlo así, como un paraguas para la iniciativa del Ministerio. Pero incluso suponiendo la existencia de esa sombrilla jurídica, resulta curiosa la exclusividad que se arroga la ministro Patricia Bullrich, en particular porque no se contempla ninguna intervención de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, organismo especializado en materia de derechos de infancia y adolescencia, ni del Consejo Federal de Niñez, Adolescencia y Familia, ni del Defensor de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, tres autoridades creadas por la Ley 26.061. 

Por ende, si el sustento legal es endeble, la lectura política de la Resolución Ministerial da cuenta de un gobierno desarticulado, donde el voluntarismo de la ministro Patricia Bullrich se impone por sobre la especialización temática que la misma Constitución Nacional señala al determinar la existencia de distintos ministerios y un Jefe de Gabinete de Ministros, quien debería coordinar aquellos proyectos que incumben a más de un área. 

Así, la iniciativa exclusiva del Ministerio de Seguridad expone a Marcos Peña como un Jefe de Gabinete de Ministros enteramente pintado, y lo mismo puede decirse tanto de la ministro de Salud y Desarrollo Social, Carolina Stanley (de quien depende la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia) como del ministro de Educación Alejandro Finocchiaro. Importa poco para el caso que ante la prensa Patricia Bullrich estuviera acompañada de Alejandro Finocchiaro, porque la resolución no menciona a ningún otro ministerio, se cierra sobre el Ministero de Seguridad. Al respecto sirve la elocuencia del Art. 4º, al afirmar que: "El MINISTERIO DE SEGURIDAD determinará a través de sus áreas competentes la articulación con profesionales, universidades y organizaciones de la sociedad civil que considere adecuados, para el acompañamiento y monitoreo del SERVICIO CÍVICO VOLUNTARIO EN VALORES".  De allí que al hablar en la presentación, Finocchiaro, se limitó a dejar en claro que se trata de un voluntariado donde se enseñan valores, civismo y oficios como una opción para chicos que ni estudian ni trabajan y no ofrece un título secundario, cosa que sí ofrece el Ministerio de Educación a través del programa para la terminalidad secundaria en oficios. Es decir el ministro de Educación acompañó a la ministro de Seguridad pero sólo para tomar distancia, al punto de sentenciar: "Lo que está diciendo Patricia es una cosa absolutamente diferente".  Tan improvisado y estrambótico es el proyecto, que Finocchiaro definió el rol de su ministerio en términos de precariedad: ver de qué manera se pueden acreditar los oficios que dicte el Ministerio de Seguridad.


Quizá sea subjetividad mía, pero en esa conferencia de prensa no se vio cómodo a ninguno de los dos ministros, en especial el de Educación daba muestras de fastidio. Menos subjetivo resulta que la desprolijidad con que Patricia Bullrich lanza su iniciativa, en cercanía de las elecciones, sugiere problemas internos en el funcionamiento del gobierno, porque ni el Jefe de Gabinete, ni el Presidente, le emprolijó la idea antes de hacerla pública. De movida es claro que el Ministerio de Desarrollo Social, que maneja un enorme presupuesto, no es eficiente; porque de serlo no saldría por sí el Ministerio de Seguridad con una propuesta que extralimita su competencia específica e invade la de aquel. Luego está el contexto electoral, cuando en modo creciente el gobierno pierde votos por derecha. Ello podría explicar la irrupción de Bullrich como un intento de mostrar que puede emular a Bolsonaro, o aunque más no sea a Alfredo Olmedo.

LOS CRÁNEOS DEL MINISTERIO DE SEGURIDAD

Pero Bullirch, hay que dejarlo en claro, no es una expresión de la Derecha, es apenas una progre con tendencias, alguien a quienes los que somos de Derecha defendemos de los ataques de la izquierda. Ocurre que los izquierdistas no la atacan por lo que hace mal, sino porque anteponiendo las fantasías del relato ideológico a la realidad y desde el odio a los uniformados pretenden la total inoperancia de las instituciones argentinas. De allí que esta crítica que usted está leyendo, se atiene a los parámetros  profesionales, legales, institucionales y racionales que surgen del funcionamiento constitucional del país y hacen a la eficiencia de la gestión pública. Y también desde el afecto, pues a diferencia del zurdaje, nosotros queremos a nuestras fuerzas.

Se da el caso, además, que los gendarmes son muy capaces y profesionales, justamente por respeto a esa tradición y prestigio que con esfuerzo y sangre han sabido forjar no se los debe usar para cualquier cosa. Aunque el Subsecretario de Control y Vigilancia de Fronteras, Matías Lobos, tenga tan poca idea de su función que celebra cada despliegue de fuerzas federales en el Conurbano Bonaerense, bastante tienen por hacer los gendarmes en la frontera como para dedicarse también a la asistencia social.

Y aquí, otra cuestión importante que vuelve a quedar de manifiesto es que la creatividad de los cráneos del Ministerio de Seguridad, esa claque obsecuente que rodea a Patricia Bullrich, se agota en la explotación de los gendarmes, casi como único recurso. El chiste de los gendarmes nunca perdió actualidad.



Acostumbrado a la síntesis, como buen lector de Rincón del Vago, Gerardo Milman señaló que mediante esta propuesta los jóvenes de 16 a 20 años que decidan inscribirse van a recibir instrucción en ciudadanía, liderazgo, orientación vocacional, atención de la salud y un acercamiento al deporte. O sea, nada que resulte incumbencia específica del Ministerio de Seguridad de la Nación, y menos aún de la Gendarmería Nacional.

Si como dice Patricia Bullrich "Gendarmería es la institución más valorada del país, mucho más que la educación pública", alguien debería hacerle notar que las insituciones dejan de ser valoradas cuando desvirtúan sus funciones. Los gendarmes son apreciados por cumplir su misión específica y hay que cuidar que lo sigan siendo. Esa misión no es hacer asistencia social con adolescentes/jóvenes que ni estudian ni trabajan y -según la ministro- pueden ser adictos o tener problemas con la ley; hay otros componentes del Estado específicamente preparados para eso.

Así como se ha planteado, el Servicio Cívico Voluntario en Valores es un proyecto estrambótico que evidencia tanto la falta de coherencia de un gobierno desarticulado como una gestión en seguridad que debe darse por agotada.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha, 
un liberal que no habla de economía. 








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