La gente buena es tonta de remate
porque los malos van ganando el desempate
sin antifaz andan sueltos los ladrones,
digan porque son mejores los peores
Esto pasa ahora, esto que está pasando
para que vaya pasando, esto que pasa ahora.
Memphis, La Blusera (Esto pasa ahora)
A veces es muy simple advertir un proceso en marcha y no son necesarias abundantes explicaciones, ocurre cuando basta con exponer una sucesión de hechos para comprender ese algo que está pasando.
Nuestra actual sucesión de eventos desafortunados requiere recordar que la violencia política en Argentina ha sido de tal intensidad que se ha visto en ella una guerra civil intermitente; con su apogeo sangriento en los años de plomo y algunos coletazos luego de iniciado el intento democrático. En ese contexto, aunque mucho pueda criticarse a Carlos Ménem, hoy una ruina política y moral, en sus presidencias realizó un respetable esfuerzo por pacificar el país, por lo que la izquierda introdujo a través del agrupamiento de hijos de terroristas neutralizados en la lucha antisubersiva, la antidemocrática práctica del "escrache", señalando domicilios particulares y vandalizando el espacio público para imponer temor, como cualquier otra fuerza de choque totalitaria. Desde el progresismo, ese idiota útil con el que cuenta la izquierda, se justificaron esas acciones en la supuesta "injusticia" de haber eliminado a esos "militantes", eufemismo para ocultar que eran terroristas al servicio de la dictadura castrista. Luego, durante el régimen kirchnerista, la política del odio y revancha para el saqueo dejó en el olvdido tanto a la pacificación como a la supremacía de la Constitución Nacional. Por lo que actualmente Argentina, a pesar de librarse del kirchnerismo, sigue siendo una ficción democrática con presos políticos privados de las garantías del debido proceso. A la izquierda, que odia tanto a la democracia como a la República, el imperido del Derecho que terminaría con su revancha no le va; por eso ataca a la Libertad en forma constante.
Agustín Laje; buena gente. |
Vale esta introducción para entender lo ocurrido el 10 de Octubre de 2018. Ese día Agustín Laje, autor de "Los mitos setentistas", brindaba una charla sobre ideología de género en Bella Vista, Provincia de Buenos Aires, ante un colmado auditorio de unas 600 personas que pagaron entrada para escucharlo. Para la izquierda, cualquier intelectual que desenmascara sus transformaciones es peligroso. Y no cabe ninguna duda que Agustín, señalando el cambio de la conflictividad, es un peligro para la izquierda, por lo que sus presentaciones son blanco habitual de la intolerancia. Así fue que en plena exposición, una activista feminista, es decir una zurda de trapo verde, intentó escracharlo arrojándole pintura.
Entiéndase bien: ante 600 personas que querían atender al pensamiento de Agustín Laje, una militante de izquierda se atrevió a ejecutar su acto y solamente recibió como respuesta ser retirada del recinto. ¿Por qué? Porque somos civilizados, no somos iguales a ellos; ellos lincharían sin miramientos a cualquiera que se atreviera no ya a interrumpir un encuentro izquierdista sino simplemente a plantear debatir ideas. El mismo Agustín lo explicó inmediatamente a la concurrencia haciendo una síntesis brillante de lo que nos separa de la izquierda: "Yo agradezco estos episodios, porque nos ilustra muy bien lo que son, ilustran muy bien el autoritarismo que estamos sufriendo, ilustra muy bien la diferencia en el tipo humano, porque a nosotros no se nos ocurre ir a hacer esas payasadas, ¿saben por qué? Porque nosotros somos gente buena. Somos gente buena. Ellos no lo son".
No son gente buena, dijo Agustín Laje el 10 de Octubre y la realidad se encargó de demostrar su acierto. El 11 de Octubre se conoció en Argentina que el Papa Francisco, en el libro "Ave María" que sale a la venta en Italia, refiriendo la "experiencia terrible" de las madres de Plaza de Mayo afirma: "Les permito todo. Pueden decir lo que quieran, porque es imposible entender el dolor de una mamá que perdió un hijo".
Declaración de apariencia bonachona, pero que -en mi opinión- confirma que Jorge Bergoglio juega para los malos, porque ejercer el papado es también un rol político y como político no puede ignorar el efecto de esas palabras en su país de nacimiento. Los hijos que perdieron esas madres eran terroristas que dejaron a otras muchas madres sin hijos, a esposas sin esposos, a hijos sin padres. Y a esas otras personas afectadas por los que querían implantar una tiranía comunista, el Papa Francisco no parece dedicarles ningún mensaje de consuelo. Así, el Papa justificando a las madres de los terroristas y excusándolas de cualquier responsabilidad ciudadana es cómplice de los comunistas al alentar actos de violencia política en Argentina. Nada es gratis. Tampoco las palabras.
El Papa Francisco y Hebe de Bonafiini; mala gente. |
Entonces ocurrió que el jueves 12 de Octubre Hebe de Bonafini, reputada mala persona y propaladora del odio, ante el violento "escrache" a pedradas de sindicalistas de izquierda a la gobernadora María Eugenia Vidal en Chascomús, celebró contentísima que "Vidal se tuvo que escapar por la puerta de atrás. Fue a inaugurar una cosa y parece que algunos compañeros que son más vivos que ella se habían preparado para hacerle una buena batahola. No terminó el acto, no terminó de hablar, se asustó y la sacaron por una puerta de atrás y en contramano porque los compañeros la corrieron". Y no conforme con ello llamó a generalizar la violencia diciendo: "Eso es lo que hay que hacer. Que no puedan salir a la calle como salimos nosotros, que no puedan salir a la calle como hace Cristina. Así tenemos que hacerlo, perseguirlos".
Lucio Arce, el genial cantautor ahora de gira por Europa, captó como pocos lo que el Tango y el Blues tienen en común con aquello de "Tango azul / Blues del sur", por eso esta nota empieza con una cita de Memphis y termina con otra de un tango que cantó Rubén Juárez, "Teatro Abierto", porque ambas letras advierten a la buena gente sobre el rol de la mala gente y nos llaman a no hacer el papel del tonto. La mala gente quiere violencia, no seamos tontos ni confundamos el libreto: ganemos el desempate.
Detrás de la ventana
el malo hace de bueno,
el bueno hace de tonto,
el tonto no hace nada.
Detrás de la ventana,
ya no es ningún secreto
que el mundo ha confundido
los libretos.
Juan Carlos Muñiz (Teatro Abierto)
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.
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