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lunes, 20 de mayo de 2024

EN APOYO DE NUESTROS PRESOS POLÍTICOS, LA SITUACIÓN DEL CABO FLORES

Julio Narciso Flores

Julio Narciso flores con 19 años se enganchó como cabo de la Fuerza Aérea en El Palomar y aprendió mecánica de aviones. Especializado en mecánica de mantenimiento de aeronaves, Flores permaneció tres años y medio en la Fuerza Aérea, entre enero de 1977 y mediados de 1980, año en que pidió la baja porque prefería la vida civil. Durante su breve paso por la institución, se desempeñó en la I Brigada Aérea de El Palomar, primero en el escuadrón Tropas y luego en el hangar de aviones Guaraní. 

Desde que dejó la Fuerza Aérea trabajó toda la vida como mecánico de aviones, en el país primero y después en el exterior. 40 años después de la baja regresando al país en 2014 lo detuvieron en Ezeiza y en 2019 fue condenado a 25 años de prisión por el Tribunal Oral Federal 5 de San Martín. 

Su proceso, como el de todos los llamados juicios de "lesa humanidad" es parte del más escandoloso y silenciado prevaricato de la historia judicial argentina: Varias décadas después de obtener la baja, fue detenido y más tarde condenado por la acusación de Guillermo Marcelo Fernández un ex detenido que lo señaló por la fotografía 4 x 4 de su legajo personal como uno de los represores del centro conocido como Mansión Seré, en Morón. 

Guillermo Marcelo Fernádez

Esa es toda la "prueba", la declaración de un militante de la UES, léase Montoneros, que además cobró tres veces la indemnización del curro de los derechos humanos. Tal como reveló el notable trabajo investigativo de José D'Angelo, la primera tarasca se la llevó en julio de 1999, con el mismo número de expediente volvió a cobrar en febrero de 2007 y con otro expediente que inició en la Secretaría de Derechos Humanos volvió a cobrar en julio de 2015. Sumadas las tres indemnizaciones, Guillermo Marcelo Fernández cobró una suma actualizada de $ 38.306.366,29. 

Para tener clara la falta de derechos con que los jueces del prevaricato satisfacen la revancha terrorista, cabe recordar que en Agosto de 2022, cuando el Cabo Flores realizaba una huelga de hambre, la presidente del Tribunal Oral Federal N° 5 de San Martín,  "jueza" Claudia Morgese Martin,  intentó recluirlo en un neuropsiquiátrico, al que fue trasladado de modo intempestivo justo (¡Oh! casualidad) el mismo día en que Flores iba a recibir en su celda del Complejo Penitenciario Federal III de General Güemes, en Salta, a los diputados nacionales Alberto Assef (UNIR), Victoria Villarruel (La Libertad Avanza), Francisco Sánchez (Pro) y Carlos Zapata (Ahora Salta), que viajaron para conocer su situación.

Clauida Morgese Martin

Al no poder visitar a Flores en la unidad penitenciaria, los diputados se dirigieron al Hospital Neuropsiquiátrico Dr. Miguel Ragone y, tras reunirse con el director y el abogado del nosocomio, mantuvieron un encuentro con el detenido. Al llegar la noche, tras la presión de los legisladores, el exmilitar fue derivado al Hospital Militar de Salta. Sólo por eso Flores no es otro de los tantos presos de lesa cuyas muertes se han naturalizado bajo el manto de silencio y cobardía que encubre la venganza.

Alberto Assef junto a Julio Flores

Actualmente el Cabo Flores permanece detenido en el penal de Campo de Mayo y se procura sea trasladado cuanto antes al penal de Salta para estar cerca de su familia porque su señora se encuentra enferma. A tal fin, para solventar gastos de la defensa legal, el Centro de Estudios Salta, recibe las donaciones de quienes puedan contribuir.

BANCO PATAGONIA
CLIENTE: Centro de Estudios en Historias Políticas y Derechos Humanos.
Nro de Cuenta Corriente: 216- 216019477-000
CBU: 0340216200216019477007
ALIAS: IDEA.DOCTOR.FRUTA
Centro de Estudios Salta. 

Lo menos que podemos hacer.

Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

miércoles, 15 de mayo de 2024

SOBRE LA CREACIÓN DEL "GRUPO ESPECIAL ANTINARCOTRÁFICO ROSARIO" (GEANRO).



Vía resolución publicada en el Boletín Oficial el Ministerio de Seguridad de la Nación, a cargo de Patricia Bullrich, dispuso el 14MAY24 la creación en el ámbito de la Subsecretaría de Lucha Contra el Narcotráfico del Grupo Especial Antinarcotráfico Rosario (GEANRO).

En función de ello he recibido consultas sobre mi opinión al respecto y si la creación de ese grupo especial tiene algo que ver con la propuesta de creación del CoFFE, Coordinación Federal de Fuerzas Especiales (CoFFE).

En relación a lo primero, cabe tomar nota que, en los papeles, el GEANRO tendrá un objetivo bastante específico dirigido a la investigación criminal para colaborar con la Justicia Federal, el Ministerio Público Fiscal y más específicamente con la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR) redactando informes sobre "hechos relacionados con la criminalidad organizada en materia de narcotráfico y delitos conexos, a través del desarrollo y ejecución de acciones de investigación criminal, resguardando el marco de confidencialidad y reserva que rige toda la actividad de investigación e inteligencia criminal".

A ese fin, se dispone para la integración del grupo que se designen dos representantes de cada una de las fuerzas, quienes deberán contar con experiencia en áreas investigativas. Los nombramientos serán por dos años y los afectados seguirán rigiéndose por las normativas de sus respectivas fuerzas, también cada dos años rotará entre las fuerzas el rol de Coordinador General que, en un comienzo será desempeñado por la máxima autoridad del área competente en materia de drogas de la Policía Federal.

De lo expuesto cabe señalar que el GEANRO es solamente una instancia de coordinación interfuerzas abocada a un fin específico y no una nueva fuerza.  Lo cual es positivo porque como he sostenido en distintos artículos acá no hace falta crear ninguna nueva fuerza, más aún: hay una que viene sobrando y es la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que debería reconvertirse integrándola a la Policía Federal como una Dirección especializada. 

No es entonces el GEANRO ese esperpento vendehumo que fue el proyecto de ley de creación de una Agencia Federal Antinarcotráfico. 


Desde siempre sostengo que el Estado debe articular sus instituciones de modo armónico, conforme a un sólo fin que es alcanzar y sostener la irrestricta supremacía de la Constitución Nacional para asegurar el estilo de vida que ella propone. Por ende el GEANRO como cualquier otra instancia de coordinación puede ser, y en teoría lo es, una  herramienta para el uso eficiente de los recursos estatales. Si logra serlo en la práctica es otro asunto, y ya lo dirá el tiempo cuyas sentencias son implacables.

Los términos de creación del GEANRO, proyectando un muy largo plazo (10 años, si se alcanzara a cumplir una ronda de rotación entre las fuerzas) asumen claramente la gravedad del escenario para un combate prolongado. Ese no es un dato menor.

Y en este punto cabe una acotación. Recientemente, Marcelo Saín, acaso el peor ministro de Seguridad que tuvo la Provincia de Santa Fe, afirmó que el narcotráfico "no se combate, se controla. Se combate en la guerra. No hay combate, hay control. ¿Por qué? Por ejemplo, yo era ministro de Santa Fe, mi objetivo no era que no haya narcotráfico en Rosario, era imposible, porque a la gente le gusta tomar frula, le gusta fumar un porro, entonces si a la gente le gusta eso va a tener mercado que le vende. ¿De acuerdo? Yo lo que quiero es que los narcos que vendan sean tranquilos, pacíficos y más o menos subordinados".


Los dichos de Saín contrastan de plano con la posición que declama la ministro Patricia Bullrich. 

La razón para combatir al narcotráfico es de orden filosófico y es la misma por la que se combate la esclavitud. No se lo combate pensando que sea una guerra que se puede ganar o perder, se lo combate por principio. De ahí que plantear ese combate en términos de "vamos a ganar la guerra" es funcional al narcotráfico, porque promete una victoria final que nunca llega y eso hace creer en el desgaste que todo esfuerzo es vano. NO LO ES. Esa guerra no se gana, del mismo modo que no se gana la guerra contra la delincuencia en general, ni se gana a la naturaleza humana. No es posible.  Ahora bien: NO SE GANA PERO TAMPOCO SE PIERDE MIENTRAS SE SIGA PELEANDO.

Luego, con Rosario como prueba a la vista de todos, es falso que el narcotráfico pueda ser "administrado" o "regulado" de otra forma que no sea combatiéndolo. Esa idea progre de facilitar el consumo como modo de mantener el control social negociando con los narcotraficantes, no es otra cosa que la piedra basal del narcoestado.

Cuando la política impulsa que el narcotráfico sea "regulado", lo único que consigue es corromper a las policías con todas las consecuencias que acarrea una policía corrupta.

Por eso hay una intransigencia moral que debe mantenerse a rajatabla y en tal sentido es vital pensar y obrar siempre a largo plazo. 

Finalmente, respondiendo la segunda inquietud, el GEANRO tiene en común con el Proyecto CoFFE ser una instancia de coordinación entre fuerzas. Pero CoFFE no está planteado para un escenario particular sino para operar en distintos escenarios y no necesariamente dentro del marco de una investigación judicial. 

Tiene el Proyecto CoFFE, además, un diseño institucional que para las Fuerzas Federales implica mucho más que integrar una comisión, entre otras cosas, compartir experiencias, doctrinas, técnicas, destrezas y entrenamientos para optimizar el rendimiento operacional específico de cada Fuerza Especial superando al mismo tiempo la carencia institucional que, al día de hoy, impide a las Fuerzas Especiales desempeñarse ensambladas con el grado de eficiencia requerido para la obtención del éxito en las operaciones complejas que son propias de tal empleo.

Para mayores detalles sobre el particular, leer:  



Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.