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viernes, 26 de noviembre de 2021

INICIATIVA L (Seguridad para la Libertad)



Quedó formalizado, con la lectura de su carta de intención, el comienzo de Iniciativa L (Seguridad para la Libertad). El acto, que tuvo lugar en la sede de la Unión del Centro Democrático, sita en Avenida Belgrano 1156 de la Ciudad de Buenos Aires, contó con la presencia de representantes de la UCEDE, Partido Autonomista, Partido Demócrata Cristiano, Nueva Unión Ciudadana,  RENACER y colaboradores particulares. Además, se cursó comunicación a otros partidos interesados en participar de Iniciativa L y que irán sumando sus representantes en breve.

Mucho trabajo por hacer.


INICIATIVA L

Seguridad para la Libertad

  

Iniciativa L es un proyecto destinado a diseñar institucionalmente, desde la Unión del Centro Democrático (UCEDE) y con apertura a la adhesión y participación de otros partidos políticos, un programa de Seguridad Interior que pueda sostenerse como propuesta representativa de la centro derecha en próximas elecciones y proyectarse como política de Estado a nivel nacional. 

El abordaje de la cuestión parte de un concepto no negociable: La Seguridad Interior consiste en garantizar el estilo de vida propiciado por la Constitución Nacional. 

Luego, el enfoque es de estricto realismo político. Aquí no se trata de elucubrar lo que debería o podría hacerse en situaciones ideales como si se tuviera la llave del Poder Constituyente, sino de discernir  y proponer aquello que resulte factible en el escenario político tal como se presenta y conforme al contexto general del país. 

El conocido Teorema de Baglini postula que hay una relación directamente proporcional entre la distancia al poder y la irresponsabilidad de las propuestas políticas. Algo demostrado en los hechos; y que no excluye la irresponsabilidad de los que están en el poder o cercanos al mismo, tal como, sobradamente, se aprecia en el presente. 

Entre los muchos y conocidos actos de gobierno que demuestran la irracionalidad de quienes detentan el poder y su desprecio absoluto por el estilo de vida propiciado por la Constitución Nacional, destaca  la absurda denuncia penal formulada por el Ministerio de Seguridad de la Nación contra los vecinos de Bariloche y Villa Mascardi que reclamaban poner fin a las usurpaciones. Quedó allí certificado que se ha convertido a la Argentina en el reino del revés. 

Iniciativa L se orienta a quebrar esa lógica del absurdo conformando un equipo que se desenvuelva como si de inmediato tuviera que hacerse cargo de las responsabilidades que competen al Ministerio de Seguridad de la Nación. 

Consecuentemente, la etapa inicial del plan de trabajo consiste en ir reuniendo ese equipo, incorporando tanto a representantes y observadores de los partidos políticos que adhieran a Iniciativa L como a especialistas privados que compartan los objetivos planteados. 

A medida que la incorporación del recurso humano lo vaya habilitando se irán conformando las áreas de especialización que permitan pasar de lo básico y general al tratamiento de cuestiones específicas, de tal modo que si en algún momento la oposición de la que formamos parte decidiera establecer su gabinete de alternativa, como ocurre en algunos sistemas parlamentarios, Iniciativa L pueda abarcar lo concerniente a la Seguridad Interior. 

En principio la mecánica de labor consistirá en señalar cuestiones de interés, y tomando cada una de ellas abordar su análisis partiendo siempre del marco legal vigente y los recursos existentes, fijar posición en un documento tentativo, llevar esa cuestión a un evento en el auditorio de la UCEDE, que tanto puede ser la disertación de un especialista, como un debate o un panel de expositores, revisar el documento tentativo y una vez aprobado por los representantes de los partidos adherentes publicarlo en la web de modo de ir reuniendo las bases que fundamenten la propuesta política del centro a la derecha en materia de Seguridad Interior. 

Los eventos aludidos serán planeados de modo que, en su continuidad, funcionen como un informal curso de formación en Seguridad Interior para futuros dirigentes políticos. 

Iniciativa L no es una fundación, ni un ateneo, ni un encuentro meramente académico, es una herramienta de acción política emplazada institucionalmente dentro de la UCEDE y abierta a los partidos políticos afines del amplio abanico que va del centro a la derecha. Ello significa que sus actividades serán decididamente signadas por el pensamiento de centroderecha, enmarcadas en la batalla cultural para recomponer la racionalidad, los valores y la decencia atacados en forma sistemática por quienes comulgan con el totalitarismo y la progresía. 

Sobre estos lineamientos, entendiendo que detener y revertir el daño institucional, la degradación cultural y la miseria intelectual por la que se precipita la Nación Argentina requiere revalorizar la austeridad como valor republicano, para dar el mejor uso posible a los escasos recursos del Estado en pos de alcanzar y sostener la irrestricta supremacía de la Constitución Nacional, emprendemos a través de Iniciativa L el desafió de posicionar a la centroderecha como la opción que prefiera la ciudadanía en razón de la Seguridad Interior. 


Ariel Corbat

Coordinador

 

INCIATIVA L

Seguridad para la Libertad

 

25 de Noviembre de 2021

 

jueves, 25 de noviembre de 2021

JULIO NIEVA: UN FANÁTICO DEL CINE


Julio Nieva


Desde que existe el cine todos hemos imaginado una suerte de portal al otro lado de la pantalla. De chicos hemos jugado a ser alguno de esos personajes y acaso, hermosa palabra la palabra "acaso", por la fuerza de lo que sabe mantenerse puro nunca nos resignamos a abandonar ese juego. Esa fantasía está presente en muchas actividades, es parte del encanto de cosas tales como ser hobbysta, formar parte de grupos recreacionistas que desfilan con uniformes de época, coleccionar artículos de películas o series y, por supuesto, en el disfrute de siendo padres jugar con los juguetes de Toy Story o Star Wars de nuestros hijos, esos que les compramos porque a ellos les gustan... ¡No es que querramos jugar nosotros! ¿No?

Hace un tiempo llamó mi atención, a través de Facebook, observar la pasión puesta en recrear escenas de películas de acción. Y como todos los que vemos esas recreaciones experimenté un contagio: el de preguntarme que personaje me gustaría intepretar, a lo que me respondo diciendo que como ya no me da la juventud para el fisic du rol de Dolph Lundgren en Soldado Universal, tomaría el papel del General alemán que da el discurso de hermandad en Band of Brothers. Pueden creerme que se harán la misma pregunta al final de esta nota, si es que no se lo están preguntando ya mismo.


Por ser un disparador de todas esas cosas, le pedí al responsable de esas recreaciones que le contara a los lectores del blog, su hacer y motivaciones: 

"Soy Julio Nieva de Córdoba Capital, vivo en barrio Chateau Carreras, cerca del Estadio KEMPES, desde niño me gusto el cine en los géneros de Ciencia Ficción, bélico y de acción. 


Mi sueño siempre fue participar en alguna filmación. Una de mis películas favoritas es Depredador y de ahí decidí hacer un corto por primera vez para homenajearla por los 30 años de su estreno. 


Cerca de mi casa hay un terreno que parece una jungla y me pareció muy bueno para filmar. Hice cortos de varias películas famosas de los 70 y 80, como La Cruz de Hierro (1977), Rambo (1982), Terminator (1984) y Pelotón (1986). 


A las filmaciones las dirijo y las produzco yo, cuento con el apoyo de mi señora, Analia Szilagyi, en los preparativos, cámara y edición del film. También tengo amigos que participan en mis cortos, la gran mayoría comparte mis gustos y mi pasión por el cine. 


Para cada filmación siempre trato de conseguir material idéntico al que se usó en la película original, como su vestimenta y armamento. Busco las locaciones lo mas parecidas posible a las originales. A la hora de grabar nos reunimos bien temprano en la mañana y nos cambiamos de a uno, con todos los detalles de cada uniforme, luego pasamos a maquillaje y cuando está todo listo nos trasladamos al campo donde se realizará la filmación. 


De a poco mis videos se fueron viralizando en las redes sociales y en los medios de comunicación, teniendo muy buena aceptación de la gente. Tenemos muchos proyectos por realizar, varias películas bélicas icónicas de la década de los 70 y 80. Pero el proyecto más inmediato es hacer la escena emblemática de la película “Pelotón”, para lo cual ya estamos viendo locaciones y preparando todo el material necesario".



Instagram: @julionieva
Facebook: Julio Nieva
Youtube: Julio Nieva

lunes, 8 de noviembre de 2021

LA INTOLERANCIA EN LA MARCHA DEL CUARTO DE ABECEDARIO



Ninguna causa, por buena que sea,
resiste caer en el ridículo cuando se la sobreactúa.



Sostengo, sin ninguna originalidad, que la tolerancia es la principal virtud del liberalismo.

Ahora bien: ¿qué es la tolerancia? La tolerancia es el requisito mínimo de convivencia, aquello que una sociedad puede exigir a sus componentes. Consiste en dejar hacer y dejar pasar (laissez faire, laissez passer) pero no por indiferencia sino por amor a la Libertad y la consiguiente abstención de atacar la autonomía de los otros individuos.

Quien tolera exhibe en sus actos externos una valoración neutra de la conducta tolerada a la que no adhiere ni rechaza, aunque en su fuero interno eso que tolera le cause adhesión o rechazo. Porque quien tolera no es indiferente y tampoco es un hipócrita: para ser tolerante se requieren convicciones que la indiferencia desconoce.

Luego la tolerancia, al no ser indiferencia, tiene por límite lo intolerable. La tolerancia, que es virtud frente a lo que debe ser tolerado, degrada a  indiferencia o cobardía frente a lo que no debe ser tolerado. 

¿Y qué es lo intolerable? Todo aquello que violente la convivencia desconociendo la autonomia del individuo. Así, por ejemplo, es intolerable que Argentina sea gobernada en abierta negación de su Constitución Nacional. Romper ese acuerdo de convivencia elemental es la madre de toda la intolerancia.



Es intolerable la pretensión de hacer del progresismo la religión oficial, es intolerable que se pretenda censurar el pensamiento desde el habla, es intolerable que nos exijan aplaudir lo que no queremos aplaudir, es intolerable que nos conminen a condenar lo que respetamos. Es intolerable no llamar comunistas a los comunistas.

Es intolerable que cualquiera pretenda obligarnos al respeto, porque el respeto no es miedo ni puede exigirse, el respeto es una valoración positiva que se gana, no se ordena ni mendiga. En el sentido estricto de la palabra, ninguna sociedad puede exigir respeto, lo único que puede y debe exigirse es tolerancia. 

Es intolerable tolerar a los intolerantes que subvierten la razón de ser del Estado para imponer la uniformidad de pensamiento en nombre de la libertad, la desigualdad en nombre de la igualdad, el adoctrinamiento en nombre de la educación y toda injusticia en nombre de la justicia. 

El 6 deNoviembre de 2021, tuvo lugar en la ciudad de Buenos Aires la 30ª "marcha del orgullo" del cuarto de abecedario, con la que se exige tolerancia (lo que puede y debe ser exigido) sino la imposición al conjunto de la sociedad de privilegios para minorías hiperactivas (lo intolerable). 

En ese contexto, enrarecido por las sobreactuaciones políticas del proselitismo electoral, kirchneristas y cambiemitas, que es decir totalitarios y progres, vuelven a demostrar que son lo mismo. 

La incipiente recuperación cultural de la Derecha y la proyección del fenómeno Milei, han dado lugar a una suerte de travestismo político que bien pudo llenar con sus vedetongas una carroza para el desfile. 

Ocurre que Ricardo López Murphy pasó de ser mala palabra para los amarillos a ganar en las PASO un lugar en sus listas que los progres no esperaban, y ante el crecimiento de La Libertad Avanza las libélulas progres como Fernando Iglesias (ese que nos llamaba a los liberales "liberalotes", "fachos", "genocidas" y otras lindezas por el estilo sin nunca poder bancar un debate) se arremolinan alrededor del Bulldog fingiendo que hay una gran corriente liberal en Juntos por el Cargo. No la hay. Hay contados liberales, muy pocos, algunos reconocidamente valiosos, y el recuerdo de Pedro Benegas intentado con PRO-Libres insuflar a la progresía ideas liberales. 

Para ser liberal no basta con adherir a algunos ingredientes de la receta económica. “El liberalismo es el respeto irrestricto por los proyectos de vida de otros”, definió Alberto Benegas Lynch (h) y esa frase da sentido filosófico a la concepción, cultural, política y económica del ser liberal.

En la citada marcha se ha exhibido Yamil Santoro diciendo en Twitter que participar de ella significaba ser "liberales posta"; algo completamente falso, porque no se es liberal sirviendo de comparsa a la progresía.


Lo antes dicho respecto a la tolerancia, permite asumir que se puede ser más liberal dejando hacer y dejando pasar aquello a lo que no se adhiere que militando algo a lo que se adhiere. Y esto sin analizar todavía qué es a lo que se adhiere. 

En este punto, deseo subrayar que mis críticas a Yamil Santoro no disminuyen mi aprecio personal por él. El chabón siempre me cayó bien. Tanto que en 2017 al publicar Trilogía de Convicciones lo invité a prologar "Panfleto de Ciudadanía" por ser en mi consideración, al igual que Agustín Laje quien prologó "El Heroísmo y la Gloria", un joven con un futuro político interesante. Que Yamil se definiera como un "liberal de izquierda" no lo desmerecía en mi consideración pues yo soy un gran admirador de George Orwell, un liberal de izquierda. Porque Orwell, para mí, es un alto ejemplo de honestidad intelectual. Y este es el punto en el que quiero llamar la atención del todavía joven Yamil: se puede ser un liberal de izquierda, pero no se puede ser un liberal progre, porque la progresía es la deshonestidad con que encarna en idiotas útiles la hipocresía comunista.  

Dicho esto, retomo el hilo y paso a analizar lo que se militaba en la marcha del cuarto de abecedario. 

De movida es un llamado de atención que Alberto de la Fernández, seudo presidente del gobierno títere, golpista, corrupto, criminal y comunista que subvierte el orden constitucional se congratule porque: "La bandera LGBTI+ flamea en todo el país con grandes motivos de celebración. Después de tanto, vuelve a las calles un colectivo que tiene nuestro compromiso con seguir trabajando por una sociedad más justa, libre e igualitaria".

Obviando lo que significa que un "presidente" se alegre por ver flamear un trapo de facción que ni siquiera representa a todos los que presume de representar, creyendo ver ahí la justicia, libertad e igualdad que sólo puede representar la Bandera Nacional, está claro que el plan de gobierno es privilegiar minorías funcionales a la confusión que sigue empujando la decadencia para no resolver ningún reclamo real de la sociedad. Que son muchos, evidentes y urgentes.

Como parte de esa confusión que el gobierno kirchnerista busca profundizar, los militantes K llevaron su intolerancia al evento, montando una especie de juego de kermese incitando al odio hacia los que no comulgan con los postulados de la asociación ilícita. 


Y esto no es nuevo. Por lo tanto tampoco es la infeliz ocurrencia de algunos desubicados. Hicieron lo mismo años atrás montando un "escupitódromo" frente al Congreso al que llevaban niños a escupir retratos de opositores. Esa intolerancia define al kirchnerismo, y también -desde su impune instalación- descubre la intolerancia y el resentimiento que domina a las organizaciones concurrentes a esta marcha del cuarto de abecedario. 

El Estado nacional, los estados provinciales y la ciudad autónoma de Buenos Aires malgastan en imponer el progresismo a través del adoctrinamiento en la ideología de género recursos, que se retacean a problemáticas reales. La consecuencia lógica de eso es la prepotencia de los militante del prvilegio. 

Y ahí, en esa intolerancia exacerbada para subvertir los valores del orden constitucional argentino, se puede apareciar la comunidad de intereses espurios que unen al kirchnerismo con el PRO, que gobierna la Ciudad de Buenos Aires.


Así, un evento sostenido por el Estado se convierte en un carnaval de intolerancia para atacar a la oposición política. Que en la instalación callejera de una enorme pantalla el locutor del evento pida abuchear a los candidatos de AVANZA LIBERTAD y La Libertad Avanza, mencionando expresamente a José Luis Espert y Javier Milei, resta toda posibilidad de considerar tolerantes a los organizadores de la marcha del cuarto de abecedario, porque no son más que otro mecanismo del sistema de oprobio con el que se afirma el poder de la casta política. 

Esta simple mención de algunos hechos descalifica por completo al radical Martín Tetaz en su intento de hacer pasar por virtuosa a la intolerancia. Tetaz es muy hábil -genial diría- para dar golpes de efecto mediáticos en la puja proselitista, pero sus hechos lo confirman como otro radical que bien podría ser candidato en la lista del Frente de Todos que encabeza su correligionario Leandro Santoro.

Y es que dos o tres propuestas de racionalidad económica no definen a un liberal. Porque un liberal no puede ser cómplice de la intolerancia y decir "celebramos el derecho a que cada uno haga lo que se le canta con su vida, mientras no joda a los demás".  La argumentación de Tetaz es deshonesta, ya que no puede desconocer el sentido de imposición que se le está dando a la ideología de género.
 

La falacia de Tetaz es todavía mayor cuando bien embanderado de progres se ofuzca frente a las críticas que recibió su apoyo al acto intolerante diciendo  que "demuestran que falta mucho y que el Estado tiene que seguir trabajando para defender esa libertad". 

Palabras huecas de todo sentido, porque lo que en verdad se estuvo militando en la marcha del cuarto de abecedario fue:

1.- Privilegios para minorías hiperactivas en perjuicio de la igualdad ante la ley.

2.- Uso adoctrinante y faccioso de los recursos del Estado. 

3.- Intolerancia a todo pensamiento independiente.

Lo que los cambiemitas hicieron ahí fue kirchnerismo explícito; otra vez.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.
 

lunes, 1 de noviembre de 2021

ARGENTINA 5 CANADÁ 1. Y PERDEMOS EN AUSTERIDAD.


"La austeridad es una de las grandes virtudes de un pueblo inteligente"

Solón.





Miguel A Boggiano publicó un tuit con un dato realmente impresionante: "El Estado argentino gasta 5 veces lo que el Estado canadiense". A lo que añade un sarcasmo tan doloroso como necesario: "Eso porque somos un país rico y los canadienses son pobres".

Creo, por mi propia reacción frente a ese dato, que estando inmersos en el deastre cotidiano de la Argentina no llegamos a dimensionar la magnitud del desquicio. Pero esa comparación nos permite sacar la cabeza del frasco y darnos cuenta de nuestra real situación: estamos fuera de toda racionalidad. 

Aunque sólo se trate de la observación a una foto: 5 a 1. Yo no sé si Canadá es un Estado ideal, seguramente no, pero no es un país que aparezca en los diarios mendigando al mundo alguna limosna por haber perdido la razón y el orgullo. Y también sé que las diferencias de territorio y población no justifican de ninguna manera ese abismo entre lo que gasta uno y otro Estado. 


Entre las ideas y sentimientos que me arremolinó la impresionante comparación que trae Boggiano, recordé un artículo que publiqué en La Pluma de la Derecha allá por Octubre del 2018: "ELOGIO Y NUEVA DEFINICIÓN DE LA AUSTERIDAD". 

Hace tiempo tenía pensado sintetizarlo y volver a publicarlo, pero por distintos motivos lo venía postergando. El tuit de Boggiano me obliga a republicarlo como un deber de conciencia.

LA AUSTERIDAD COMO VIRTUD


El diccionario define a la "AUSTERIDAD" como "calidad de austero, severidad. Mortificación de los sentidos y del espíritu". 

E inmediatamente luego refiere "AUSTERO, RA" como "adj. (del griego austéros, severo). Riguroso, rígido: la vida austera de un asceta. Severo con uno mismo y con los demás. (SINÓN, Rígido, rigorista, espartano, estoico, ascético, puritano). Sin ornamentos: arquitectura austera". 

Está claro que nadie a excepción de masoquistas querría ser austero si serlo significase mortificar los sentidos y el espíritu, pero a  la luz de la decadencia argentina, me pregunto si será correcta esa definición de austeridad como "mortificación de los sentidos y el espíritu". 

A lo largo de su fallido intento democrático, y también antes, Argentina ha sido de todo menos austera, y esa falta de austeridad no ha evitado la creciente mortificación de los sentidos y el espíritu. Por el contrario, año tras año los argentinos experimentamos nuevas formas de mortificación. Muchas de ellas consecuencia directa de la falta de austeridad, porque el país, al menos en nuestro tiempo, nunca ha sido en modo definido y consecuente ni rígido, ni rigorista, ni espartano, ni estoico, ni ascético, ni puritano. Si esas cualidades en la sinomimia determinasen el ser, diríamos que el país no ha sido.

Aquí no hay rigidez desde que la Constitución Nacional empezó a ser entendida como una mera referencia y no la ley suprema de la Nación. Consecuentemente tampoco hay rigor o severidad en la aplicación del Derecho. Cuando por golpes de Estado pusimos militares a gobernar fuimos cualquier cosa menos espartanos, por lo que a pesar de una guerra ganada y otra perdida nos alejamos de Esparta al punto que hoy, lisa y llanamente, estamos indefensos. Para descartar el estoicismo basta consignar que consiste en evidenciar autocontrol de modo que la virtud se imponga al vicio, entendido éste como cualquier manera de obrar inconsecuente y brutal. Parece chiste de argentinos, pero es descriptivo y no tiene remate. El ascetismo es un extremo místico que nunca siquiera hemos rozado y lo mismo puede afirmarse respecto del puritanismo. 

Si de lo afirmado en el párrafo anterior le surge alguna duda revise con su conciencia los últimos cincuenta años de la política argentina, y repase detenidamente lo hecho por los distintos gobiernos. Vea en paralelo de qué modo ha ido evolucionando el aumento de la pobreza y el hambre en el mismo país que presumió de ser "el granero del mundo".

El punto es que podemos demostrar que no somos un país austero, pero no por escapar de la austeridad evitamos la mortificación de los sentidos y el espíritu, por lo cual sospecho errónea la citada definición del diccionario.

Argentina como país degradado culturalmente y dañado en lo institucional al extremo de dar muestras de merma intelectual hasta en el habla, es una realidad mortificante. La Argentina duele. Duele de un modo en que no podría doler si su historia contemporánea estuviera asociada a la austeridad. Lo cual demuestra que la austeridad no puede ser definida como la mortificación de los sentidos y el espíritu. Hay algo que está mal en esa definición.

Acaso -hermosa palabra la palabra "acaso"- debamos redefinir el concepto y entender a la austeridad como algo distinto de la mortificación y la penitencia, porque en rigor de verdad la austeridad previene el sufrimiento, no lo causa. Para la Real Academia Española la austeridad es la "mortificación de los sentidos y pasiones", dándole a la expresión "austero, ra", entre otros significados similares a lo antes mencionado, el siguiente:  "Sobrio, morigerado, sin excesos. En esa época, llevaba una vida austera, sin lujos".

Imaginemos por un momento -sé que es muy difícil- que durante el último medio siglo Argentina, como escuchando aquel llamado de Ortega y Gasset para dedicarnos a las cosas, se hubiera conducido de modo sobrio, morigerado, sin excesos, sin lujos, sin gastar a cuenta de la riqueza futura... Sería otro país, seguramente menos frustrado por la ilusión de un potencial desmesurado, pero al mismo tiempo más cercano a ese potencial, prolijo en todos los órdenes, previsible en el buen sentido de ser confiable y, como consecuencia de ello, consciente de su propia identidad. Una República consolidada para el desarrollo de una Nación saludable. Y un país austero, salvo algún cataclismo, no tiene necesidad de prometer penitencia siguiendo reglas de conductas establecidas por otros al mendigar por su subsistencia. La austeridad evita esa mortificación preservando la dignidad y la autoestima, en las naciones y en las personas.

Por supuesto, cuando una persona o un país no sabe conducirse y se envicia de prodigalidad, la rehabilitación es un proceso traumático que se percibe como una penitencia mortificante para los sentidos y el espíritu. Y hasta aquí sólo hablo de austeridad independientemente de la decencia o la deshonestidad del pródigo. Porque al introducir el concepto "decencia" cabe un tajante distingo entre quien dilapida su patrimonio personal y quien dilapida patrimonio público. Sólo puede aceptarse un proceder negligente pero decente en el primer caso, nunca en el marco de una República. El despilfarro de lo público bajo la excusa del "Estado presente", inflado, excedido de atribuciones y carente de funcionalidad, es decididamente un proceder delictivo. Una estafa sobre la ilusión del realismo mágico.

La austeridad republicana, siendo un valor que surge por oposición al ornamento y fastuosidad que son propios de la monarquía, conlleva un sentido práctico y simple de la vida. Por ello nada resulta menos republicano y contrario a la austeridad que el extremo de lo faraónico, desde la repulsa conceptual en los términos y con sus -hoy- extemporáneas implicancias de colectivismo esclavista. (Como he dicho muchas veces, por cuestiones mucho más cercanas en el tiempo: "La historia no se descuelga, se asume", por ende no se interprete ninguna palabra de este artículo como un juicio de valor negativo sobre las formas de organización social que, en la antigüedad, se dio la humanidad; sino en todo caso un elogio a  la evolución sucesiva que permitió alcanzar escalones de democracia republicana y liberal).

Lamentablemente, Argentina, que en su excepcionalidad logró ser una República bananera sin bananas, también encontró el modo extravagante de despilfarrar ahorro y crédito al estilo faraónico sin pirámides, ni ninguna otra obra que vaya a perdurar miles de años. Nuestras pirámides son obra no hecha y papeles de una deuda que ya nos espantaba en 1983, cuando quisimos suponer sería exclusivamente obra indecorosa de la vieja dictadura, pero que no menos indecorosamente hemos ido aumentando, gobierno tras gobierno, a lo largo del fallido experimento democrático iniciado entonces.

Y hoy estamos donde estamos. Tal cual y como estamos. Sería tan ocioso puntualizar aquí el diagnóstico, como vana la esperanza del sentido común imponiéndose por sí. La inercia negativa del país prefiere y seguirá prefiriendo, como cualquier drogadicto enamorado del veneno, percibir el dulzor imaginario del placebo a la amargura cierta pero sanadora del remedio. Máxime cuando el remedio, cosa que sabemos todos incluyendo a los irresponsables que juegan al distraído proponiendo alquimias mágicas, es la austeridad: la temida "mortificación de los sentidos y el espíritu"; que no es tal.

La austeridad tiene que pasar a ser algo que forme parte de nuestro estilo de vida. No ya remedio, ni penitencia, sino convicción.

La imperiosa austeridad que se necesita debe hacer parecer hedonistas a los espartanos, pero tal vez el país haya perdido hasta la capacidad intelectual de advertir que en ese esfuerzo va la posibilidad de alejarnos del sufrimiento; porque, además, no se puede ser austero desde la idiotez. La austeridad exige inteligencia, en todas las acepciones de la palabra. No hay forma de ser austero sin proyectar una situación futura en términos ideales y arbitrar el mejor uso de los siempre escasos recursos para llegar a ella. La inteligencia, al igual que la austeridad, es más que un don una práctica virtuosa.

Ensayo pues una nueva definición.

AUSTERIDAD: Calidad de austero, criterioso. Cuidado de los sentidos y el espíritu. Valoración de lo esencial por sobre lo ornamental. Apego a la simpleza de la vida. Capacidad previsora para evitar complicaciones innecesarias. Moderación. Inteligencia. Camino de felicidad.

AUSTERIDAD REPUBLICANA: Decencia. Respeto por la calidad de vida y patrimonio de las futuras generaciones.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
Estado Libre Asociado de Vicente López