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sábado, 16 de febrero de 2019

EL MANGRULLO DE LA BULLRICH



Conocido a través del Boletín Oficial que el Ministerio de Seguridad de la Nación establecerá en Salvador Mazza una torre de vigilancia, iba a ser entrevistado el jueves 14 de Febrero por Radio El Mundo, AM 1070,  en el programa "Noticias del Mundo" que de 19 a 21 hs conducen Viviana Nelli y Marcelo Lopez Masía para dar mi opinión al respecto.

Así lo anuncié por las redes, pero lamentablemente la comunicación telefónica con AM 1070 resultó muy mala, por lo que no se pudo avanzar en la entrevista y a poco de iniciada quedó trunca. Con las debidas disculpas del caso a quienes estaban pendientes de mi salida al aire, comparto aquí algunas reflexiones sobre el particular. 

LOS DESAFÍOS DEL CONTROL FRONTERIZO

Durante décadas la Nación Argentina ha descuidado sus fronteras. Comprender esa desidia es esencial al efecto de contextualizar la actual gestión de gobierno en el abordaje de esta problemática. El último intento por colocar a las fronteras como objeto de una política de Estado e involucrar a la sociedad tuvo lugar durante el Proceso de Reorganización Nacional, cuando a consecuencia del conflicto con Chile por el Canal de Beagle se instrumentó el operativo "Marchemos a las Fronteras" (1979). Pero aquello fue un brote en el desierto, una idea que caducó con la Guerra de Malvinas y que no fue retomada enfáticamente por ningún gobierno a partir de 1983.

El abordaje de la cuestión fronteras fue resistido por los gobiernos de iure, en parte por priorizar cuestiones de coyuntura y también porque el avance de la globalización, en un mal entendimiento de sus alcances y oportunidades, hizo suponer que la importancia de las fronteras se tornaba secundaria. Superado el conflicto por el Canal de Beagle y en el afán imbécil del radicalismo por disminuir el poder de las FFAA, la frontera dejó de ser analizada desde el punto de vista de la Defensa para ser una cuestión meramente administrativa. Ni siquiera de Seguridad, administrativa; al punto que durante el kirchnerismo violar la frontera e ingresar indocumentado al país tenía por todo reproche de Migraciones extender un papelito instando al intruso a regularizar su situación  (en distintos operativos he sido testigo de situaciones de esa índole). 

La frontera, queda claro, no fue una cuestión prioritaria para ningún gobierno. De hecho, y prueba de ello, la Gendarmería Nacional, la Fuerza de Seguridad específicamente creada al efecto del control fronterizo, fue redireccionada hacia objetivos urbanos en desmedro de su identidad e idiosincrasia profesional. 

Los doce años del régimen kirchnerista, caracterizados por el odio al uniformado, significaron hacer de las fronteras del país tierra de nadie. Así es que para cuando en 2015 CAMBIEMOS se hizo cargo del gobierno la situación era -sencillamente- lamentable.

POR FAVOR, NO HAGAS PROMESAS SOBRE EL BIDET...

Muy curiosamente, en el debate para las elecciones presidenciales del 2015, fue Daniel Scioli, el candidato del régimen, quien con total desparpajo sostuvo: "La lucha contra la inseguridad tiene ejes centrales: tolerancia cero al narcotráfico, blindaje total a las fronteras". A lo cual respondió Mauricio Macri que: "Después de diez años de inacción, diría yo de complicidad del Gobierno Nacional, que se la ha pasado negando esta realidad, la verdad es que nos ha afectado a todos. Y yo creo que hay que hacerlo con más inteligencia que músculo: una Agencia Nacional de Lucha contra el Crimen Organizado, que además trate temas de trata, tráfico de armas, lavado de dinero, corrupción, porque hay funcionarios, hay problemas en la Justicia, en las fuerzas de seguridad, y encarando desde el primer día, tomar control de nuestro territorio".

En ese debate a Scioli lo hundía ser parte de un gobierno corrupto y corruptor, pero en tres años Mauricio Macri no ha cumplido ni con la creación de la Agencia Nacional de Lucha contra el Crimen Organizado, ni con la toma de control del territorio ni, mucho menos, con llevar adelante una gestión de más inteligencia que músculo. 

Enfáticamente debo decir que si algo no exhibe el gobierno del Presidente Mauricio Macri es Inteligencia, en el sentido técnico de cumplir el proceso racional que antecede a la toma de decisiones.

Notoria es esa falencia en materia de Inteligencia Criminal, con la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal (DNIC) acéfala desde el 10 de Diciembre de 2015. 

Por ende la gestión de Patricia Bullrich al frente del Ministerio de Seguridad de la Nación es puramente reactiva y de contención, exhibiendo voluntarismo donde debiera primar el profesionalismo y dando muestras constantes de la ausencia de planificación. No obstante, siendo que su voluntarismo se afirma en una consideración positiva de las Fuerzas de Seguridad, instándolas a la proactividad, alcanza para marcar una evidente mejora en comparación con la nada misma del kirchnerismo, pero aún así, al fin de cuentas, es una gestión mediocre. 

Y esa mediocridad general, desde luego, se irradia también al control fronterizo: 

Puede y debe criticarse al gobierno el haber creado la Secretaria de Fronteras, que estuvo a cargo de Luis Green, para luego rebajarla a Subsecretaría y ponerla a cargo de Matias Lobos, cuya principal aspiración es la Intendencia de San Martín y por eso celebra que haya gendarmes en el Conurbano... 

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Puede y debe criticarse el gobierno el uso de consignas rimbombantes como "fronteras seguras" y "fronteras protegidas" aludiendo a un objetivo demasiado lejano desde las expectativas reales. Imposible en la medida que no se observe planficación anticipando la evolución de los escenarios y se disponga, Inteligencia mediante, el empleo racional de los limitados recursos que puede aportar y sostener en el tiempo un país quebrado. Porque Argentina es un país quebrado y hay que asumirlo, eso significa que tenemos por incorporar una austeridad tal que haga parecer hedonistas a los espartanos. 

Desde luego, puede sacarse provecho a la incorporación de tecnología como la que tiene en uso Israel en su frontera con El Líbano, y en tal sentido la configuración de Centros Inteligentes de Vigilancia como el iniciado en La Quiaca son bienvenidos. Pero ello, siempre y cuando respondan a una planificación sustentable acorde a la realidad del país.

De movida no existe en el mundo ninguna frontera blindada. Es utópico pensar la problemática en esos términos; y lo seguirá siendo por mucho que el Presidente Donald Trump pueda avanzar en la construcción del muro fronterizo entre Estados Unidos y México.

Entiéndase que Argentina tiene 9.372 km de frontera terrestre, mucho más que los 1.006 km de Israel; en otro contexto y con duras exigencias de Defensa y Seguridad (donde, a diferencia de Argentina, su población asume las mismas con sentido de supervivencia).

Así, la frontera entre Israel y El Líbano son 79 km, mientras que la de Argentina con Bolivia abarca 742 km linderos con otros 1.699 km del límite con Paraguay. Estamos hablando de una línea continua de 2.441 km con dos de los principales países productores de estupefacientes, y con una situación social que ha normalizado el contrabando por "bagayeo" en muchas poblaciones de esa frontera.

Ante tal realidad, los anuncios del Subsecretario de Control y Vigilancia de Fronteras Matías Lobos, jactándose de un supuesto "Modelo de Gestión Integral Fronterizo en Puntos Calientes", modo  rimbombante de querer pasar por original a la más elemental coordinación interagencial que requiere la frontera, se desmienten al observar que, en tres años de gobierno, CAMBIEMOS no ha impulsado ninguna iniciativa para una reforma estructural y funcional del Estado.

En materia de Seguridad la reforma del Estado es una prioridad para proyectar cualquier política seria y sustentable, pues sin ella todo es más de lo mismo. No tiene sentido, ya que hablamos de fronteras, que Migraciones, Aduanas y las Fuerzas de Seguridad Federales dependan de distintos ministerios. Por no hablar de haber abandonado el Presidente Macri, olímpicamente, lo que al comienzo de su gestión parecía ser la clara intención de sanear la Aduana y dotarla de eficiencia; algo que fue boicoteado desde el propio gobierno para reducirla a mero ente recaudador.

Tampoco contribuye a la mejora del control fronterizo la evidente descordinación entre los ministerios de Seguridad y Defensa, evidenciada con la absurda eliminación de Compañías de Cazadores de Monte del Ejército Argentino. 

A pesar de todo esto, no hay duda que Salvador Mazza es una ubicación estratégica para las operaciones del crimen organizado, por lo que la anunciada instalación de una torre de vigilancia sobre la Ruta Nacional 34 será un obstáculo más que deberá sortear el ingenio delictivo; pese a que según parece, los narcos que actúan sobre territorio argentino marcan la excepción a la regla de la mutabilidad del delito y no cambian de modalidades a pesar de los constantes récords de sustancias decomisadas durante los últimos tres años. ¿Raro, no? Explicar ese incómodo fenómeno sería tarea del Director Nacional de Inteligencia Criminal, y a lo mejor una de las razones por la que Patricia Bullrich no ha nombrado a nadie para ocupar ese cargo.

CUAL MANGRULLO EN LOS FORTINES DE ALSINA

La ilusión del "mejor equipo de los últimos 50 años" se desvaneció en los desaciertos de un gobierno cuyo único logro es no tener peores intenciones que el kirchnerismo. Así las cosas, le basta a Patricia Bullrich con llevar adelante una gestión voluntarista y efectista, para destacar como la mejor ministro del Presidente Macri y proyectarse a la vicepresidencia de la Nación.



Vengo sosteniendo que la situación de la República Argentina en materia de Seguridad permite trazar un paralelo en su propia historia con la "Zanja de Alsina", por lo que el imperativo vuelve a ser salir de la mera defensiva encarando una estrategia ofensiva al estilo de Roca.

Aunque sostenga la pose combativa, Patricia Bullrich, no deja de ser en los hechos un exponente de la defensiva, por eso la torre de vigilancia, que según anunció el Boletín Oficial ha de levantarse en Salvador Mazza no pasa de ser como otro mangrullo en la línea de Alsina; claro que bastante más caro...

Una vez más: sin Inteligencia Criminal no hay plan de Seguridad.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.












lunes, 4 de febrero de 2019

CUENTO CROATA, MORALEJA ARGENTINA.



Voy a contarles una vieja historia, la de un muchacho que vivió la euforia de luchar por la independencia de una nacionalidad oprimida bajo la bota soviética.

Quizás fue una mezcla de azar y destino lo que lo llevó tan lejos del hogar, pero no viene a cuento; en todo caso la razón era la convicción de saber que la Libertad justificaba el esfuerzo y entender que el sentimiento de Patria bajo una bandera es algo que todo patriota respeta; aunque no sea su propia bandera.

Y allí, en algún momento se vio completamente inmerso entre otros que no hablaban su idioma, ni compartían sus costumbres, pero no se preguntaba si serían liberales, nacionalistas, conservadores o librepensadores. Quizá si hubiera podido hablar descubriría que tenían ideas distintas, pero nunca tan distintas como para olvidar que el enemigo era la opresión comunista añorando el imperio colapsado y pretendiendo rescatar algo de ese oprobio.

Como una postal recuerda dejar atrás los disparos y bajando una ladera, con el FAL cruzado al pecho, ver abajo y sobre el camino el camión en el que lo esperaban perfectos desconocidos a los que, sin embargo, les confiaba la vida tal como ellos confiaban en él. Descendía la empinada pendiente apoyando su mano en la tierra húmeda para conservar la vertical, cuidando que el pedregullo no lo hiciera caer, y en ese instante en que, agitado, erguida la cabeza se detuvo a respirar profundo, guardó la imagen en su memoria. Frotó esa tierra que no era la suya entre sus manos y se dijo que mojada olía igual que si lo fuera. Al fin de cuentas ellos querían lo mismo, si se entiende por lo mismo Patria y Libertad, algo imposible bajo la tiranía comunista.

Ciertamente una situación excepcional, de vida o muerte, lejos ya en la distancia y en el tiempo, pero que puesta en perspectiva le quita al presente el dramatismo a tanta tormenta en vasos de agua.

La moraleja de este cuento es que, finalmente, buscar acuerdos básicos entre los que siendo distintos son compatibles, es más constructivo que empantanarse en el juego de las diferencias. En especial cuando hay diferencias con otros que muy lejos de ser amigos o adversarios democráticos, son claramente enemigos.

Y todavía estamos a tiempo. Sobre la hora, sí, pero a tiempo.




Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía. 


sábado, 2 de febrero de 2019

MIGRACIÓN E IDENTIDAD


Que haya un gobierno comunista en Bolivia y que niegue atención médica a los argentinos, nos demuestra algo que deberíamos tener claro: todo comunista es enemigo de la Argentina.


No somos ni seremos rojos; somos -a pesar de nuestra larga y constante confusión durante las últimas décadas- un pueblo con vocación de Libertad, fundado por ella y para ella desde que Don Vicente López y Planes escribió el Oíd Mortales!

Por eso los argentinos no podemos responder al comunismo en términos de odio y barbarie que nos degrade a su nivel.

Consecuentemente repudio toda expresión que busque promover y justificar agresiones a residentes bolivianos por causa del comunista Evo Morales.

El nuestro es constitucionalmente un país de fronteras abiertas. Y ese es un orgullo nacional que reflejan la mayoría de nuestros apellidos, llegados de todas partes del mundo.

Todo el que entre por la puerta, legalmente, y respete nuestro Derecho (ese mismo que -seamos honestos- tanto nos cuesta respetar a nosotros mismos) debe ser bienvenido. No el que entre por la ventana, no el que viene a delinquir, como permitió y fomentó el kirchnerismo en su dékada infame haciendo que el país pierda toda racionalidad.

Sería traicionar nuestra identidad creernos que los bolivianos que como mano de obra o profesionales en distintos ramos trabajan en Argentina son el problema.

Porque el problema nunca es el inmigrante sino el país al que llega. Y si nosotros no somos capaces de regirnos por la irrestricta supremacía de la Constitución Nacional, sino que al contrario hacemos del país un vale todo, eso mismo verán los que llegan: y entiéndase que el sentido de la frase "al país que fueres haz lo que vieres" es literal.

Entendamos de una buena vez que todos, absolutamente todos los problemas que padece la Argentina, derivan del problema principal que son muchos argentinos negados a vivir bajo la irrestricta supremacía de la Constitución Nacional. Y gobiernos demagógicos surgidos de una misma casta política que no hacen ningún esfuerzo por alcanzar y sostener el estilo de vida propiciado por la Constitución Nacional.

Seamos mejores, seamos racionales, luchemos por la irrestricta supremacía de la Constitución Nacional, siempre y en cualquier circunstancia.

Exijamos represalias contra el gobierno comunista de Evo Morales, no contra los bolivianos que habitan suelo argentino.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha, 
un liberal que no habla de economía.